Hace 141 años, se instaló al norte del país la Compañía Francesa de Minas de Oro del Uruguay, en el entorno de lo que sería algunos años después el pueblo Minas de Corrales en el departamento de Rivera. El nombre del pueblo acarrea la rica historia minera y ganadera de la zona, por las explotaciones que funcionaron durante 60 años, a cielo abierto y subterránea, y por los corrales de piedra creados en el siglo XIX. Ya a comienzos de la década del 1910, la compañía comenzó a producir a déficit,
aunque recién en 1939 cesó su producción, dejando un rico patrimonio histórico en el pueblo, entre lo que se encuentra la primera represa hidroeléctrica de América Latina, que abastecía de energía a la minera.
En el año 1996 volvió la extracción de oro a Minas de Corrales, que dos años antes había sido declarada villa y contaba con alrededor de 2900 habitantes. Esta vez el grupo Uruguay Mineral Exploration (UME) sustentado por fondos canadienses principalmente se encargó de la explotación, en la llamada Mina de San Gregorio. El proceso es muy costoso y requiere de gran precisión, ya que solamente el 3% de la roca aproximadamente contiene oro, y luego de extraído implica un complejo proceso de laboratorio hasta la obtención de los lingotes.
A mediados del año pasado nuevamente se dejó de producir, enviando a gran parte de los trabajadores al seguro de desempleo, conservando unos pocos puestos de control y monitoreo ambiental. En el pueblo se rumorea que podrían invertir capitales chinos para volver a explotar la minería (en este caso de hierro), pero por el momento no hay confirmación oficial de que suceda en el corto plazo.
En diálogo con La Mañana, un ex trabajador de la minera, quien prefirió no identificarse, comentó que “el impacto que tuvo (el inminente cierre) en la población en lo económico es lamentable, porque se terminó la fuente de trabajo más importante en la región”, y que “durante el tiempo que estuvo la minera trabajando no se buscó preparar a la gente para otras alternativas”.
La empresa actualmente no produce, pero no ha cerrado definitivamente, pidieron un año de plazo para regularizar la situación, por lo cual el personal está todo en seguro de paro. En pocos días se termina dicho plazo, por lo que deben definir si cierran definitivamente.
“Todo lleva a pensar que no seguirá funcionando, vendieron maquinaria, desarmaron galpones y los fueron vendiendo, inclusive se habla de que vendieron los permisos de explotación y algunos campos. También está el tema de qué harán con el personal, algunos están desde hace 2 años en seguro de paro, con prórrogas cada 3 meses, la gente está muy preocupada porque no tienen una respuesta definitiva”.
En relación al posible impacto ambiental para la zona del cierre de las operaciones y sus posibles consecuencias, opinó que “es muy importante porque se han ralentizado procesos de cuidado del agua y demás que pueden dejar secuelas irreversibles. En el cierre de mina se deberían realizar muchos procesos preventivos con las canteras que tampoco se han hecho.”
Se han buscado otras alternativas, como el turismo, que considera positivas, pero “mucha gente se queda sin trabajo y son fuentes que no se han restablecido en su totalidad, todo esto sumado a que en el país la pérdida de puestos de trabajo es un problema creciente”.
Sobre el lento proceso de cierre, “viene dándose desde hace 5 o 6 años, fue decayendo la producción, la empresa no encontraba nuevos yacimientos o encontraba algunos donde no era rentable extraer, y fueron perdiendo permisos de exploración, y al no tener nuevos proyectos la empresa se va achicando, sin proyección a futuro. A eso se le sumó que la (explotación) subterránea que era muy costosa y lo que se extraía era muy poco, y problemas de mala administración. Por parte del gobierno le exoneraron algunos cánones pero la producción ya no era rentable, y llegó el momento en que no fue posible continuar la operación”.
“Lo que se puede ver es que las instalaciones las están desmantelando, por lo que se percibe que el cierre es definitivo y no hay un proyecto a corto plazo”, concluye.