El sector juguetero atraviesa una crisis por los cambios en los hábitos de consumo y la “competencia desleal” de plataformas como Temu, que ingresan productos “sin controles”, de acuerdo con el análisis del titular de la Asociación de Jugueteros del Uruguay, Federico Gerwer. En diálogo con La Mañana, el directivo dejó en claro que el “impuesto Temu” no soluciona el problema y solo grava al consumidor. Además, vaticinó que, si el gobierno no toma medidas, habrá nuevos cierres de locales y mayor concentración del mercado.
¿Cómo definiría la realidad actual del sector juguetero en Uruguay?
Es un momento problemático y de incertidumbre porque la coyuntura general hace que el sector esté en crisis, puede ser por cambios de hábitos de consumo, por la cantidad de aparatos eléctricos a los que los niños acceden que compiten con el juguete, porque se consumen otro tipo de experiencias como viajes. Nos hemos ido adaptando, pero la frutilla de la torta fue todo el tema de las franquicias, de las encomiendas, y luego Temu hizo todo mucho más grande, generando además una competencia muy desleal que hace imposible que el sector del comercio del juguete pueda trabajar con las mismas reglas, porque el Estado le da ventajas a una empresa extranjera frente a las uruguayas.
¿Qué opinión le merece el llamado “impuesto Temu”, que busca alivianar esos efectos? ¿No es suficiente?
Creemos que no tiene mucho sentido, porque al crear un impuesto que al único que va a gravar es al consumidor, no se está atacando la problemática, sino que se está buscando gravar y conseguir ingresos donde no los había. Todos los sectores del comercio hemos estado sentados en la misma mesa que distintas autoridades de gobierno, con soluciones, con propuestas, y ninguna de estas ha sido llevada adelante, ni siquiera investigada. Y además el “impuesto Temu” viene de la mano de un aumento de la franquicia, lo cual trae otra problemática. De hecho, hace poco salió una nota del rubro de ópticas, donde productos que están prohibidos y deben ser controlados por el Ministerio de Salud Pública (MSP) hoy están entrando sin control. El gobierno dice que no tiene la capacidad para controlar ante una franquicia de 600 dólares y la decisión es aumentar el tope a 800, es decir, cada vez va a haber menos controles, cada vez se va a saber menos qué es lo que viene dentro de los paquetes. Y en el caso de los juguetes, todos los días vemos productos no seguros o falsificados. Se han hecho importaciones a través de Temu que no cumplen con la normativa, no cumplen con licencias y están entrando, cuando a las empresas legales cada vez se les ponen más requisitos.
¿Creen que falta conciencia por parte de los consumidores en cuanto a esos problemas de calidad y seguridad que tienen los productos que llegan a través de plataformas digitales?
Yo soy consumidor y confío en el Estado, entonces, cuando voy a una farmacia a comprar un medicamento, confío en que el producto cumple con lo que tiene que cumplir, no me va a hacer mal; cuando voy a comprar un alimento, confío en que tiene las autorizaciones de Bromatología, del MSP. Yo confío en que el Estado hace los controles, en que no deja que empresas infrinjan las normas o hagan cosas que sean peligrosas para el público. Para el consumidor es imposible controlar absolutamente todo lo que consume, entiendo que una sociedad paga impuestos, entre otras cosas, para que el gobierno sea juez de este tipo de situaciones, entonces es difícil achacarle al consumidor algo que tiene que ser responsabilidad del gobierno.
¿Ya habían vivido una situación similar a la que están viviendo ahora con estos efectos de Temu, o es algo sin precedentes?
Lo de Temu es exponencial, pero el régimen de franquicias general entendemos que incumple la normativa, por lo menos para los juguetes. Antes, a través del régimen de franquicias, lo que venía funcionando hasta ahora, que era básicamente las compras de Estados Unidos, sí se cumplía que las cosas que estaban estrictamente prohibidas no las enviaban. El problema con Temu es que no repara en absolutamente nada, declara lo que sea necesario para que los productos puedan pasar, porque al ser tan exponencial, es más probable que las cosas pasen a que no, entonces, no importa lo que venga adentro. El problema mayor es ese, que hoy nada se ha aggiornado. Al comercio es al único que se le pide que se aggiorne a esta nueva situación, pero no hay control de aduanas. Por ejemplo, hay paros en el puerto y a nosotros nos cobran extra por tener los contenedores allí, a pesar de que los paros no son responsabilidad nuestra, en cambio, para las encomiendas, como están desbordados, las cosas pasan sin control, es al revés de lo que debería ser. Es un sinsentido que en el mismo país dos cosas se midan con varas tan distintas.
¿La cámara tiene alguna instancia con el gobierno donde pueda plantear este tipo de reparos?
Sí, nosotros a principios de año estuvimos reunidos con el Ministerio de Economía (MEF), tuvimos una buena reunión, luego no tuvimos muchas devoluciones y después surgió lo que vimos en la Ley de Presupuesto, que lejos estaba de lo que habíamos conversado. Por otro lado, nosotros estamos en contacto con el Ministerio de Industria, con la Dirección Nacional de Industrias, que es la que regula la seguridad del juguete y la normativa; ellos entienden la problemática, la comparten, pero no sé por qué no puede haber una unión entre Aduana, Economía, Industria y Ambiente, que es el que regula el decreto de residuos de aparatos electrónicos. Uno va, hace los planteos, explica las situaciones, son de recibo, pero nunca llegamos a buen puerto.
Esto es algo que está atacando a todo el país. Yo estuve en Paysandú y por la calle principal hay cuatro o cinco locales libres, y todos los comercios hablan de lo mismo, que está muy quieto, que el rendimiento es muy bajo. Todos están expectantes a ver qué pasa en diciembre, pero realmente con un solo mes es muy difícil salvar un año. Estamos hablando de comercios que tienen tres o cuatro personas, muchos han cerrado, y no se sabe qué va a pasar después de diciembre.
¿Tienen algo puntual para plantearle al gobierno? ¿Va a haber nuevas instancias o qué esperan en ese sentido?
Nosotros vamos a intentar volver al MEF con los mismos planteos, con una realidad que va a ser un poco más preocupante, pero sobre todo para que, en cuanto al juguete, primero que se cumpla la normativa de franquicias, que se está incumpliendo directamente, y después de que por lo menos nos alineemos en eso, empezar a trabajar sobre los controles, que hoy básicamente son nulos.
Desde la cámara se ha alertado por el cierre de decenas de jugueterías en el último tiempo. ¿Qué esperan para el futuro de este rubro?
Si cambia el accionar del gobierno, creemos que esto se puede revertir para el comercio en general, pero, si sigue así, va a haber cada vez menos empresas, van a sobrevivir solo las más grandes y estaremos simplemente dependiendo de la guerra de China-Estados Unidos y quien sea el que termine dominando comercialmente con la venta minorista de cada uno de los países. Uruguay no está preparado para perder tantas fuentes de empleo porque no hay tantos trabajadores calificados como para salir a buscar trabajo al mundo, y muchas veces el primer empleo lo da el sector comercio. Nosotros vemos una realidad que no se condice con lo que se está haciendo, no nos han explicado tampoco cuál es el objetivo. Si el fin de todo esto es que lleguen productos más baratos, está bien, pero hagámoslo para todos, que todas las empresas puedan importar y comprar más barato y así todos los consumidores pueden acceder en el comercio local a productos de menor precio. La carga impositiva de los productos a veces se desconoce, pero la mayoría del precio termina en el Estado y en gastos, más que en las empresas que comercializan los productos.




















































