En el marco de la 46ª Feria Internacional del Libro y como producto de una elaboración colectiva en la que se consultó a escritores y escritoras, así como a otros actores culturales, la institución aprobó el plan que en lo sucesivo será difundido y presentado a los representantes del área cultural de los partidos políticos que participan este mes de las elecciones nacionales.
Para conocer más sobre esta propuesta entrevistamos a Jorge Nández, presidente de la Comisión Directiva de la Casa de los Escritores del Uruguay.
Esta “Casa que no existe” (como la llamó Carlos Liscano) comenzó por el 2002 y supo convivir en medio de un mercado, ¿fue así? ¿Cómo se fueron acomodando en lo logístico?
“Bienvenidos a la Casa que no existe, bienvenidos a la utopía que es el lugar natural de la literatura”. Con estas palabras Carlos Liscano –primer presidente de la Casa– comunicaba la fundación de la Casa de los Escritores del Uruguay. Corría el año 2002. La expresión contiene un sentido simbólico –como lo posee también el logo con la letra A mayúscula– además de ser una referencia empírica pues la cAsa no tenía casa. Se optó por esa denominación frente a otras posibles y lógicas porque el término casa manifestaba de manera –más apropiada y oportuna por el momento histórico– la voluntad de constituir un espacio de unión, encuentro y convivencia que interrelacionara, proyectara, protegiera –intención que se procura mantener vigente– a los escritores y escritoras. Los estatutos formulan con precisión y amplitud los cometidos de la organización, entre otros aspectos el compromiso cultural, estético, la defensa y reivindicación de los derechos como artistas.
En aquel entonces se vivía un complejo momento económico, político y social –crisis de 2002–. El desamparo campeaba y golpeaba. En ese contexto –trabando en vínculo la literatura y el pan– se organizó Letras por kilo, un espectáculo literario convocado para reunir alimentos no perecederos para donar a sectores de la población afectada por la situación. En su discurso inaugural dijo Liscano: “Cuando el país se hunde apostamos a la cultura como forma de sobrevivir con dignidad. En el 2002 se quebraron los relatos referenciales que nos unían como sociedad. Ante el desamparo y la incertidumbre, la palabra debe ayudar a encontrar significados”.
Entre los años 2004 y 2006 se encaminaron los asuntos locativos y administrativos. Un convenio con la Intendencia de Montevideo permitió disponer de un espacio en el Mercado de la Abundancia y, en una acción solidaria, escritores y escritoras construyeron lo que fue, durante dieciséis años, el local propio. Por una reformulación funcional primero y luego problemas de la estructura edilicia del Mercado, hubo que abondonar el sitio. En esta misma época, se hizo el registro jurídico como asociación y se obtuvieron los primeros fondos de la Intendencia de Montevideo, que suponían distintos tipos de contraprestaciones de los escritores: conferencias, talleres, y otras actividades.
En el momento actual, por un contrato de arrendamiento, se mantiene la sede en Conventuales, Canelones 1192. Recientemente, se firmó con la Intendencia la concesión de uso de un local para la radicación la sede social en las calles Cornelio Costa y Jaime Cibils, espacio que no se ha ocupado aún.
Mientras que otras actividades culturales requieren del trabajo en conjunto, tales como las del teatro, el cine, danza, etcétera, las artes plásticas y las literarias se pueden realizar más en solitario. ¿Eso fue un obstáculo para que los escritores se organizaran? ¿Cómo fue ese proceso?
No tengo certezas como para asignar al carácter solitario de la creación y del trabajo en el arte de escribir la condición de obstáculo al considerar el agrupamiento social –ya sea sindicato, sociedad, colegio, fundación–. Tal carácter, seguramente, no sea promotor del espíritu gregario, pero tampoco lo contradice necesariamente. Existen otros aspectos –ideológicos, culturales, históricos, políticos– que inciden y determinan más.
La Ley del Artista (Estatuto del Artista y Oficios Conexos) promulgada en 2008 incluyó a los profesionales de la danza, la actuación y la música además de los técnicos en oficios conexos a estas actividades. Quedaron excluidos los artistas plásticos y visuales y los escritores y escritoras. Ha permanecido la visión de que la dificultad para organizarse condicionó quedar al margen de la ley. Más allá de las dificultades reales para converger en una propuesta orgánica representativa de los artistas implicados, desde mi punto de vista, hubo otro aspecto que sí fue determinante. La forma de cálculo y la modalidad del aporte previsional –perfil, actividad, cómputo, valoración de la obra estética como trabajo– fue un escollo que resultó a la postre insalvable.
A ello se sumó la oposición de quienes –políticos en ejercicio y autoridades de los organismos públicos–estaban focalizados en la exigencia de calcular los aportes (lo cual involucra una manera cuantitativa y medible de tratar el trabajo del escritor).
A riesgo de simplificar el tema, el paradigma aplicado por políticos parlamentarios y autoridades de los organismos públicos, en el momento de las tratativas, fue un correlato de las variables consideradas para el trabajador dependiente. La distinción de formas de reconocimiento del trabajo no se limita al trabajo asalariado. En este sentido, la Fundación Mario Benedetti y Casa de los Escritores a lo largo de estos últimos años han realizado encuentros de intercambio con profesionales, asesores técnicos y parlamentarios como para definir propuestas específicas apoyadas en criterios relativos. En la actualidad, artistas plásticos y escritores están incorporados en la ley y se posee una propuesta sobre los requisitos y condiciones para realizar el registro y la certificación.
Además de los aportes sociales, ¿qué apoyos reciben estatales, privados o de otras asociaciones?
La obtención de recursos, además del ingreso de los socios, proviene de convenios con la Intendencia de Montevideo, apoyo puntual de otras intendencias del país donde se realizan actividades (Tacuarembó, por ejemplo), el acceso a otros fondos de apoyo público como las que ofrece el Ministerio de Educación y Cultura. Eventualmente, se ha contado con la contribución y apoyo de otras instituciones, como es el caso de la Fundación Mario Benedetti.
¿Qué eventos o actividades realizan a nivel nacional e internacional?
Durante este año, se coordinaron doce talleres literarios en bibliotecas públicas de la Intendencia de Montevideo en el marco del convenio vigente. El 27 de setiembre se hizo una muestra con los trabajos de alguno de esos talleres en la 46ª. Feria Internacional del libro de Montevideo.
El 21 de marzo, en el Día Internacional de la Poesía se realizaron dos eventos. En Montevideo, en el Espacio Colabora, se convocó a más de treinta poetas a la actividad denominada “Las poetas dicen”. El mismo día y a la misma hora, en el Club Tacuarembó y con el auspicio de la Intendencia se reunieron catorce poetas a leer sus creaciones.
Por otra parte, se han desarrollado dos de diez actividades del ciclo La ciudad y libros. Se trata de un proyecto de promoción de la lectura, la literatura y los autores y autoras nacionales, y de apoyo a la producción editorial de nuestro país, en los diferentes espacios culturales de los barrios de Montevideo. El primer encuentro se realizó en la Sala Lazaroff y participaron Tatiana Oroño Y Gustavo Espinosa. El siguiente se efectuó en el centro cultural La Casa de la Pólvora en el Cerro y estuvo a cargo de Dino Armas. El próximo 18 de octubre, Malí Guzmán se encontrará con niños y niñas para leer y conversar en la Biblioteca María Víttoti de Peñarol.
La Casa organizó dos conversatorios sobre el tema “Políticas públicas para el libro y la lectura” el llevado a cabo en la 27ª Feria de San José con la participación de Hugo Achugar, Gabriela Sosa por la Asociación de Profesores del Uruguay, Julia Demasi por la Asociación de Bibliotecólogos del Uruguay y Jorge Nández por Casa de los Escritores del Uruguay. El segundo se efectuó en la 46ª. Feria Internacional del Libro en Montevideo y llevó por título “Políticas públicas para el libro y la literatura”. Intervinieron Nicolás De Agopián por el Intituto de Letras del MEC, Álvaro Risso por la Cámara del Libro, Ramiro Pallares por el Departamento de Cultura de la IM y Jorge Nández por Casa de los Escritores del Uruguay.
¿Qué objetivo o misión tiene La Casa de los Escritores del Uruguay?
La Casa de los Escritores del Uruguay es una asociación civil cuyo objeto es el fomento, la unión y asociación de todos los escritores uruguayos y de los extranjeros residentes en Uruguay, organizar actividades que promuevan la cultura y crear ámbitos de difusión y referencia cultural.
Formalizar todo tipo de acciones ante cualquier organismo o institución pública o privada con fines reivindicativos referente a los derechos de los escritores.
Hablemos de Ud. ¿Cuál es su género o temas preferidos? ¿Cómo fue su formación? ¿Cuáles fueron sus referentes literarios? ¿Cómo fue su vinculación con la institución?
Mi vinculación con la institución data de los comienzos, de hecho soy uno de los socios fundadores tal como consta en el acta del 15 de junio de 2023 cuando quedó constituida jurídicamente la asociación. Me reintegro al trabajo activo luego de dejar de ejercer mi tarea docente en 2015.
Egresé del Instituto de Profesores Artigas en la especialidad Español. Fui director efectivo del IPA, Inspector nacional de Español, profesor de didáctica en la misma asignatura.
La mención de autores como referentes de pronto no es la mejor evidencia del estado del gusto estético. Sin dudas que las grandes personalidades literarias siempre son referenciales por proximidad o por oposición. La lista sería amplia e imprecisa porque siempre queda algo sin decir. Mi inclinación lectora está ligada al ejercicio de mi profesión, por eso la literatura iberoamericana predomina sin dudas. No obstante, hay ciertos faros que permanecen encendidos nítidamente desde los años mozos en los que Kafka me consumía el tiempo y el universo, Vallejo me mostraba la nervadura de la palabra, y Melquíades desaparecía antes verlo. Hay obras tan paradigmáticas y vigentes más allá del gusto estético y la práctica en la escritura, como 1984 de Orwel, obra que tal vez, la realidad actual la hace más vigente.
Me interesan los temas sociales, políticos, culturales y la trama con la que se compagina la vida. En estos últimos tiempos, en la medida de lo posible he estado leyendo las obras literarias que estuvieron sancionadas, excluidas y ocultas en la Unión Soviética de 1920 a 1940 aproximadamente. Es una lectura del descubrimiento, efectivamente.
¿Qué visión y diagnóstico tiene Ud. del panorama literario del país? ¿Hay más escritores, más libros, menos lectores? ¿Hay nuevas editoriales, más poesía, ensayos, biografías? ¿Se lee más en pantallas? ¿Cómo inciden las plataformas?
¡Vaya pregunta! Soy sintético, dentro de mis posibilidades, y hablo desde la impresión. Hay una intensa voluntad de escribir, de hacer, de producir en nuestro país. Seguramente, talla alto la narrativa, el ensayo y aunque también la poesía. Existe, pues mucha producción, sin embargo, se encuentra con el obstáculo de la edición y la publicación. Pero, además, se da de frente contra otra barrera, la divulgación y la circulación. Los emprendimientos individuales y los colectivos afrontan los inconvenientes referidos (la financiación, por lo pronto) y otros no solamente en la capital donde la infraestructura cultural tiene desarrollo, sino y principalmente, en los departamentos del resto del país. En este sentido, la falta de una política cultural pública integrada provoca que el empeño y el impulso del trabajo creativo se desvanezcan y pierdan continuidad.
Acerca de la lectura en pantalla y el libro de papel diría que no se trata hoy día de una situación contradictoria y conflictiva. El clásico libro se ha ido dotando de un “saber existir” que los usarios han sabido asignarle, por lo cual las pantallas no son precisamente un sustituto, sino más bien un par. En este sentido, las plataformas cumplen un rol complementario –no sustituyen‑, enriquecedor a la postre. Bien: queda claro que ésta es una percepción muy cargada de deseo y no es el resultado de una medición científica.
¿Hay intercambio con la Academia Nacional de Letras, con el Inlet, con la Biblioteca Nacional, con la Cámara del libro, con la Asociación Uruguaya de Escritores, etcétera?
La Casa mantiene vínculos con todas las instituciones mencionadas en la pregunta. En el caso de la Biblioteca Nacional, hace un par de años, se firmó un convenio de coordinar actividades. Una de ellas fue la entrega de los manuscritos seleccionados que hizo Jorge Arbeleche de su propia obra.
En modo semejante, con la Cámara del Libro, se sostiene un diálogo frecuente para tratar temas de mutuo interés. Recientemene, Álvaro Risso, en representación de la Cámara participó en el conversatorio efectuado en la 46ª Feria Internacional de Montevideo.
Con la Academia Nacional de Letras, está planteada una reunión para considerar, entre otros temas, el proyecto Por un plan nacional del libro y la lectura.
Lo propio ocurre con Asociación Uruguaya de Escritores, señera institución con la que se guardan vínculos cordiales y con quienes deberemos trabajar en torno al registro y certificación de los escritores para ganar plenos derechos ante el Estatuto del Artista.
Vayamos ahora a las propuestas que acaban de publicar y que entregarán a todos los partidos políticos:
1. Implementar proyectos de apoyo a los escritores nacionales;
2. Desarrollar programas de creación de audiencias lectoras;
3. Promover la lectura en los medios de comunicación públicos;
4. Instrumentar políticas de apoyo a eventos literarios;
5. Fortalecer y promover los premios nacionales;
6. Instrumentar políticas hacia las bibliotecas públicas;
7. Implementar un plan nacional de lectura;
8. Reglamentar la incorporación de los escritores en la cobertura del estatuto del artista y oficios conexos;
9. Desarrollar programas de apoyo a pequeñas librerías;
10. Implementar programas de fomento a la producción editorial;
11. Fortalecer la institucionalidad del sector del libro y la lectura;
12. Promover ámbitos de participación y consulta de carácter institucional y permanente.
Así formuladas son los qué, ¿podría explicitar algo de los cómo y en especial los para qué?
El proyecto “Por un plan nacional del libro y la lectura” es de largo aliento debido a tocar una realidad compleja y que posee una historia extensa de dificultades. En primer término, la respuesta sobre cómo instrumentar las propuestas del proyecto conduce a reconocer la necesidad de disponer de una visión sistémica de la cultura. De contar o avanzar hacia un modelo integrado y sistémico de cultura. En segundo lugar, es condición determinante poner en acción las modalidades del ejercicio democrático, es decir, la participación, el diálogo, el intercambio organizacional e institucional.
La propuesta se encuadra en una estrategia que el propio documento plantea: “Resulta necesario desarrollar sinergias que impliquen relacionamiento y dinámicas comunes a los diversos actores del ecosistema literario. Es preciso considerar el conjunto del sector que conforman la creación literaria, la industria editorial y las políticas de creación de audiencias como un único ecosistema. Esto implicará la formulación de proyectos conjuntos y que tengan al mismo tiempo objetivos relativos al fortalecimiento de la industria editorial y la ampliación de públicos lectores. En ese sentido, resulta necesario alentar la creación y funcionamiento de redes de actores”.
Respecto del para qué. Sostener un Plan Nacional del Libro y la Lectura es esencial para fortalecer la institucionalidad de este ámbito en tres dimensiones: diseño institucional, normativa, y promoción de buenas prácticas. En términos de diseño institucional, el plan permitiría consolidar las unidades administrativas responsables de las políticas del libro y la lectura, facilitaría la planificación y gestión efectiva. Además, atender la normativa institucional aseguraría la creación y aprobación de marcos legales a nivel nacional y departamental, en tanto se establece una base sólida y legal para proteger y desarrollar este sector. Complementariamente, la profesionalización y formación continua de los equipos de gestión garantizarían la continuidad y eficiencia de estas políticas en el largo plazo. Más allá de la estructura institucional, es relevante expandir la presencia de estas políticas públicas en todo el territorio nacional, ya que la concentración de recursos en la zona metropolitana limita el acceso a la cultura y la educación en otras regiones. Además, en un contexto de fragmentación social e inseguridad, la promoción de la lectura y el acceso a la literatura se convierten en herramientas para fomentar la convivencia. El hábito lector educa y favorece el entendimiento y la cohesión social. Desde la literatura se contribuye a fortalecer las estructuras culturales, a una ciudadanía más activa y comprometida.
Para finalizar: ¿Qué desearía haber logrado el 31 de Diciembre de 2025 cuando llegue al fin de su mandato institucional (si es que no resulta reelegido)?
Consolidar la institución en su crecimiento social, avanzar en su estabilidad económica, asegurar el reconocimiento pleno de los escritores como sujeto de derecho con acceso a la cobertura previsional que debe corresponderles como a todos los artistas. Y por sobre todo, contar con otros espacios donde la literatura y el arte converjan a estimular la imaginación, el sentido crítico y el encuentro fraterno en la identidad cultural.
Jorge Nández Britos
Profesor de Idioma Español. Egresado de IPA. Doctorando en Lingüística en la Universidad Nacional de Rosario, Argentina. Diplomado Superior en Ciencias Sociales con énfasis en Lectura, Escritura y Educación. Flacso. Posgrado en Educación con énfasis en curriculum. Universidad Católica Dámaso Antonio Larrañaga. Posgrado Profesor de Lengua y Literatura, Instituto de Cooperación Iberoamericana.
Inspector de Idioma Español, Consejo de Educación Secundaria. Asesor docente del Consejo de Educación Secundaria. Director efectivo del Instituto de Profesores “Artigas”. Profesor efectivo de Didáctica Español – Instituto de Profesores “Artigas”. Profesor efectivo de Lengua – Institutos Normales “María Stagnero de Munar y Joaquín R. Sánchez”. Profesor de Talleres de Escritura I y III – Universidad Católica del Uruguay. Examinador Responsable y autor de exámenes de Lengua y Literatura – Español en International Baccalaureate Organization. Presidente de Casa de los Escritores por períodos 2020 – 2022 y 2024-2026.
Algunas de sus publicaciones
La política lingüística uruguaya en el marco orgánico de referencia de 2008 de la ANEP.
Español y portugués. Vectores de integración regional. (J. Nández -L. Varela, coordinadores). PASEM. Editorial Teseo, 2015.
Idioma Español III. Editorial Monteverde, 2012. (Coautor).
Enseñar ortografía. Editorial Santillana, 2011. (Coautor).
Aportes para la elaboración de propuestas de políticas educativas. Montevideo: MEC, 2009
Idioma Español II. Estrategias para la enseñanza de la lengua. Editorial Monteverde, 2008. (Coautor).
La ortografía. Un espacio de reflexión y desafío. Montevideo: Tradinco, 2004
Español, lengua materna. ANEP, CODICEN, 2000 (Coautor).
Idioma Español. Guía de apoyo al docente. ANEP, CODICEN, 1998(Coautor).
El discurso referido. (Coautor). En ANEP, CODICEN, 1997,
Escritura. Sistema grafemático y elementos suprasegmentales. En ANEP, CODICEN, Material de apoyo. Montevideo: ANEP, 1997.
Una nueva gramática académica. Montevideo: Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Udelar, 1995.
POESÍA
Reunida. Editorial Yaugurú, Montevideo, 2018.
Votivos. Editorial Yaugurú, Montevideo, 2011.
Simas. Editorial Monteverde, Montevideo, 2006.
Imprimismos. Editorial Artefato, Montevideo, 2005.
Los rostros de la cara. Editorial Caballo Perdido, Montevideo, 2002.
Aquí/ Entonces. Editorial Ideas, Montevideo, 1981.
Poesía Urgente y cuentos necesarios. Muestra de autores uruguayos de hoy. Antología. Editorial Deletreo, Montevideo, 2021.
Segunda antología internacional de poesía. Sabersinfin, Puebla, 2021
TE PUEDE INTERESAR: