Karina Fortete, directora de Turismo de la Intendencia de Montevideo, explicó en entrevista con La Mañana cómo se aplicará el nuevo tributo, los mecanismos de control y el destino de los fondos. También habló sobre los desafíos actuales del turismo capitalino, la importancia del trabajo público-privado y la necesidad de diversificar la oferta para atraer nuevos visitantes.
Una nueva etapa para el turismo montevideano
En ciudades de todo el mundo –desde Barcelona y París hasta Nueva York o Buenos Aires– los viajeros pagan una tasa turística por cada noche de alojamiento. El objetivo es claro: que quienes disfrutan del destino contribuyan a su mantenimiento y desarrollo. Estos fondos suelen financiar infraestructura, promoción, preservación patrimonial y acciones de sostenibilidad, administrados por municipios, burós o fondos mixtos público-privados.
Montevideo se suma ahora a esa tendencia global. Desde el 1º de octubre, la Intendencia aplica un aporte de un dólar por persona y por noche a los visitantes no residentes, hasta un máximo de cinco noches por estadía. La recaudación se dirigirá a un Fondo de Sostenibilidad Turística, con destino exclusivo a proyectos del sector. La medida, fruto del trabajo conjunto entre la Intendencia y los operadores, busca fortalecer la competitividad de la capital y consolidar una gestión más sustentable del turismo.
Si pensamos en la última temporada, ¿qué balance hace en cuanto a la llegada de visitantes, procedencia y gasto promedio?
Sigue siendo muy similar temporada a temporada. Nuestro público es mayoritariamente argentino, aunque observamos un mejor posicionamiento del mercado brasileño, donde todavía hay mucho potencial. No hemos diversificado demasiado los públicos, lo que también tiene que ver con la realidad regional. Aun así, seguimos recuperándonos como sector y el balance es positivo. Tenemos un público muy fiel y eso es importante: debemos cuidarlo y seguir generando motivos para que regrese.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta hoy Montevideo en materia turística?
Diversificar la oferta. Estamos trabajando en eso con un plan departamental de turismo que hace énfasis en los municipios, identificando y fortaleciendo la oferta existente, formando operadores y mejorando la anfitrionía. Buscamos que los montevideanos también disfruten su ciudad. Por eso tenemos paseos temáticos gratuitos todos los sábados, que ahora llegan a distintos barrios. Hace poco estuvimos en Santiago Vázquez, antes en Punta Carretas, y este mes, por el Mes del Patrimonio, los dedicamos a las bodegas. Nos interesa que la población descubra su ciudad, la quiera y la cuide más.
¿Cómo pueden inscribirse los interesados en esos paseos?
A través de nuestras redes sociales. Anunciamos el día de apertura de inscripciones y los cupos se agotan enseguida. Cada vez participa un público más diverso, incluyendo población migrante, lo cual es muy valioso porque genera integración y tejido social.
Entonces, el lema sigue siendo “Descubrí Montevideo”.
Sí, exactamente. Sentimos que todavía hay mucho por descubrir.
La seguridad es un tema que preocupa. ¿Cómo impacta en el turismo?
La seguridad es un tema en toda ciudad capital. Estamos en diálogo permanente con el Ministerio del Interior para coordinar acciones que permitan una mayor presencia y articulación. Desde nuestro lugar ofrecemos colaboración constante, y trabajamos también con el Ministerio de Turismo para reforzar la prevención y la comunicación con los visitantes.
¿Qué planes tienen para potenciar la oferta cultural, gastronómica y de eventos?
Trabajamos con la Asociación de Organizadores de Congresos y Eventos, y estamos mejorando el Centro de Conferencias de la Intendencia, tanto en procedimientos como en servicios. Es un espacio muy accesible, con un fuerte componente social porque apoya a muchas organizaciones mediante subvenciones. El turismo gastronómico es clave y lo vinculamos al enoturismo. Queremos desarrollar mejor las rutas de bodegas de Montevideo y, en conjunto con Canelones, crear un producto regional. Los límites administrativos no son los del turista, por eso nos entusiasma trabajar de forma integrada. También mantenemos vínculos estrechos con la ARU, los grupos de Ciudad Vieja y el Centro, y la Asociación Turística de Montevideo. Distribuimos oportunidades y promociones entre los operadores porque creemos que la base es la asociatividad.
Desde el 1º de octubre comenzó a regir la tasa turística. ¿Qué impacto esperan que tenga esta medida?
Creo que será absolutamente positiva. Es el resultado de un trabajo conjunto entre la Asociación de Hoteles y la Intendencia. Supone una coparticipación del visitante en el desarrollo del destino. Los hoteles cumplen un rol clave como agentes de percepción y valoramos mucho su colaboración. La Intendencia administra y monitorea el proceso, garantizando la transparencia de los recursos.
¿Cómo será el mecanismo práctico de cobro y control?
Los hoteles presentarán una declaración jurada trimestral, informando las noches efectivamente registradas y las alcanzadas por la tasa (hasta un máximo de cinco). Luego, la Intendencia emite una factura con el monto correspondiente, que ingresa al Fondo de Sostenibilidad Turística, una cuenta extrapresupuestal administrada por la División Turismo. Este fondo no va a Rentas Generales, sino que se destina exclusivamente a proyectos turísticos.
¿Quién decidirá cómo se utilizan esos fondos?
Tenemos un Consejo Departamental de Turismo que funciona desde el año pasado e integra a la Asociación de Hoteles y Restaurantes del Uruguay, la Asociación Turística de Montevideo, la Universidad del Trabajo del Uruguay, la Universidad de la República, la Junta Departamental, los municipios y los consejos vecinales. Ese será el órgano donde se discutirán y validarán los usos de la tasa, dentro de los ejes ya establecidos: infraestructura, mejora de servicios, promoción y fortalecimiento de la oferta turística. Recibiremos propuestas de inversión, las analizaremos y presentaremos un plan al Consejo para su aprobación. Además, toda la información sobre recaudación e inversiones estará disponible en descubrimontevideo.uy, en la sección “Tasa Turística”.
¿La tasa prevé algún fondo para situaciones críticas del sector?
Sí, la normativa destina un 10% de lo recaudado a un fondo de contingencia, pensado para crisis o emergencias. Esperamos no tener que usarla, pero es importante contar con esa herramienta para mitigar impactos ante eventos adversos.
¿Qué beneficios concretos tendrá el turista a cambio de este aporte?
Tendrá descuentos en el bus turístico, en espectáculos de la Comedia Nacional y en visitas guiadas al Teatro Solís. Al hacer el check-in, el visitante recibirá un váucher que podrá presentar en esas actividades. Creemos que esto también genera un efecto positivo: el turista descubre propuestas que quizás no conocía y se motiva a explorarlas. La tasa es más que un instrumento de recaudación: fomenta el uso y la valorización de la oferta local.
¿Qué lugar ocupa el trabajo público-privado en esta política?
Todo. No podemos hacer nada unos sin los otros. Nuestro plan departamental tiene seis ejes, y el principal es la gobernanza. Trabajamos con los municipios, las asociaciones y los gremios. En el Consejo también participan el SUTT y Fuecys, porque los trabajadores del sector deben tener voz y voto. El sector público asegura la política y el marco, pero los productos y servicios los ofrece el privado. Si estamos lejos unos del otro, no funciona. Valoramos mucho este acercamiento, que ha sido progresivo y acumulativo.
¿Cómo se tomarán las decisiones dentro del Consejo? ¿Por votación?
Buscaremos siempre el consenso. Todos compartimos una visión bastante clara de qué tipo de turismo queremos para Montevideo: visitantes que aporten valor, respeten la ciudad y generen impacto positivo. Contamos con un plan de marketing actualizado que orienta las acciones hacia mercados y productos prioritarios, como el turismo de congresos y eventos, que es fundamental para la ciudad.
Montevideo fue reconocida como destino turístico inteligente. ¿Qué significa eso en la práctica?
Logramos un 81% de cumplimiento en los indicadores del modelo internacional de Destino Turístico Inteligente, lo cual nos llena de orgullo. Pero ahora el desafío es que las empresas también sean turísticamente inteligentes: que adopten tecnología, buenas prácticas de sostenibilidad y accesibilidad. Estamos trabajando en capacitaciones y articulaciones con la Agencia Nacional de Desarrollo para acercar herramientas al sector, y en conversaciones con el MIEM para generar futuras líneas de cooperación en ese mismo sentido.
Muchas veces los programas existen, pero las pymes turísticas no los conocen o creen que no aplican a ellas. Nuestro rol es facilitar ese acceso.