Un informe de Exante revela un deterioro en la percepción del clima de negocios, con expectativas de bajo crecimiento para la economía, aunque las compañías proyectan mantener su producción e inversión.
La percepción de los ejecutivos uruguayos sobre el entorno económico en el que operan sus empresas se deterioró moderadamente en los últimos meses, aunque sin trasladarse por completo a las expectativas sobre el desempeño propio de sus negocios. Esta es la principal conclusión de la última Encuesta de Expectativas Empresariales de la consultora Exante, realizada en octubre y que recogió la opinión de 328 gerentes y altos ejecutivos.
El estudio detecta un pesimismo generalizado respecto a la macroeconomía. Casi un cuarto de los consultados (23%) considera que la situación económica del país es peor que hace un año, y solo un 11% espera una mejora en los próximos doce meses. En línea con esta visión, más de un tercio de los empresarios anticipa que el clima de inversiones empeorará en el próximo año.
Las expectativas de crecimiento reflejan este cauteloso panorama. Los ejecutivos proyectan, en promedio, una expansión del PIB del 1,6% para 2026 y un ritmo tendencial de apenas 1,7% para dentro de tres o cuatro años, lejos del 3% anual que se esperaba en el período 2021-2022.
Brecha entre la economía nacional y la empresa propia
Sin embargo, el informe destaca una brecha significativa entre la visión macroeconómica y la perspectiva sobre la propia empresa. Mientras las expectativas para la economía son mayormente negativas, el 37% de los ejecutivos espera que la situación general de su empresa mejore en el próximo año, una cifra que triplica al 11% que prevé una mejora para el conjunto de la economía.
Este relativo optimismo se refleja en las intenciones de inversión y producción: más del 40% de los encuestados prevé un mayor volumen de actividad y una proporción similar proyecta incrementar la inversión. No obstante, el dato que define el escenario es que la mitad de las empresas anticipa que su producción e inversión se mantendrán estables, lo que Exante califica como “consistente con un escenario de bajo crecimiento”.
Inflación: el faro de optimismo
Uno de los puntos más positivos de la encuesta es la marcada mejora en las expectativas de inflación. Por primera vez, más del 90% de los empresarios proyecta que la inflación se ubicará por debajo del 6% –el tope del rango de tolerancia del Banco Central– tanto a fin de 2025 como en 2026. El promedio de las respuestas se sitúa en 4,7% para cierre de 2025 y 4,9% para cierre de 2026, mostrando una creciente credibilidad en la política monetaria.
Este logro se ve reflejado en la evaluación de la gestión gubernamental. El manejo de la inflación es, por amplia diferencia, el área mejor calificada del gobierno, con un saldo neto de aprobación del +83%. En contraste, áreas como seguridad pública y educación son señaladas como las de peor desempeño, y son, a la vez, las que los empresarios priorizan para la acción gubernamental. Aunque, tal como hemos señalado en otros artículos, este logro tiene su contracara, especialmente, si medimos cómo afecta a la competitividad de las empresas.
Empleo: se frena la creación de puestos de trabajo
En el frente laboral, las expectativas son de moderación. La amplia mayoría de los ejecutivos (61%) no prevé cambios en la dotación de personal para el próximo año. El balance entre quienes esperan aumentar y disminuir el empleo es de apenas +4 puntos porcentuales, el más bajo desde 2021, lo que sugiere, según el informe, un freno en la creación de empleo tras años de crecimiento sostenido.
El principal factor señalado como limitante para contratar más personal es el salario real elevado, mencionado por el 59% de los encuestados que no planean aumentar su plantilla.
Incertidumbre fiscal y promoción de inversiones
La encuesta también consultó sobre los anuncios de cambios al régimen de promoción de inversiones. La reacción mayoritaria fue de espera: casi la mitad (47%) de los ejecutivos declaró estar a la espera de más información para evaluar el impacto de las modificaciones, mientras que un 31% consideró que los cambios no son relevantes para su empresa.
Respecto a la estrategia de ajuste fiscal plasmada en la Ley de Presupuesto, el 52% de los consultados no emitió opinión. Sin embargo, entre quienes sí lo hicieron, las visiones desfavorables (34%) superaron ampliamente a las favorables (9%). La crítica principal entre los descontentos es que la estrategia es “insuficiente” y no actúa sobre el gasto público.
En un contexto de bajo crecimiento esperado, los empresarios uruguayos parecen transitar un camino de prudencia, manteniendo la operación de sus empresas en un carril estable, pero con poca confianza en un desarrollo vigoroso de la economía nacional en el corto plazo.
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