Se juntaron finales de todo tipo y color. En Múnich se consagró el París Saint Germain por primera vez campeón de la Champions. En Argentina, más precisamente en Santiago del Estero, se coronó Platense por primera vez en su historia campeón de un torneo argentino. En el Antel Arena Nacional ganó su primera Liga Uruguaya de Básquet. En Asunción Peñarol ganó la Libertadores de fútbol sala por primera vez en la historia para el salonismo uruguayo.
Vayamos por partes.
Champions
El triunfo del PSG era esperado desde hace años. Si bien en términos futbolísticos es un club de “apenas” 50 años, la llegada de los petrodólares cataríes lo transformaron desde 2011 en un candidato permanente para ganar el título europeo. Pero… siempre faltaba algo. A pesar de haber contratado a mega estrellas entre las que se contaron Cavani, Neymar y Mbappé, sus hinchas se impacientaban por una copa que seguía esquiva mientras acumulaban años de triunfos locales que poco conformaban.
La final ante el Inter de Milán ganada por 5 a 0 despertó algunas frases que me parecen insólitas. Por ejemplo, se dijo que “sin grandes estrellas el club logró el sueño apostando al juego en equipo”. Nadie en su sano juicio puede discutir a Mbappé que ya fue campeón del mundo y jugó dos finales mundiales con Francia. En la última ante Argentina hizo 3 goles al Dibu y un cuarto gol de penal. Algo parecido le pasó en la eliminación sufrida ante el Real Madrid. ¿El problema es Mbappé? Por favor. PSG tiene un plantel valuado en 1200 millones de dólares. Su rival en la final tenía 800 millones en cancha.
Ambos estaban entre los 8 más valuados de los 36 participantes. Puede sorprender que no salga campeón Real Madrid, Barcelona o Bayern Múnich. Pero no salió campeón un equipo de bajo presupuesto.
Argentina
Lo de Platense es histórico. También lo es el cambio de formato permanente que hay en la vecina orilla que permite en estos tiempos varias cosas que solamente sirven a la acumulación de votos para eternizar al presidente de turno en su cargo nacional e internacional muy bien pago.
30 clubes en primera y 40 en la B es un exceso lleno de populismo y votos en el congreso de AFA.
En ese esquema Argentina armó un sistema de Apertura y Clausura en forma de liga, pero con 2 series y luego play-offs. Una mezcolanza que confundiría a cualquiera.
Las ligas en Europa, ya que Argentina es primer mundo del fútbol, son de 20 equipos todos contra todos a dos ruedas. El primero es campeón y los últimos descienden. El Brasilerao es así.
Pero los argentinos inventaron que ser campeón del Apertura o del Clausura es ser campeón argentino y punto. Además, está la Copa de la Liga y la Copa Argentina, más otras definiciones entre campeones y hasta una Supercopa llamada internacional por el hecho de jugarse en el exterior.
Exagerando un poco podríamos decir que “todos” pueden llevarse algo y se festeja cada una de esas consagraciones como si fuese lo máximo del año. 6 campeonatos o copas por año. Y cuesta distinguir su importancia.
En ese contexto Platense, que terminó sexto en su grupo, comenzó a derribar grandes en partidos de play-off únicos. Como fue de los más flojos entre los clasificados, le tocó siempre jugar de visitante. Y esto sirvió para derriba otro mito. En forma consecutiva eliminó a Racing 1 a 0, a River por penales y a San Lorenzo 1 a 0. Todo de visita, sin su hinchada.
¿Las hinchadas ganan partidos? Estadios repletos y tres grandes argentinos, dos de los cuales son candidatos para ganar la Libertadores, fueron eliminados. Las hinchadas no juegan. Ni en Argentina ni en ningún lado.
En la final Platense derrotó también 1 a 0 a Huracán. Quedó la sensación que un play-off de dos o más partidos podría haberlo dejarlo por el camino. Pero esta fórmula facilitó la gran sorpresa. Y aquí llega la frase “¿Vieron que no importa el tener un plantel valioso reflejado en el mundo transfermarkt?”.
Que un equipo haya ganado por primera vez un torneo en 120 de años de historia, en mi escaso criterio, demuestra todo lo contrario. Sin dinero tal vez ganes una copa cada 120 años. Pero los “terraplanistas” no se dan por vencidos.
Nacional
En la Liga de Básquetbol, Nacional dio vuelta el play-off en forma hazañosa. Perdía 3 a 1 con el favorito Aguada y lo ganó 4 a 3 y por un punto. Aquí mi interés es analizar los comentarios sesudos.
Tras meses de competencia en donde Nacional jugó 41 partidos y Aguada 42, después de 7 finales de 40 minutos y alargues, al terminar el último partido con triunfo por un solo punto me parece interesante que haya quienes evalúen con calificativos de “justicia” en el resultado final.
Realmente pudo ganar cualquiera de los dos y Nacional impuso en esta temporada dos marcas históricas. Por un lado, ganó la Liga Sudamericana y por el otro se consagró campeón uruguayo después de 88 años. Nacional fue ganador del antiguo Federal en 1935 y 1937. Meritorio teniendo en cuenta que no tenía el mejor plantel en lo previo.
Peñarol
Se jugó la vigésima tercera edición de la Copa Libertadores de fútbol sala. Hasta ahora los clubes brasileños habían ganado 20 de las 22 anteriores. Las dos restantes fueron obtenidas por Cerro Porteño de Paraguay y San Lorenzo de Argentina. Ahora Peñarol se suma. Sus partidos fueron dramáticos, con varios resultados de 1 a 0 y un arquero monumental como Mathías Fernández.
El DT es argentino y el plantel tuvo 6 futbolistas brasileños y argentinos. Para algunos esto le baja la nota. Sin embargo, nadie se inmuta cuando Flamengo gana Libertadores con 4 uruguayos de selección, o el PSG y Real Madrid ganan Champions con 1 o 2 nativos y el resto extranjeros. Con esta conquista Peñarol es el único club del continente campeón sudamericano de fútbol, rugby, basquetbol y fútbol sala. Adicionalmente recordemos que ganó también una Libertadores sub-20 en futbol de cancha.
Para culminar las polémicas Nacional reivindica que en 1996 ganó el Sudamericano de Fútbol de Salón. Pero es otro deporte, primo hermano, pero diferentes organizaciones y algunas reglas que difieren en el futbol sala de aquel que inventó nuestro compatriota Ceriani hace más de un siglo. Pero ese debate queda para otro día.