El reciente encuentro de la Plataforma de Infancias y Adolescencias (PIAS) con el presidente de la República, Yamandú Orsi, marcó un hito para visibilizar las problemáticas de infancia y adolescencia. Martín Pardo, representante de la organización, detalló a La Mañana las propuestas realizadas al primer mandatario en la oportunidad, entre las que se destaca la declaración de emergencia nacional de la realidad que viven los niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad.
¿Cuál es la importancia de haber logrado este encuentro con el presidente de la República?
La reunión con el presidente es relevante porque marca un hito en el diálogo de la sociedad civil en lo que involucra colectivos de infancias y adolescencias con el Poder Ejecutivo. La PIAS viene haciendo un trabajo sostenido desde noviembre del 2020 y el objetivo tiene que ver con colocar en la agenda pública estas temáticas. Esta es una señal que marca un buen clima para avanzar en concretar acciones que son imperiosas. Nosotros valoramos que el presidente estuviera acompañado por dos referencias relevantes del Poder Ejecutivo, como la presidenta del INAU, Dra. Claudia Romero, y la ministra de Salud Pública, Dra. Cristina Lustemberg, en lo que va a ser probablemente la construcción de acciones o de respuestas que habrá que ir definiendo.
La primera propuesta que presentaron fue declarar la emergencia nacional por las situaciones que afectan a los niños, niñas y adolescentes. ¿Cuál es su objetivo?
Es clave reconocer una emergencia nacional que hoy atraviesa a niños, niñas y adolescentes, más allá de lo que podría interpretarse como un titular rimbombante. Nosotros planteamos el término “emergencia” desde un punto de vista de lo que implica abordar una temática y disponer recursos, instrumentos, procesos específicos para dar respuestas urgentes. No estamos planteando una cuestión tremendista, pero entendemos que la situación de pobreza infantil y la vulnerabilidad de derechos que hoy afecta a niños, niñas y adolescentes, requieren desde el Poder Ejecutivo y sus distintas líneas de actuación la mayor atención y una reducción de los tiempos de intervención. Somos conscientes de que el Poder Ejecutivo se está integrando ahora a la gestión, pero esto no puede quedar solamente ligado a una discusión de carácter parlamentario presupuestal, porque esta situación en particular es urgente y por lo tanto requiere de asumir esa emergencia.
En este mes tuvimos datos como los brindados por el propio Estado a través del Sipiav (Sistema Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia), donde vemos que en 2024 hubo al menos 24 situaciones al día donde un niño, una niña o un adolescente sufrió algún tipo de violencia y de vulneración de derechos. El Estado está planteando que esta realidad mantiene un crecimiento sostenido desde el año 2007. Entonces, es necesario reconocer esta emergencia que hoy afecta a miles de niños, niñas y adolescentes y brindar el mayor esfuerzo posible.
En segundo lugar, propusieron crear áreas específicas de infancia y adolescencia en todos los ministerios con perspectiva de derechos. ¿Qué implica esto?
Eso implica un esfuerzo que tiene que ser de un Estado con perspectiva intersectorial, integral, poder generar áreas específicas que atiendan temas de infancia y adolescencia en los organismos públicos, no ver esto como una cuestión residual, sino que los distintos organismos actuantes puedan tener áreas donde transversalizar este tema.
La tercera propuesta fue reglamentar la ley de garantías de la primera infancia, infancia y adolescencia. ¿Cuál es la importancia de esta acción?
En el cierre de la legislatura anterior se aprobó, con apoyo de todos los partidos, la ley de garantías de la primera infancia, infancia y adolescencia, que a nuestro entender no resuelve mágicamente ningún tema, porque sabemos que los instrumentos legislativos aportan, pero requieren de otras cuestiones materiales y presupuestales. Lo que nosotros vemos con cierta preocupación es que se ha dilatado la reglamentación de esa ley y estamos esperando que el Poder Ejecutivo la instrumente rápidamente, es decir, que ponga en marcha lo que plantea. Es bueno recordar que allí se propone la conformación de un gabinete de primera infancia, infancia y adolescencia que maximice las posibilidades de coordinar los esfuerzos y los recursos que tienen los organismos públicos.
Por último, plantearon la inclusión de un capítulo sobre infancias en el denominado diálogo social e integrar a PIAS a espacios de decisión como la Comisión Sectorial de Protección y Seguridad Social. ¿Qué se busca con esta iniciativa?
Esto tiene que ver con nuestra valoración a una señal auspiciosa que interpretamos que se ha dado desde el Poder Ejecutivo. A través de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), pero con una participación de muchas entidades ministeriales y gubernamentales, se está convocando en estos días al inicio de esta hoja de ruta del diálogo de protección y seguridad social. Ahí se incorpora el término “protección”, que está relacionado justamente con la necesidad de ver los problemas sociales con perspectiva intergeneracional, por lo que hablábamos recién de que tenemos infancias y adolescencias en una situación de mucha vulnerabilidad. A veces se le da mucha cobertura a la discusión sobre la seguridad social, pero es difícil que podamos proyectar un horizonte sostenible en esos términos si no empezamos a construir una mirada de protección de las nuevas generaciones. Como colectivo de infancias y adolescencias valoramos nuestra participación en este proceso. Además, tenemos la expectativa de que esta hoja de ruta que se empieza a trabajar en conjunto con distintos actores sociales, empresariales y trabajadores, pueda tener más allá del documento final una implementación concreta en términos de respuesta en la política pública.
¿Cómo ha sido el proceso de articulación entre las diversas organizaciones que integran la plataforma en estos últimos años?
Desde el 2020, con la creación del colectivo que nuclea a casi 50 organizaciones, buscamos incidir en la agenda pública y política y promover aspectos de participación protagónica de niños, niñas y adolescentes. El presidente participó y escuchó de primera mano lo que informó el Sipiav, y parte de nuestros niños, niñas y adolescentes que integran diversos colectivos y proyectos en el territorio tuvieron la posibilidad de mantener una conversación directa con el primer mandatario. Más allá de lo simbólico, eso es importante porque solemos caer incluso los adultos que estamos sensibilizados con los temas de infancia y adolescencia, en la mirada adultocéntrica. Esto es, nosotros interpretamos y diagnosticamos cuáles son las cosas que los niños, niñas y adolescentes están planteando o necesitando, y si bien a veces esa mirada es necesaria, también es clave entender que ellos son sujetos de derecho y pueden y deben tener voz en relación con los temas que les afectan.
Este colectivo ha venido propiciando muchos de estos temas. El año pasado, en pleno año electoral, promovimos un diálogo interpartidario, intersectorial y multiactoral, justamente con el objetivo de convocar a todos los actores partidarios, sociales y sectoriales para comprometerse desde las distintas perspectivas. También se compartieron diagnósticos desde la academia. Y se avanzó en una agenda con prioridades que contribuyó a identificar que, como país, como sistema político, como sociedad, tenemos que asumir la necesidad de brindar las respuestas hoy, para que estos niños, niñas y adolescentes no comprometan la sostenibilidad de nuestra sociedad. Tenemos que pensar esto en términos de desarrollo humano integral. Estas situaciones de vulnerabilidad, en la medida que se perpetúan, implican una incertidumbre muy fuerte a futuro.