El jueves pasado, Diego Quiroga –el encargado de la trazabilidad del ganado en el negocio en Conexión Ganadera – se presentó en Fiscalía como indagado nuevamente. El fiscal Dr. Enrique Rodríguez le exhibió contratos para que indicara qué se hizo con el dinero recibido. Los firmantes de estos contratos no tenían ganado a su nombre. Una vez más, Quiroga respondió con evasivas y apuntando a Gustavo Basso, quien era su jefe y hoy no puede declarar.
También se le preguntó por la empresa tunecina Gladenur SA, propiedad de Mohammad Issam Hijazi. Esta se dedica a comprar y exportar ganado en pie a Turquía y Medio Oriente, básicamente. Por alguna razón, la empresa figuraba como tomadora de ganado en contratos de Conexión Ganadera, cosa que sus directivos negaron. Una vez más, Quiroga dijo que el vínculo entre Gladenur y Conexión Ganadera era un tema de Basso.
Ahora bien, Gladenur necesita acopiar ganado, cada barco carga aproximadamente 15.000 terneros. Paga a seis meses el ganado y al resto de sus proveedores a un año. Basso llegó a entregar entre quince y veinte millones de dólares en ganado a cobrar a seis meses. ¿De dónde salía ese dinero? Quiroga dice no saberlo, habrá que preguntarle a Rava, el sucesor de Basso en el escritorio rural. Las comisiones son enormes en estos negocios, rondan los trescientos mil dólares por mes. A esto hay que sumarle la comisión del ganado. ¿Basso tenía ese capital líquido? ¿No sería capital de los inversores de Conexión Ganadera? Otra persona que podría responderlo es Pablo Carrasco.
Las cuarentenas, o días de acopio, del ganado antes de salir del país son de 45 días. Por un testigo reservado, hoy sabemos que se pagaba una coima a los directores zonales y a los jefes de servicios ganaderos departamentales del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) para sacarlo a los 10 días y de esa forma la empresa se ahorraba mucho dinero.
Estoy en contacto con el Ing. Agr. Carlos Fuellis, director de la División de Sanidad Animal del MGAP. Fuellis se puso a disposición para trabajar en conjunto y erradicar esta práctica. Me comentó que José Mujica, siendo ministro de Ganadería entre 2005 y 2008, quiso hacerlo sin éxito. “Es una barra bravísima, muchos años trabajando y si cortás te paran el ministerio”. Era difícil encontrar las pruebas porque nadie quería hablar, el dinero se entregaba en efectivo, no había rastro.
Estos funcionarios del MGAP son los encargados, entre otras cosas, del control de la vacunación del ganado y de cambiar guías a la hora de la venta de ganado. Seguramente tendrán mucho que explicar. El fiscal de lavado de activos ya está al tanto.
Hay que ser cuidadoso con la información, como dijimos una vez. Si varias personas dicen que el dólar va a subir y este tiene libre flotación, seguramente haya una corrida hacia esa moneda que finalmente hará que su cotización suba.
Lo mismo sucede con los bancos y ahora con los escritorios rurales y los fideicomisos ganaderos que venden bonos. Hace un rato llegó un correo de la casilla de Secretaría-Berrutti a sus clientes, alrededor de 400, para informar que no podían pagar la renta ni el capital en este momento. Se convocó a una junta de accionistas y se ofrecerá una reestructuración a los inversores. La Dra. Silvia Cuello me envió un contrato por 50 mil dólares y presentará un escrito mañana mismo, buscará abrir un concurso de acreedores y denunciar penalmente a los responsables de la empresa por esto que parece ser una estafa.
Para que tengan una idea, la empresa es Berrutti United Breeders & Packers, cuyo nombre fantasía es Portfolio Capital y en su página web ofrecía una renta anualizada de 21,09%. Entiendo que aquí también hay un esquema Ponzi y que seguramente no aparezca todo el ganado que figura en el Sistema Nacional de Información Ganadera.
A través de otro abogado, me ha llegado otra estafa piramidal con engorde de ganado, donde uno de los socios dijo tener el dinero en “bonos soberanos argentinos” y no en ganado. Bonos soberanos de un país que ha dado default en nueve ocasiones.
Evidentemente, este es un país que alienta la estafa, entendemos que el Poder Ejecutivo y el Parlamento tienen que tomar medidas ya para que esto no siga ocurriendo. No más “en este país nadie va preso por plata”, “acá si te robás una gallina para comer vas preso, si te mandás una estafa de cuello blanco sos un señor y te volvés rico”. Las penas tienen que ser muy duras, tanto para los estafadores como para los empleados públicos cómplices.
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