Debo reconocer que me encanta que se jueguen clásicos.
Estuvimos a 9 minutos de que tuviese que jugarse una final por la tabla anual, pero el gol del Diente López ante Defensor lo imposibilitó. En ese momento yo deseaba que fuesen a una final. Luego quería que la ganara Nacional. Si la ganaba Peñarol, no habría más clásicos y Peñarol hubiese definido con Liverpool. Si la ganaba Nacional todo quedaba como estaba, Peñarol debía ganarle la semifinal a Liverpool como realmente aconteció y luego vendrían las dos finales clásicas. En esa hipótesis yo quería la victoria de Peñarol en semifinal para que no nos perdiésemos estas dos finales.
En resumen, no se dio lo de la final de la Tabla Anual, pero con la victoria aurinegra ante el negriazul ahora estamos en vísperas de dos clásicos decisivos.
Por si fuese poco, el inicio de la temporada 2026 será la final de la Supercopa y la jugarán Peñarol como campeón del Intermedio contra el campeón uruguayo. En caso de que Peñarol sea campeón, ese derecho lo toma el vicecampeón del Intermedio, que fue Nacional.
O sea que los próximos tres partidos oficiales del fútbol uruguayos serán clásicos. ¿Y qué tiene de malo?
El fútbol uruguayo ha hecho malabarismos durante décadas para sobrevivir con apenas dos clubes con convocatoria. Es el que el tema no es que la población se haya inclinado excesivamente por ellos. El verdadero problema es que somos apenas 3 millones y medio de habitantes y eso no cambiará radicalmente, si es que algún día cambia.
Son pocas las ciudades del mundo del fútbol de élite o de mitad de tabla, que con un millón y medio de habitantes o en un país tan poco poblado tengan más de dos clubes con convocatoria razonable. Siendo bastantes más grandes, Buenos Aires y Londres se destacan. Insisto, no se pueden comparar en cantidad de población si tenemos en cuentas esas capitales con sus alrededores.
San Pablo y Río de Janeiro, que aglutinan decenas de millones de pobladores, tienen a Corinthians, San Pablo y Palmeiras en la primera y Flamengo, Fluminenese, Vasco y Botafogo en la segunda. Y son zonas metropolitanas de 15 o más millones de habitantes.
Entonces, no debemos sentir vergüenza ni maltratar nuestro orgullo. Al revés, nuestro tamaño demográfico valoriza aún más lo logrado a través de la historia. Es importante recordar que en todo el siglo XX apenas tres clubes en el mundo fueron tricampeones mundiales y dos de ellos fueron Peñarol y Nacional (el restante fue Milan). Aún hoy con casi 40 años de ventaja en toda Conmenbol apenas Boca y Sao Paulo son tricampeones mundiales, siendo que ningún país tiene un clásico con seis lauros mundiales en sus vitrinas.
Por lo tanto, me da orgullo el clásico de todos los tiempos.
Otra leyenda que sobre todo se alimenta en tono de broma en programas deportivos argentinos refieren a que siempre se define entre los clásicos rivales nuestros. Y no es tan así. De hecho, en todo el siglo XXI apenas una vez jugaron finales por el Campeonato Uruguayo. Una sola vez en 24 campeonatos uruguayos.
Así como leyeron. Finales de ida y vuelta con definición entre sí solamente se dio en 2010, cuando el Peñarol de Aguirre fue campeón. Algunas veces se enfrentaron en semifinales en donde uno de los dos podía ser campeón, pero el otro no. Pero eso era semifinal y el ganador si había ganado la Tabla Anual tenía la ventaja de poder liquidarlo. En este siglo XXI varias veces se metieron en definiciones Defensor, Danubio, Liverpool, Wanderers y hasta Rocha, Plaza y Rentistas. O sea que no es cierto que siempre se definen los campeones en clásicos, sino que son los que más veces salen campeones, que no es lo mismo.
Peñarol, en dramático partido, pudo eliminar al Liverpool, que en los últimos seis años ganó diez copas entre Apertura, Clausura, Intermedio, Supercopa y Uruguayo. El partido fue muy parejo y una expulsión bien decretada, el alargue y hasta la lesión de un jugador de Liverpool que dejó a su equipo con 9 fueron minando las fuerzas del equipo de Papa.
Con 10 Liverpool hizo el gol de siempre de Abel Hernández ante su amado Peñarol, en pleno alargue, y la angustia se apoderó de la mayoría de los aficionados.
Pero… un Liverpool más que digno dio lucha hasta el final, aunque el aurinegro consiguió darlo vuelta. Jugadas confusas le dieron tono polémico al partido. Pero no se pudo demostrar que Peñarol haya sido favorecido.
La expulsión fue correcta, ya que las dos amarillas no admiten discusión y dos amarillas es roja. El penal a favor de Peñarol fue penal. El golero atajó pero se adelantó y fue correcto hacerlo patear de nuevo.
La otra situación de debate es un posible penal de Lucas Hernández cuando Liverpool con 9 metió a Peñarol en su arco. Para la Dra. Claudia Umpiérrez no fue penal. Para mí es de esas jugadas que a veces se cobran y a veces no. El partido fue intenso, dramático y lo mejor estuvo en el alargue.
Ahora se vienen los clásicos. Aguirre prefería jugar primero de local y el vicepresidente tricolor Flavio Perchman quería que le tocara definir en su casa. Ambos ganaron. El tema es discutible.
En mi época de niño, joven y luego ya grande todos querían definir de locales. Robar un punto de visitante era garantía de ganar en casa. Esto ha cambiado porque ahora hay diferencia de goles. Algunos, como Aguirre, apuestan a cerrar la serie de local y listo. Perchman, con cierta razón, observa que si en caso de igualdad en todo habrá alargue y luego penales, siempre es mejor que eso sea de local.
Como dice mi amigo y colega Eduardo Rivas, “siempre hay dos bibliotecas y la culpa es de los carpinteros”.
En síntesis, quedó sellado que no tenía sentido esperar a Shakira para jugar las finales después del 10 de diciembre con un mes de intervalo entre el Clausura y la definición. Sin objeciones del Ministerio del Interior cada uno será local en su estadio y sin público visitantes.
Dos estadios repletos esperarán los clásicos y en las próximas semanas serán tema excluyente. Luego vendrán dos meses completos de inactividad oficial. Algunas copas de verano calentarán enero y la Supercopa reabrirá el fuego.
El 2026 nos recibirá con la mente puesta en la Copa del Mundo de Estados Unidos, México y Canadá.




















































