Así lo definió la estudiante avanzado de Facultad de Agronomía UdelaR, Agustina Álvarez que desde hace un buen tiempo produce en forma orgánica en el medio rural de Florida. Junto a otras personas encabezan un equipo que mensualmente comparten semillas, plantines y experiencias con más de 70 personas en la ciudad de Florida. Argumenta que no se trata solo de plantar naturalmente sino que es una forma de vida. Junto a su familia continúa escribiendo su proyecto de vida.
Cada vez es más común ver como la agroecología se expande y gana espacios en un mundo que de a poco toma conciencia sobre la necesidad de estas prácticas que cuidan nuestro hábitat y al propio ser humano. Para sus promotores se trata más de una filosofía de vida que de una simple forma de producir sano y natural.
Agustina Álvarez, estudiante de agronomía de profesión y vocación, madre, esposa y productora hortícola define a esta comunidad que se encuentra en plena expansión como “un movimiento social” consustanciado con el cuidado del planeta, y por ende del ser humano en su conjunto.
Desde sus inicios en la carrera de agronomía siempre su interés estuvo relacionado con la producción orgánica de alimentos hortícolas. “Con las plantas siento que hay otra mística” afirma con la prestancia de quién ama lo que hace, potenciada por la posibilidad de hacerlo de forma agroecológica. Reconocernos en los cultivos y en el ecosistema en general “es involucrarse 100% en el lugar que estamos habitando”. Desde entonces ha venido desarrollando actividades, talleres, compartiendo conocimientos y formando equipos cada vez más amplios y mejor involucrados en esta forma de vida.
Su proyecto familiar
Su primera experiencia familiar fue en un predio ubicado en la zona rural de Villa Vieja a pocos kilómetros de la ciudad de Florida. Actualmente vive junto a su familia en La Macana donde están comenzando los primeros pasos exploratorios para desarrollar su propia producción orgánica en el lugar. En este segundo predio donde se encuentran desde hace dos años están llevando adelante pequeños pasos para avanzar en su ambicioso proyecto personal. Ambos sitios forman parte de un proyecto que “viene escribiéndose” y como todos los procesos que tienen que ver con ciclos biológicos llevan su tiempo y paciencia. Agustina está convencida que transitar por este camino es la manera más adecuada de cuidar los recursos naturales “nuestro cuerpo, nuestra salud, nuestra familia” y sobre todo ser consciente de lo que consumimos.
Para llevar adelante este sistema de producción basado en los recursos naturales existen un conjunto de prácticas que tiene que ver con el cuidado del planeta. Agustina explicó algunos de los procesos como la incorporación de abonos verdes donde se aporta lo que la propia tierra otorga a través de los cultivos. Con la incorporación de compost y biofertilizantes “alimentamos el suelo” para posteriormente proseguir con la elección de aquellos vegetales que se pretenden producir.
En esta etapa básicamente es fundamental la elección de las semillas de estación que se van a utilizar, producidas por los propios interesados, recogidas de cosechas anteriores y conservadas bajo estrictos estándares que permitan una excelente producción. Igual de exigente es la producción y obtención de plantines que para el caso de Agustina están actualmente creando infraestructura que permita sostener la producción de plantines y además recurre a intercambios con sus pares o viveros de confianza por su apuesta a un mismo sistema de producción natural y sustentable.
Una buena oportunidad
Florida fue el centro de una interesante actividad de la Red Nacional de Agroecología con la participación de productores, personas interesadas, empresas relacionadas al sector y profesionales. La jornada fue un buen indicio de que el sector se encuentra en permanente crecimiento, tanto por aquellos que se inician en este tipo de producciones como aquellos que se encuentran en etapa de transición entre la forma tradicional con la utilización de productos químicos y una nueva donde “están eligiendo esta manera de producir” apostándoos a sistemas de producción sostenibles.
La actividad fue una buena oportunidad de conectar personas interesadas en intercambiar conocimientos e inclusive semillas de diferentes lugares dado a que desde el 2020 funciona en la ciudad de Florida un intercambio de semillas nacido de la iniciativa que Agustina junto a otras personas llevan adelante con gran éxito. Dependiendo de la época del año, las más de setenta personas que participan de esta actividad se reúnen ya sea quincenal o mensualmente en la Plaza Artigas de la capital departamental para intercambiar semillas para su producción. Se trata de semillas sanas, sin químicos, que forman parte de la cosecha que esta comunidad de vecinos recoge, conserva y comparte con los demás. Estos encuentros son proclives para que muchas personas que apenas tienen un pequeño espacio en sus domicilios se incorporen al grupo y comiencen a producir algunos de los alimentos que forman parte de su dieta diaria.
Un movimiento social
Como desde hace 11 años, agosto es un mes especial para Agustina y su equipo de trabajo que ya están preparando la “Feria Camino Verde” en el Latu. Se trata de un evento donde participan empresas, proyectos, emprendimientos relacionados a la producción sostenible y el cuidado del planeta. “Ahí se pone al servicio de todos, los pilares que fundamentan la producción sustentable como “el cuidado del hábitat, el cuidado personal y la alimentación, la gestión de residuos” donde los participantes pueden encontrar una alternativa para vivir mejor.
La intendencia de Florida aporta semillas para huertas familiares
La Dirección de Desarrollo Sostenible de la intendencia de Florida lleva adelante desde hace varios años un programa de huertas en escuelas del departamento. La responsable del área ingeniera agrónoma Carolina Pereyra indicó que se atienden cada año 25 escuelas donde los niños producen alimentos en invernáculos, incorporando conocimientos y buenas prácticas. Por estos días están abiertas las inscripciones para los interesados en obtener las semillas de huerta que la comuna distribuye en el mes de agosto. Cada año más de 1.200 familias de todo el departamento retiran sus semillas que luego son utilizadas en su huerta personal para la elaboración de sus propios alimentos.
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