El último taller de gestación permitió arribar a conclusiones importantes, como la importancia de hacer un buen manejo del ganado, lo cual también permite disminuir los efectos adversos del clima, como puede ser la sequía.
Se realizó la 23ª edición del Taller de Gestación Vacuna, un evento que se ha convertido en tradicional y de suma importancia en la agenda ganadera nacional, además de ser único en la región.
El Dr. Emilio Machado, veterinario del departamento de Rocha, es uno de los profesionales fundadores. “Estoy desde el primer día”, dijo a La Mañana, por lo que su experiencia acompaña la evolución del taller que se ha convertido “en una instancia nacional de cría para evaluar los resultados, pasando a tener el rol de diagnóstico de situación de la cría” en el rodeo nacional. Hasta los talleres “se desconocía cuál era la realidad”.
Frente a ese vacío se formó “un grupo apasionado por la cría” que “ha permanecido por el compromiso” de todo el equipo. La pasión y el compromiso “fue lo que nos nucleó y es lo que nos ha mantenido”, con el convencimiento de que “teníamos que dedicarnos, trabajar y mejorar” ese taller desde sus inicios.
En ese proceso ha habido cambios importantes en varios sentidos, incluso en el aspecto comunicacional. “Hubo años en los que nos parecía que todo lo que decíamos, todas las conclusiones que sacábamos, todo lo que aportábamos no tenía trascendencia”, pero ahora “no tenemos dudas de que se estaba gestando un cambio del cual nosotros hemos sido testigos por nuestro valor testimonial de recoger la información, de difundirla, de homogeneizarla, de contar nuestras experiencias en el manejo, como asesores o como técnicos que íbamos a hacer las ecografías”.
“Esa fue la parte fuerte del trabajo nuestro: durante muchísimos años hice una recolección de los datos de preñez y de variables, que era un trabajo muy minucioso, que fui automatizando y me puse a desarrollar un software para mejorar esas cosas”.
Se contaba sí “con la capacidad de organización de Graciela Quintans”, además de “la voluntad de mantener el taller”, lo que generó una actitud entre un grupo de personas que en ese momento “ni siquiera éramos amigos”.
Dudas sobre el futuro, un debate resuelto
Machado recordó que previo a realizar el 20º taller se reunieron en la casa del Dr. Santiago Bordaberry para discutir diversos asuntos, uno de ellos era “finalizar con los talleres, hacerlo ese año y despedirnos”. Sin embargo, “también estábamos los que sosteníamos la moción contraria, que consistía en que debíamos fortalecerlo, modernizarlo, actualizarlo y lanzarlo como una plataforma nacional. Y ganó esta última”.
En ese momento Machado propuso nuclear todos los datos, lo que facilitó la presentación “con una base de datos única y una sola conclusión de todos” los profesionales participantes. “A partir de ahí resolvimos hacer una plataforma nacional de cría, que es en lo que estamos ahora, donde los técnicos entren y vuelquen sus datos en el formulario web”, en una adaptación a los tiempos actuales. La historia del taller también es eso, un proceso constante que pasó “del lápiz y papel del comienzo, a la planilla Excel, y llegamos a los datos automatizados de hoy”.
El trabajo en el campo también evolucionó de forma notoria. Al inicio “no había trazabilidad, teníamos que anotar a mano el número de caravana, la categoría y condición corporal junto a otras variables. Todo era vaca por vaca”. Luego vinieron las computadoras portátiles y la tecnología se disparó. “Ahora estamos en una etapa en la vamos a integrar todo, hasta los datos objetivos de la condición corporal”, levantando los datos automáticamente en el tubo.
Por otro lado, Machado destacó la importancia de “despersonalizar el taller”, porque es tal su trascendencia que “no pude depender de los nombres” de quienes lo han sacado adelante, y por eso es importante “contar con una plataforma donde la información esté disponible, que permita el aporte de todos”.
“Hay que motivar a la gente joven, generar un círculo virtuoso con ellos planteándoles estas ideas, porque los jóvenes con estas cosas se enganchan enseguida”. Eso va de la mano de algo “fundamental”, que es “el recambio” generacional, y por otro lado hay que dar los espacios para que todos participen, aporten sus informaciones. “Yo creo que esa es la forma de que esto se perpetúe en el tiempo y ya no dependa de tal o cual veterinario”.
“Un lugar mágico”
Este año el taller se hizo en Santa Bernardina, en la Sociedad Rural de Durazno. Machado dijo que con esa nueva ubicación se dio un paso y se atendió una demanda nacida en el interior del grupo: “El taller tenía que recorrer el país y no radicarse cada año en la misma esquina”.
“Elegimos Durazno porque es el centro del país, y acertamos, atrajo mucha gente y dio buenos resultados. Lo que pasa es que Santa Bernardina se ha vuelto un lugar mágico, todo lo que se hace allí sale bien”, comentó.
Además del lugar, otra de las innovaciones fue contar con la participación del Centro Médico Veterinario de Durazno “que son toda gente joven”, con tan buen resultado que han pedido que el taller se vuelva a realizar allí.
La importancia de la cría
Machado celebró que hoy Uruguay tome la cría con la seriedad que se merece. Recordó que en el año 2000 Uruguay ya tuvo un programa nacional de promoción de la cría, Programa Nacional de Desarrollo de Pequeños y Medianos Ganaderos (Pronadega) en que el que “se formaron técnicos y planes de asistencia a grupos de productores”. Después hubo un vacío, “tuvimos que enfrentar críticas de economistas de la ganadería que decían que no valía la pena” con excepciones como la de Diego Varalla, “que fue el primer agrónomo con máster en Economía que defendió la cría desde el manejo”.
Cuando muchos iban por otro camino “nosotros veíamos que, si la ganadería evolucionaba y la cadena mejoraba, el eslabón que tenía que fortalecerse y beneficiarse era la cría. Trabajamos con esa visión y sobrevivimos a los actores eventuales que terminaron de la forma más horrible que se puede terminar, como son los casos de pública notoriedad”.
Ellos “fueron enemigos conceptuales nuestros, incluso intentaban debatir y en algún momento hasta se quisieron imponer a Graciela [Quintans] en el taller, estoy hablando concretamente de [Pablo] Carrasco, y se le dijo que de ninguna manera porque nosotros estábamos en las antípodas de lo que Carrasco pregonaba desde el punto de vista de la producción”.
Conclusiones del taller
De las conclusiones que se sacaron del taller, Machado nombró dos: “Una que no hay correlación entre tamaño y preñez porque los productores chicos preñan igual o mejor que los grandes” aunque la diferencia que pude haber “es insignificante desde el punto de vista porcentual”.
Y la segunda conclusión es “la relevancia de hacer una buena aplicación del manejo. Con la estrategia adecuada del manejo se puede mantener determinado porcentaje de preñez, y eso tiene un gran valor porque en definitiva es conocimiento y desarrollo humano”.
“Si hay un lugar donde no hay inversión, es la cría, por tanto no es cierto que la mayor producción sea en base a más inversión” aseveró, sino que los resultados se logran por “una construcción de conocimiento colectivo, y obviamente la tracción del mercado, pero esa tracción pudo haber generado la comodidad de no producir más porque se vende bien igual, y eso no sucedió”.
La pregunta es “¿qué hacen los que tienen un buen manejo?, pues, preñan más barato”, y por eso es importante “la ganadería de procesos y no de insumos, porque somos pobres. No podemos traer un camión de granos para las vaquillonas, no tenemos esa capacidad financiera ni de retorno, pero podemos intervenir en los procesos y en el manejo” para llegar a buenos resultados. “El taller ha afinado todo eso, por ejemplo en el diagnóstico de actividad ovárica”.
Sobre el resultado final cuyo índice de preñez fue del 82,1%, Machado precisó que el primer año que se tiene un resultado mayor al 80% fue 2013; luego hubo una caída y en los últimos 7 años, en 4 se superan el 80%, teniendo en el medio la peor sequía de la historia, cuando caímos al 71%. Ese dato es importante porque en otras sequías de menor intensidad habíamos caído al 59%”.
La conclusión de todo eso es que “quienes aplican manejos se independizan del efecto clima. No quiere decir que no lo sufran, pero saben cómo paliarlo. Y a pesar de que el clima les juegue en contra, toman las medidas y siempre terminan preñando, saben cómo hacerlo”. Además, ese grupo de productores crece y va logrando una estabilidad en su porcentaje, ya no es un grupo de punteros que preñaban bien y el resto se desploma a merced del tiempo”. Si el manejo es el correcto, “esa estabilidad también se da a pesar de la zona del país donde se produce”.
El desafío ahora es “tener una visión de futuro y saber cómo seguimos. Tenemos una situación esperanzadora, promisoria, donde podemos seguir trabajando, produciendo y aplicando las herramientas, sin dejar de introducir otras que van surgiendo, como la inteligencia artificial para ubicar los rodeos más eficientes”.
Por último, Machado señaló que con los resultados del taller se puede afirmar que Uruguay está “en los 3 millones y algo de terneros”, los cuales están por comenzar a nacer.