Desde muy joven veía a su alrededor situaciones injustas, pero no era indiferente. Preocupada por la compleja realidad que atravesaban algunas personas, buscaba la forma de contribuir. Más tarde estudió economía y entendió que desde la política económica podía llegar a cambiar la vida de la gente. Eso es lo que espera poder hacer como ministra de Economía si el Partido Nacional (PN) llega al gobierno. Antes de eso quiere debatir con el actual ministro de esa cartera, Danilo Astori, y admite que le molestan algunas de sus declaraciones. En una larga charla con La Mañana, la economista recuerda sus comienzos en política y explica las medidas que propone para sortear
los problemas actuales.
¿Cómo surgió su interés por la economía?
En preparatorios me atrapó mucho la economía y después tenía que tomar la decisión de qué carrera estudiar. Tuve mis dudas, me empecé a cuestionar si era el camino correcto, pero me decidí a hacerlo.
Después se fue a hacer un master en Macroeconomía Aplicada a la Universidad Católica de Chile. ¿Por qué ese país?
Cuando estoy por recibirme en la Universidad de la República, le surge a mi marido la oportunidad de hacer un traslado laboral a Santiago de Chile. Yo, por otro lado, venía conversando con mi tutor de tesis, el economista Daniel Vaz, y él me veía como alguien para la cancha y no para los temas teóricos. Ahí me recomendó un programa en la Universidad Católica de Chile e ingresé a estudiar eso.
Dada su experiencia en Chile, ¿considera que ese país es un modelo a seguir, como opina el candidato colorado Ernesto Talvi?
Cada país tiene sus particularidades y tenemos que ser muy cuidadosos cuando tomamos otros ejemplos. Chile tiene mucho para mirar y tomar lo bueno para aplicar acá. En febrero estuvimos allí hablando con las autoridades económicas del gobierno actual y del de Bachelet, y nos contaron su experiencia y cómo habían atravesado todo el tema de la regla fiscal. De ahí se pueden sacar enseñanzas, pero ningún modelo es para copiar y pegar.
En 2001, Isaac Alfie la llevó a trabajar a la Asesoría Macroeconómica Financiera del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), y más tarde llegó la crisis. ¿Cómo recuerda esa época?
Lito había sido mi profesor. Me vio en unas jornadas del Banco Central y me ofreció unirme al grupo de trabajo de Asesoría Macroeconómica, para ver temas de deuda. Yo le respondí que venía de estudiar macroeconomía aplicada, no deuda, y me dijo que eso no se enseña en ninguna facultad, se aprende haciéndolo. La verdad es que lo disfruté mucho. En el 2002 la situación cambió, tuvimos el efecto de la crisis argentina, tuvimos una crisis económica y financiera muy severa, y ahí me puse a trabajar de lleno junto con Lito en el canje de deuda del 2002, que se concretó en mayo del 2003.
Hay quienes comparan esos tiempos con la actualidad, dado que hoy están cerrando muchas empresas y hay algunos sectores en crisis. ¿Es comparable según su punto de vista?
No. Lo que se vivió en el 2002 fue una tremenda crisis económica y financiera con impactos sociales, se quebró todo un tejido social. Lo que estamos viviendo hoy es un estancamiento de la economía, con destrucción de puestos de trabajo. Lo que hay que hacer es tomar medidas para orevertir esta situación particular, con las consecuencias que está teniendo en el mercado laboral, que es el mayor fracaso de la política económica del Frente Amplio (FA). Además, la regulación financiera actual no es la misma del 2002; el país luego de la crisis aprendió muchas lecciones y hoy está preparado de otra manera, el sistema financiero tiene una regulación mucho más sólida.
“Lo que sucede en el mercado laboral es el mayor fracaso de la política económica del FA”
Cuando el FA asumió el gobierno en 2005, Astori mandó a buscarla a usted para crear la Unidad de Gestión de Deuda. ¿Cómo era trabajar en su equipo?
Se formó un muy lindo equipo, técnica y humanamente. A nivel del ministerio había un muy buen relacionamiento con los demás directores y con el ministro de Economía. Quizás algo que se podía mejorar era delimitar las responsabilidades de cada área. En lo personal me gustaba marcar qué era lo que hacía la oficina de manejo de deuda y qué era lo que hacía, por ejemplo, la oficina fiscal. Es decir, yo trabajé en un período donde el déficit fiscal se fue deteriorando gradualmente, en particular a partir del 2011, entonces tenía que quedar claro que yo no tenía injerencia en ese déficit. No era bueno estar en una situación donde ese resultado iba empeorando y había que dar la cara con los inversores.
Después de tantos años de trabajar con Astori, ¿qué le pasa cuando lo ve criticar las propuestas del PN del área que usted encabeza?
Yo no creo que los comentarios sean a nivel personal y en general, no van a los contenidos del programa. La semana pasada Astori dijo que el programa del PN carece de políticas sociales, que implicaría un retroceso en los derechos que se han adquirido. Eso es un tremendo disparate, o no se leyó el programa o se quiere dar una interpretación diferente.
Él habló de que el programa implicaría una feroz reducción del gasto público.
Exacto, y eso es incorrecto. Aplicar el programa del PN implicaría frenar el feroz despilfarro que ha tenido el gobierno del FA. Y cuando digo una palabra tan fuerte como despilfarro estoy basada en un análisis detallado de los números, en particular en la última administración con Astori a la cabeza, donde el gasto no ha parado de aumentar.
¿En qué áreas es necesario reducir el gasto?
Nosotros tenemos una indicación cuantitativa de ahorrar en el primer año de gobierno 900 millones de dólares. Para eso tomamos dos fuentes: los datos del presupuesto y los estados financieros de las empresas públicas. En el presupuesto nacional podemos llegar a ahorrar unos 550 millones de dólares, y en las empresas públicas, unos 350 millones de dólares.
¿En el presupuesto se identifican áreas para reducir el gasto como educación, salud, entre otras?
No, lo que identificamos no va por ese lado, sino que son partidas como remuneraciones; gastos de servicios no personales, que es la contratación de empresas donde se terceriza un servicio y no hay un correcto monitoreo de las tareas; el gerenciamiento de obras; la compra de bienes de consumo. Los vínculos públicos implicarían el ahorro más relevante, si no completamos todas las vacantes que se generan en un año. Si se deja de contratar el 20% de las vacantes, esto implica un ahorro de 100 millones de dólares anuales.
¿En qué áreas se haría esto?
Es bien importante tu pregunta, porque cuando hablamos de no renovar el 20% de las vacantes estamos excluyendo las áreas de educación, de seguridad y de salud.
Astori dijo que plantean recortar el gasto disminuyendo funcionarios en esas áreas.
Lo he aclarado varias veces y lamentablemente el ministro Astori sigue diciendo que no vamos a renovar las vacantes en esas áreas.
“No sería ministra de Economía de ningún otro presidente que no fuera Luis”
¿Hoy puede asegurar que el recorte del gasto que proponen no va a impactar en la calidad de vida de la gente?
Puedo asegurar más que eso. En primer lugar, que eso no dañaría la calidad de vida de la gente, pero además que esta tiene que mejorar, y para eso importa no solamente completar las vacantes que se necesite en estas áreas, sino que la calidad del trabajo sea la adecuada. Este gobierno ha descuidado la medición de los resultados en las áreas donde ha volcado recursos, y eso es importantísimo.
¿Qué piensa de los planes de emergencia?
La respuesta inmediata a una situación de vulnerabilidad tiene que estar siempre disponible, y además tenemos que trabajar estructuralmente para mejorar esa realidad. En paralelo, hay que trabajar para que esa persona tenga las mismas oportunidades que los demás. Por eso siento muy injusto y es molesto que Astori diga que no hay políticas sociales en el programa del PN, porque todo el programa se centra en la persona, y por eso acepto el desafío de estar en este grupo donde se unen algunos de mis intereses: la economía y el poder aportar para que la gente esté mejor.
¿Siempre tuvo esa preocupación? ¿Por eso empezó en política?
Desde antes de empezar a estudiar economía no me eran indiferentes situaciones que consideraba injustas. Iba a distintas parroquias a dar catequesis, iba a “deberes vigilados” en asentamientos, que más que para ayudar al niño con matemática, era para poder contenerlo. Después estudié economía y vi que desde la política económica se podía afectar mucho la vida de las personas. A mitad del 2014 yo me fui del MEF y Luis me llamó y me propuso este desafío de pasar a ser parte del grupo de economía.
¿Renunció por eso o tenía pensado renunciar igual?
Tenía pensado renunciar igual y tenía alguna otra propuesta; obviamente que esto aceleró el proceso. Yo sentía que había una etapa cumplida en el MEF.
“Estoy esperando desde la campaña pasada para debatir con Astori”
¿Por qué?
Era una etapa cumplida en lo personal, y además el tema fiscal venía en aumento. En medio de eso me llamó Luis. Yo siempre voté al PN pero nunca había sido militante.
¿Cómo conoció a Lacalle Pou?
Lo conocía porque íbamos al mismo liceo.
¿Eran compañeros?
Él es más chico que yo (risas). Yo tengo 48 y él cumplió 45. Lo conocía y también a su familia, pero una cosa es conocerse socialmente y otra cosa es este proyecto. Tuvimos muchas reuniones y tomadas de mate. Luis dice que yo casi que lo sometí a examen porque agarré la agenda, la estudié toda, fui con muchas preguntas. Antes de tomar la decisión quería estar segura de los contenidos de todos los temas y de que realmente hubiera equipo.
¿Se imagina como ministra?
Sí, estoy deseando que llegue el momento porque hace mucho tiempo que venimos trabajando y queremos salir a la cancha.
¿Sería ministra de Economía de un gobierno que no fuera liderado por Lacalle Pou, por ejemplo, en caso de que gane Talvi?
No.
¿Por qué? El propio Lacalle dice que tendría ministros de otros partidos.
Porque me parece que un ministro de Economía tiene que jugar a ojos cerrados con el presidente de la República, y con Luis se ha construido una relación personal y un diálogo profesional en todos estos años, que es lo que me da la seguridad de que se puede llevar adelante un buen ministerio, o sea que no sería ministra de Economía de ningún otro presidente que no fuera Luis.
¿Le gustaría debatir con Astori?
Sí, estoy esperando… desde la campaña pasada.
¿Lo cree posible?
Eso lo tiene que decir Astori.
¿Por qué le parece importante ese debate?
Porque no es constructivo tirar titulares en un diario, en un tweet. Hay problemas en serio en el Uruguay, entonces, para el que está desempleado, para el que está a punto de cerrar su comercio, ver que hay titulares y fuegos cruzados no me parece positivo. Hay que sentarse y discutir los temas para que los uruguayos tengan todos los elementos y elijan el camino a seguir. ¿Se sigue con la misma receta que hemos tenido hasta ahora, o vamos por un camino donde haya mayor libertad, mayor actividad económica, igualdad de oportunidades, una reactivación económica, más empleo? Nosotros leemos todo y escuchamos lo que viene del equipo económico, y no entendemos por dónde va a venir la activación de la economía. De lo único que se habla como agenda de crecimiento es de UPM2, y con eso no salimos de los problemas en este momento.
¿Cuáles son las medidas concretas que proponen ustedes, justamente para reactivar la economía y para que los sectores complicados salgan adelante?
La economía está estancada, ha atravesado el año pasado algunos trimestres de recesión, y la inversión viene cayendo desde el 2015. Lo peor es la destrucción de puestos de trabajo. ¿Cuál es el problema detrás de esto? Una falta de competitividad que atraviesa a todos los sectores de la economía, porque el gobierno ha tenido un comportamiento de aumentar el gasto que ha derivado en un déficit fiscal. Ese gasto se ha financiado con suba de impuestos, y las tarifas públicas han sido un instrumento recaudador para financiar el agujero fiscal. No tenemos buenos resultados en infraestructura ni buena provisión de bienes públicos. Todo eso es lo que hay que revertir. Lo primero que hay que hacer es mejorar el resultado fiscal a través del ahorro de los 900 millones de dólares del que hablábamos hoy. El Estado tiene que ser más eficiente y eso volcarlo en más oxígeno al sector privado. Tienen que bajar las tarifas públicas, la carga tributaria. No podemos seguir pidiéndole al que carga combustible que financie el despilfarro del gobierno. Lo otro importante es mejorar la gestión de las empresas públicas. Mientras se van plasmando esas mejoras de competitividad, hay que apoyar a las mipymes con medidas concretas. Proponemos cambios en lo tributario, por ejemplo, que la empresa tribute de acuerdo a lo que factura.
Sobre la línea astorista ya habló, pero ¿qué diferencias tiene el PN con la política económica de Talvi?
No me voy a desmarcar de la política económica de Talvi. No voy a contestar estrictamente tu pregunta porque lo que hemos buscado en este tiempo, analizando los distintos programas de la oposición, han sido las coincidencias. Tenemos diferencias que me tienta decir, pero realmente estamos focalizados en buscar coincidencias con el Partido Colorado, el Partido Independiente, el Partido de la Gente, Cabildo Abierto y todos los partidos que puedan formar parte de un gobierno multicolor. Es importante tender estos puentes porque de ese acuerdo va a surgir un compromiso con el país que represente a la mayor parte de los ciudadanos.
El perfil bajo y la búsqueda del equilibrio
Con un marcado bajo perfil, admite que no le gusta el exceso de exposición pública. Sin embargo, entiende importante que se conozca lo que piensa, por el rol que hoy ocupa en el equipo del candidato opositor favorito.
En 2014, cuando Lacalle Pou le ofreció ser parte de su grupo de trabajo, uno de sus hijos la alentó a que dijera que no. “Somos una familia que no nos gusta que aparezcas en un cartel, y además, si sos ministra de Economía y ves a alguien durmiendo en la calle, te vas a sentir absolutamente responsable, así que la vas a pasar horrible”, recuerda que le comentó en ese momento. Días después cambió de opinión: “lo estuve pensando, y si creés que podés aportar algo para el país, yo te banco”, le expresó. Pasados cinco años, sus tres hijos están orgullosos de que ella se haya embarcado en este proyecto, asegura.
Azucena se define como una persona “muy directa”, que busca el equilibrio en todos los aspectos, aunque no siempre lo logra. Dice también que es muy determinada: demora mucho en tomar una decisión, pero una vez que lo hace, va para adelante con el fin de llevarla a cabo.
Tiene los recuerdos más lindos de su infancia, con mucho juego, alegría, y largas vacaciones en el campo, con sus papás y sus dos hermanas. “En esta casa hay mucho cacique y poco indio”, afirmaba su padre, haciendo alusión al gran carácter que tenían las mujeres de la familia.
La economista disfruta su rol de mamá y tiene claro que esa es su prioridad. “En todas las demás cosas somos sustituibles, pero yo no tengo sustituto como madre”, explica. Por eso intenta combinar de la mejor forma posible la vida familiar con la actividad política, aunque hoy sus hijos saben lo importante que es para ella este proyecto y la apoyan totalmente.
Cuando consigue tener algún tiempo libre le gusta ir a clase de pilates. No es muy fan de las series, pero cada tanto mira alguna con el esposo o van al cine. Lo que más disfruta en verano, donde tiene más margen para otras actividades, es poder sentarse y leer un libro.