En el sistema silvopastoril es importante que el árbol sea bueno, pero debe respetar la producción que ya tenemos: el pasto, la ganadería y la biodiversidad.
El miércoles 9 de abril, el establecimiento Abuelita, ubicado en el departamento de Tacuarembó, recibió la visita de una delegación de australianos compuesta por productores y representantes de la industria e instituciones públicas de ese país, con interés en conocer el sistema silvopastoril que se realiza en ese establecimiento. Acompañaban a la delegación australiana productores argentinos que oficiaron de nexo con José Dutra da Silveira, titular de Abuelita y presidente de la Sociedad Uruguaya de Silvopastoreo (Susilvo).
Dutra dijo La Mañana que la gira de la comitiva australiana surgió a partir del contacto con productores argentinos “muy vinculados a los sistemas silvopastoriles desde la década del 80; los argentinos tienen un desarrollo silvopastoril desde hace bastante más años que nosotros”, agregó.
“Australia está en lo primeros pasos” y en coordinación con Argentina, que tiene más experiencia, se organizó una gira por la región: “Estuvieron 10 días en la zona, empezaron en Paraguay, Argentina y Uruguay, y se centró en ver los sistemas silvopastoriles, lo que hacemos acá, dándose un intercambio muy enriquecedor”.
Abuelita desarrolla el sistema silvopastoril desde 2015, y como se han realzado plantaciones todos los años “pudieron ver diferentes situaciones, varios diseños de silvopastoreo, sus ordenamientos, la distancia, el número de árboles por hectárea, los diferentes clones que hemos probado”, contó el productor.
Sobre por qué los australianos se fijan en esta zona del mundo, Dutra dijo que el eucaliptus es originario de Australia, por eso le “sorprendió que ellos no tuvieran ningún estudio de mejoramiento genético” de esa especie. Asimismo, “hay productores que tienen interés en el sistema silvopastoril, y cuando decimos ‘sistema’ es incorporar el árbol sumándose a la producción que ya está. Apuntamos al sistema ‘silvopastoril’ que tiene tres puntos fundamentales: las pasturas, los animales y los árboles. Todos tienen que convivir y todos deben tener su producción a muy buen nivel”.
Además del aspecto productivo pasto, animal y árbol, hay una “parte social, que es que los establecimientos rurales sigan siendo establecimientos rurales, que no sean desplazados por un macizo forestal, como muchas veces vemos, convirtiendo los establecimientos en taperas”.
La producción de árboles es interesante, pero Susilvo busca evitar el desplazamiento de las familias, “para lograrlo tenemos que plantar bien y cuidarlo mejor para llegar a una madera libre de nudos”, a la vez que se debe “controlar la sombra y el abrigo o confort que los árboles dan a la ganadería. El corte de ramas también es un control para que no compita con la entrada del sol a las pasturas”, aseveró.
Dutra definió su trabajo como “un desafío interesante”, que en el caso de Abuelita se suma “el pastoreo racional que hacemos debajo de los árboles, o sea silvopastoreo racional, con parcelas muy chicas, con altas cargas y con cambios diarios”.
Agregó que la producción ganadera de Abuelita “está muy cercana a alcanzar los bonos de carbono, lo que genera un ingreso extra”.
Adoptar y adaptar el conocimiento
Sobre las dificultades que presenta el sistema silvopastoril en Uruguay, dijo que en los productores hay “poco conocimiento en plantar árboles. Normalmente lo que vemos plantado es en acuerdo con las empresas forestales, y a la plantación en sí, el desarrollo forestal, lo hace la empresa que es la que tiene el conocimiento”.
Los productores deben “adoptar” esos conocimientos y “adaptarlos a los sistemas silvopastoriles”, lo que quiere decir que “es importante que ese árbol sea bueno, pero también lo es que el árbol respete lo que ya tenemos, que es el pasto, la ganadería, los servicios ecosistémicos, la biodiversidad, y también los servicios sociales”.
“Nos interesan los árboles, pero con un ordenamiento para poder, en el mismo espacio físico, tener varias producciones y mantener la biodiversidad”, remarcó.
En Australia ven el silvopastoreo como lo entiende y practica Susilvo, como “un potencial muy importante, pero aún no han avanzado en él. Por eso la visita de la industria y los productores australianos, porque ven que hay grandes posibilidades de desarrollar estos sistemas en su país”, consideró el productor.
Menos tecnologías de insumos y más tecnologías de procesos
El silvopastoreo como sistema está en el foco de atención en el mundo, y Susilvo es cada vez más reconocida, también fuera del país.
A comienzos de abril Susivlo fue invitada a participar de un evento sobre ganadería sostenible que organizó el Banco Mundial en Bogotá, Colombia. El encuentro fue sobre “ganadería sostenible, cómo escalar en su aplicación. Cada vez que se habla de ganadería sostenible, los sistemas silvopastoriles están considerados”, porque además hacen al “confort, al bienestar del animal, de los operarios, ofrecen sombra y abrigo, hacen a la captura de carbono o del metano en la ganadería, todo en el mismo espacio físico, con pocos árboles”.
Ambientalmente es un sistema intachable: “Capturamos más dióxido de carbono equivalente que las emisiones de la misma vaca por hectárea”, aseguró Dutra. Por ese cúmulo de cosas es un sistema “muy bien visto”.
Antes de Bogotá nos tocó ir a Cali, también en Colombia, y en ambas oportunidades a mostrar lo que se está haciendo en Uruguay: “Los sistemas silvopostoriles siempre están en el tapete, son de los más buscados”, afirmó.
Ambos eventos fueron en Colombia, donde “hay una organización muy fuerte que es el Cipav [Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria] que apunta a paisajes forestales sostenibles”.
El mundo comprende cada vez más que “el suelo es un bien finito, si tenemos que producir, hagámoslo, pero no a cualquier precio; los suelos deben quedar disponibles para otras generaciones, entonces hay que reducir los químicos, el laboreo de suelo, todo eso es muy valorable en una ganadería sostenible y en los sistemas silvopastoriles” que buscan “reducir las tecnologías de insumos y apostar a las tecnologías de procesos”.
“A nivel mundial hay un movimiento hacia esa forma de producir”, incluso “uno de los motivos de la fundación de Susilvo en Uruguay fue el poder difundir el uso de estos sistemas” que están pensados y desarrollados “no para empresas forestales, sino para predios ganaderos, y Uruguay es muy ganadero, entonces se trata de incorporar el árbol, sin dejar de potencial la ganadería. Las empresas forestales no tienen que dejar 20 metros de pasto, las ganaderas sí”.
En resumen, en Abuelita y en Susilvo, “nos interesa mantener la pastura, la diversidad del suelo, los microorganismos”, y son fundamentales el cuidado del campo natural, el silvopastoreo y el pastoreo racional con cambios diarios, manejando esa pastura con la fertilidad natural de esa carga animal diaria, o sea el orín y la bosta, sin la utilización de fertilizantes químicos, sin rotura de suelo, y en la plantación de los sistemas silvopastoriales con el mínimo laboreo”.
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