La localidad del departamento de Soriano, que actualmente cuenta más de 3000 habitantes, lleva su nombre luego de que una movilización popular se lo propusiera al Poder Ejecutivo de entonces. La reconocida figura de Rodó en los ámbitos nacional e internacional fue determinante para una comunidad que decidió desde entonces rendirle culto en el nombre de su pueblo. Este año será de reencuentro para una diáspora presente en todo el país.
Pueblo José Enrique Rodó se prepara para festejar sus 100 años bajo esta denominación y debutar así su feriado no laborable luego de la aprobación en Cámara de Senadores este martes 28 de mayo y que anteriormente sucediera lo mismo en Diputados. Los festejos en las inmediaciones de la estación de AFE comenzarán al promediar la mañana, con la presencia del presidente Luis Lacalle Pou, proseguirán con un desfile cívico-militar y tradicionalista, y finalizarán en el club Deportivo y Socia Rodó con presentaciones artísticas y un brindis en clave de comunidad.
En 2023 se conformó la Comisión de los 100 Años, con la participación de siete vecinos que en forma coordinada con el alcalde Washington Loitey y demás integrantes del municipio impulsaron la iniciativa legislativa que acaba de ser aprobada. Su trabajó también implicó la coordinación de todas las actividades que comenzaron con una convocatoria para la creación del logo del aniversario.
Aunque el pueblo José Enrique Rodó fue fundado como tal el 12 de junio de 1924 por el Poder Ejecutivo y a iniciativa popular, los primeros edificios datan de 1877. Según contó a La Mañana Héctor Urchipia, integrante de la Comisión de los 100 Años, aún sigue en pie una de las primeras edificaciones de aquella primera población. En reconocimientos a uno de los inversores ingleses que impulsaron la línea del tren San José-Mercedes, esa población llevó el nombre de Ernesto Drabble. Con la llegada del tren y la construcción de la estación, una corriente popular influida por reconocidos vecinos impulsó el nombre del destacado escritor y político uruguayo recientemente fallecido en Palermo Italia el 1º de mayo de 1917 y cuyos restos fueron repatriados a Montevideo en 1920.
Una comunidad muy emprendedora
De cara a la presentación de toda la documentación y datos históricos que condujeron a la creación del feriado no laborable para los pobladores de Rodó, la comisión respaldó su trabajo en el libro sobre la historia local de la profesora Élida Armando Pilón. Ahí se narran los hechos más trascendentes de esa localidad de Soriano. En el marco de los 100 años, el documento fue reeditado a fin de ser distribuido entre los invitados que asistan a las festividades. Para los organizadores se trata de una forma de compartir el camino que ha emprendido esa comunidad desde sus primeros inicios.
Durante todo este año, una treintena de instituciones públicas y privadas llevan adelante sus propios festejos, en una agenda que involucra actividades culturales, criollas, deportivas, de recreación y sociales. A modo de ejemplo, una de ellas es el Festival del Parque en los primeros días de enero, organizado por el municipio de la localidad y cuyos beneficios son distribuidos entre todas las instituciones locales. Se destacó también en febrero la segunda edición del Festival Nacional de Esquiladores, que se muestra con orgullo como una de las creaciones propias de esa comunidad.
“Rodó es una comunidad muy emprendedora”, resumió Héctor Urchipia, haciendo referencia a una de las características que distinguen a sus habitantes. Subrayó que es “un pueblo amigo y solidario” no solamente entre sus pares, sino con sus visitantes. El sentido de hospitalidad que caracteriza a las pequeñas comunidades del interior del país también se reproduce entre sus habitantes y dijo que es muy común que cada vez que una institución lo requiera o uno de sus integrantes lo necesite todo el pueblo acuda a dar una mano.
Hechos que caracterizaron a esa población
Uno de los logros que llevan con orgullo como una marca mundial es el gol más rápido de la historia del fútbol alcanzado a tan solo 2,5 segundos de iniciarse el encuentro entre las selecciones de Soriano y Río Negro en la inauguración del estadio local. El gol fue convertido por Ricardo Olivera para el visitante el 26 de diciembre de 1998.
Pueblo José Enrique Rodó también es conocido por la figura de doña Celestina Conde, que en la primera mitad del siglo XX transcendió fronteras por sus dones de clarividencia y sanación. Cuenta la historia que hasta Eva Duarte de Perón puso sus ojos en ella cuando le fue diagnosticado cáncer y hasta se presume que la visitó en algún momento de su enfermedad. Si bien tras su fallecimiento fue sepultada en el cementerio local, tiempo después se decidió erigirle un panteón que se transformó en santuario en un predio cercano debido a la aglomeración de fieles que hasta el día de hoy llegan para hacerle ofrendas.
Pueblo Rodó basa su economía en las actividades agropecuarias o relacionadas a estos sectores. En la zona funcionan emprendimientos tamberos, ganaderos y agrícolas, plantas de almacenamientos de granos y un frigorífico avícola que faena 10.000 pollos y da trabajo a más de 100 personas durante todo el ciclo productivo. Urchipia señaló a estos emprendimientos como la clave para el bajo nivel de desempleo de sus habitantes.
El primer hispanista nacional
Durante su presentación en la Cámara de Senadores, el senador de Cabildo Abierto Guillermo Domenech señaló oportuno declarar como feriado los 100 años de la denominación del pueblo José Enrique Rodó en Soriano. En su argumento sobre el proyecto que estaba en votación destacó la figura de Rodó y definió al intelectual uruguayo como “el primer hispanista nacional”. El legislador cabildante enfatizó que “la patria grande vive en el corazón de muchos hispanoamericanos y vivía en el corazón de José Enrique Rodó”. Antes de finalizar su participación en el debate leyó un fragmento de El camino de paros: “Veis aquí cómo el espíritu argentino se abre, con solícito afán a los infortunios de Méjico; cómo el criollo de Colombia o de Cuba habla con orgullo patriótico de la grandeza y prosperidad de Buenos Aires; cómo el montañés de Chile reconoce en los llanos de Venezuela y en las selvas del Paraguay voces que tienen consonancia dentro de su espíritu. Los recuerdos o los problemas vivos y actuales que, entre algunos de nuestros pueblos, pueden ser causa de recelo y desvío, se depuran, en el americano que ha pasado el mar y manifiestan transparentemente el fondo perdurable de instintiva armonía y de interés solidario. La comprobación de este sentimiento en los americanos a quienes he tratado en Europa me parece el más grato mensaje que pueda enviar, al concluir el año, con mis filiales votos de amor, a mis dulces tierras de Occidente. Si se me preguntara cuál es, en la presente hora, la consigna que nos viene de lo alto, si una voluntad juvenil se me dirigiera para que le indicase la obra en que podría ser su acción más fecunda, su esfuerzo más prometedor de gloria y de bien, contestaría: He aquí lo importante. Formar el sentimiento hispano-americano; propender a arraigar en la conciencia de nuestros pueblos la idea de América nuestra, como fuerza común, como alma indivisible, como patria única. Todo el porvenir está virtualmente en esa obra. Y todo lo que, en la interpretación de nuestro pasado, al descifrar la historia y difundirla; en las orientaciones del presente, política internacional, espíritu de la educación, tienda de alguna manera a contrariar esa obra, o a retardar su definitivo cumplimiento, será error y germen de males; todo lo que tienda a favorecerla y avivarla, será infalible y eficiente verdad”.
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