Más allá del resultado, para los representantes uruguayos lo más importante fue el intercambio con sus pares de otros países y los aprendizajes que al regreso comparten con sus compañeros de cursos. El subdirector general de UTU, Wilson Neto, estuvo acompañando la delegación de la institución floridense.
Esta es la segunda vez que la institución educativa del centro del país logra un lugar en el podio de ese prestigioso certamen norteño. En 2022 había obtenido la medalla de plata. Pero más importante que ese logro cuantificable, para el equipo conformado por las estudiantes Sofía Altamiranda y Yamila Fernández y el docente Matías Musseli fue la oportunidad de conocer nuevas realidades sociales y productivas y el intercambio que se generó con sus pares de Brasil, Argentina y Colombia.
En diálogo con La Mañana, Musseli dijo que más allá del aporte de conocimientos y experiencias que se puedan compartir en estas instancias, a su entender la finalidad principal es intercambiar con estudiantes y orientadores y conocer lo que se hace en otros países. En el itinerario que abarcó cinco días, los uruguayos pudieron conocer diferentes lugares y sistemas de producción. En uno de esos desplazamientos les llamó poderosamente la atención la forma de producir de los establecimientos lecheros destinados al abastecimiento local.
Si bien los sistemas productivos uruguayos y argentinos son muy similares de acuerdo con las características de ambos países, la instancia sirvió para identificar otros modelos de producción. En ese sentido el docente de maquinaria, fisiología vegetal y gestión de la Escuela Agraria de Sarandí Grande destacó la participación de los equipos colombianos, lo que les permitió conocer sus sistemas productivos enfocados más hacia el campesino y que responde a un escenario territorial y social totalmente diferente al uruguayo.
La primera parte del certamen consistió en la resolución de un cuestionario de 12 preguntas sobre agricultura general, bienestar animal, cultivos anuales, producción y procesamiento de alimentos entre otros temas. Una de las pruebas fue la preparación de la mezcla bordelesa, donde los participantes tenían hasta 20 minutos para preparar este fungicida permitido para la producción orgánica.
Si bien esta es la segunda participación en ese certamen la idea de la institución floridense es lograr que todos los años un grupo de estudiantes la represente. No solo para continuar cosechando buenos resultados y lugares de destaque en la región, sino también con el fin de que los estudiantes tengan este tipo de experiencias que son enriquecedoras para su desempeño educativo. Y que además al regreso de estas olimpíadas compartan con el resto de la población educativa los conocimientos que van adquiriendo en esas jornadas.
La Escuela Agraria de Sarandí Grande brinda cursos terciario agrícola ganadero. Para ingresar se requiere bachillerato aprobado y tiene dos años de duración. La currícula está conformada por cuatro ejes básicos que son producción agrícola forrajera, producción lechera, producción de bovinos de carne y producción ovina. Además, se destacan los talleres de gestión, alimentación, nutrición, sanidad. Al finalizar los dos años los estudiantes tienen un perfil de técnicos agrícolas ganaderos
En ese centro educativo está el primer feedlot a nivel de escuelas agrarias del país. Tiene una capacidad de producción máxima para 160 animales en un período de 120 días de engorde, lo que le permite terminar unos 500 animales por año. El encierro se encuentra en un campo auxiliar de 300 hectáreas a 26 kilómetros de Sarandí Grande, donde se desarrolla la cría vacuna, ovina, el encierro y la producción de cultivos y pasturas.