En una comparecencia clave ante la Comisión de Presupuesto del Parlamento, el ministro Alfredo Fratti delineó los desafíos y prioridades del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) para el próximo período.
La Comisión de Hacienda y Presupuesto del Senado fue escenario este lunes de una doble exposición que tuvo, de un lado, el enfoque en un actor clave de la economía nacional: el Instituto Nacional de la Leche (Inale). Del otro, la ambición expansiva y los avances tangibles del Instituto Nacional de Colonización (INC), que bajo el liderazgo de Andrés Henry defiende su capacidad para ejecutar un Plan Quinquenal que apunta al desarrollo rural integral.
El ministro Alfredo Fratti, en declaraciones a la prensa tras su comparecencia, fue contundente al señalar que la discusión presupuestal para su cartera tiene un nombre propio: el Inale. Mientras tanto, en el hemiciclo, Henry desgranaba números, alianzas y proyecciones, presentando a Colonización no como un mero repartidor de tierras, sino como un dinamizador del desarrollo territorial.
La batalla silenciosa por el Inale
Con la mirada puesta en la Cámara de Senadores, donde se definirá el destino final de la Ley de Presupuesto, el ministro Fratti adoptó una estrategia de perfil bajo, pero con un mensaje claro. “Lo nuestro ya está. Ahora, lo que pase en el Senado, es responsabilidad de los legisladores”, declaró, evitando realizar apreciaciones que, a su juicio, “de repente perjudiquen el negocio”.
Esta cautela no es casual. Reconoció que existen “aditivos” y “sustitutivos” en discusión, pero prefirió no opinar sobre ellos, dejando la pelota en el tejado de los senadores. Sin embargo, su neutralidad se quebró cuando el tema de conversación se centró en el Instituto Nacional de la Leche.
“Hemos puesto toda la carne ahí”, afirmó Fratti, sin ambages. Para el titular del MGAP, el Inale trasciende su función sectorial. “No solo es un instituto que trabaja en el sector lácteo, sino que nos ha ayudado muchísimo en los conflictos. Es creíble tanto para los trabajadores como para los industriales”, destacó, subrayando su rol de mediador confiable en una cadena a menudo tensionada.
El financiamiento del instituto parece ser la piedra angular de su gestión. Fratti expresó su deseo de que las exportaciones lácteas se reflejen directamente en los recursos del Inale, una medida que potenciaría su autonomía. No obstante, mostró flexibilidad en los plazos: “Si no se arregla ahora y se arregla en la Rendición de Cuentas que viene, tampoco estaría mal”. Lo que no admite discusión es la necesidad de “tener la absoluta certeza de que no le falta dinero para funcionamiento al Inale, porque es esencial para la lechería y para el país por el entramado social que mantiene”.
Este énfasis en el “entramado social” revela una comprensión del instituto como un estabilizador que va más allá de lo económico, anclando comunidades y moderando conflictos de intereses.
Al ser consultado sobre Colonización, Fratti no eludió reconocer una “dificultad” heredada: “Hay que recordar también que eso tiene un tiro bajo el ala cuando en el período anterior se le sacó los recursos genuinos que iban de las transacciones agropecuarias. Esa plata no estuvo ni va a estar”. Esta afirmación sienta un precedente claro sobre el contexto de restricción fiscal en el que debe moverse el INC, haciendo aún más relevantes los avances reportados por Henry.
Colonización: un instituto que se reinventa en alianza
Frente a los legisladores, el presidente del INC, Andrés Henry, no se limitó a presentar un presupuesto; expuso una filosofía de trabajo. Sostuvo que la institución tiene como objetivos centrales el “fortalecimiento de la política de tierra” y el “desarrollo de la agricultura familiar”, con una “importancia especial en mujeres y jóvenes”. Pero la respuesta a la pregunta crucial sobre su capacidad operativa para un plan quinquenal “tan ambicioso” se basó en un concepto: la “política de alianza”.
“No lo vemos al Instituto como solo con el objetivo de repartir tierra, sino que vemos al Instituto como un elemento fundamental para generar desarrollo tanto de los nuevos colonos y los colonos que ya existen, como las zonas circundantes a las colonias”, explicó Henry. Esta visión amplia exige una acción coordinada con otras reparticiones del MGAP, una sinergia que ya está en marcha.
El titular del INC enumeró una red de colaboraciones que funciona como un andamiaje para el desarrollo rural:
- Con la Dirección General de Desarrollo: trabajan en el territorio, incluso en “los parvos de cada colonia”, implementando mesas de desarrollo rural y programas de agua en las parcelas.
- Con la Dirección General de Recursos Naturales: el foco está en el “cuidado del ambiente”, un tema crítico para la lechería. Se prioriza el tratamiento de efluentes, no solo para la protección de la cuenca de Santa Lucía, sino para todas las explotaciones intensivas.
- Con la Dirección General de Sanidad Animal: en alianza con el Banco República, se avanza en un programa para que “todas las colonias del Instituto tengan baños de ganado”. El objetivo es claro: “Disminuir la incidencia de la garrapata, sobre todo al norte de Río Negro”.
- Con la Dirección Forestal: se promueve el programa de silvopastoreo, incorporando esta tecnología en los predios de colonización.
- Con el Plan Agropecuario y Procría: se coordinó el financiamiento para 360 productores familiares, colonos, utilizando fondos propios del INC.
- Con el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA): el proyecto María Dolores aspira a ser también una “plataforma de investigación” para una “lechería moderna”.
Esta política de alianzas, que incluye también al BROU para créditos y financiación, es la columna vertebral que, según Henry, permite al INC aspirar a sus metas a pesar de la histórica quita de recursos genuinos.
María Dolores: de la promesa a los números concretos
Si hay un proyecto que simboliza esta nueva ambición del INC, ese es María Dolores. Henry llegó a la comisión con datos precisos que buscan convertir las promesas en realidades verificables.
En cuanto a la superficie, el titular del INC informó que ya se tienen “834 hectáreas de maíz, y 288 próximas a sembrar”. Esto totaliza 1122 hectáreas de las 1150 prometidas para el banco de forraje, un avance del 97,5%.
El riego, componente vital para la productividad, también muestra un progreso sustancial. De los 10 pívots del proyecto, “5 ya están regando, 3 están prontos para empezar a regar, y los otros 2 los estamos terminando de recuperar”. La lámina de agua utilizada es de 8 milímetros, con una mínima de 4, lo que, aseguró Henry, provee “un volumen de agua más que suficiente para pasar este verano y que los cultivos no tengan déficit hídrico”.
La transparencia en los costos fue otra parte clave de su exposición. Detalló que se cobra una “renta agrícola” de 4911 pesos por hectárea a los cinco gremiales que gestionan los cultivos, y una amortización de 138 dólares por hectárea por el uso de los pívots. La expectativa es negociar un “contrato de arrendamiento definitivo” al finalizar el ciclo actual.
Henry recalcó la multifuncionalidad del proyecto: además de ser un banco de forraje y un campo de recría, albergará 16 nuevos emprendimientos lecheros y servirá como plataforma de investigación científica en colaboración con el INIA, incluyendo el “corral del Gordi” para estudios en lechería y engorde de ganado.
Dos estrategias, un mismo ministerio
La jornada en el Senado dejó en evidencia las dos caras de la política agropecuaria actual. Por un lado, la gestión defensiva y esencial de Alfredo Fratti, que prioriza la sostenibilidad financiera de un instituto clave como el Inale, consciente de que su estabilidad es un termómetro para todo el sector lácteo. Su llamado a los senadores es tácito: asegurar el funcionamiento de lo que ya existe y demostró su valor.
Por el otro, la gestión ofensiva y proyectual de Andrés Henry en Colonización, que busca demostrar eficiencia y capacidad de ejecución a través de un modelo de trabajo en red. En un contexto de recursos recortados, el INC apela a la colaboración y a la exhibición de resultados concretos, como los de María Dolores, para justificar su presupuesto y su visión de futuro.
Mientras Fratti confía en que los legisladores comprendan la importancia de no “perjudicar el negocio” con el Inale, Henry les muestra, con números y hectáreas, que el INC ya está en movimiento. El desafío para la Comisión de Presupuesto será equilibrar estas dos urgencias: sostener lo esencial y financiar la expansión, en un rompecabezas fiscal donde cada recurso cuenta.




















































