En las últimas horas comenzaron las reuniones en el marco del denominado Diálogo Social, convocado por el gobierno nacional. Se trata de un ámbito en el que partidos políticos y organizaciones sociales plantearán su visión sobre temas tan importantes como la pobreza infantil, el sistema de cuidados, la protección a trabajadores activos y la seguridad social. De lo tratado surgirá, en la primera mitad del próximo año, un informe al Poder Ejecutivo que será la base de un proyecto de ley a tratarse en el Parlamento.
Cabildo Abierto resolvió participar en esta convocatoria del gobierno, lo que despertó algunas reacciones críticas, habida cuenta de que los demás partidos de la oposición decidieron no participar. Algunos connotados combatientes de las redes nos han acusado poco menos que del pecado de “lesa coalición” por no ceñirnos estrictamente a la política de “al gobierno ni un vaso de agua” que algunos estrategas electorales para el 2029 han trazado, y parece ser de recorrido obligatorio…
Nuestra respuesta ha sido clara. Actuamos en coherencia con nuestra trayectoria desde que surgimos a la política.
En setiembre de 2023 junto al senador Domenech concurrimos a la sede de todos los partidos políticos a proponer una instancia de diálogo para avanzar en una agenda social que entendemos necesaria para encontrar soluciones que el país requiere en forma urgente. Hablamos en esa oportunidad de la importancia de la implementación del Consejo de la Economía Nacional, previsto en nuestra Constitución (arts. 206 y 207), pero que hasta ahora ningún gobierno ha querido instalar.
Siempre hemos sostenido la necesidad de dialogar entre todos los actores del quehacer nacional para encontrar soluciones duraderas a los problemas nacionales. De poco sirve imponer soluciones aplicando la mayoría circunstancial si el gobierno siguiente deshace el camino andado. Esas idas y venidas solo propician el estancamiento en el que estamos sumidos mirando cómo se nos aleja el mundo cada vez más.
Nuestro razonamiento parte de la lógica del sentido común. Si participamos del diálogo, tendremos oportunidad de plantear nuestros puntos de vista. Si no participamos, no la tendremos.
Aunque respetamos lo resuelto por cada partido en el tema, no entendemos la lógica de negarse a participar de un diálogo que no es más que eso: intercambio de visiones sin resoluciones vinculantes. Tan solo recomendaciones que después el Parlamento, ahí sí con la representación política existente, tomará o dejará. ¿Qué se puede perder con dialogar?
Por nuestro lado, estamos dispuestos a aportar nuestra visión, intentando mejorar lo que finalmente surja de ese diálogo. No apoyaremos ninguna recomendación que pretenda cambiar lo que el pueblo decidió en octubre en las urnas, cuando rechazó las propuestas del Pit-Cnt y algunos sectores del FA sobre la seguridad social. Siempre hemos dicho que las consultas al pueblo, sean en un referéndum o en un plebiscito, deben ser respetadas. Si de lo que la ciudadanía rechazó en octubre se quiere cambiar algo, deberá ser con un nuevo plebiscito, no por ley.
Entendemos que si se va a tratar la seguridad social hay que abordar el problema demográfico que sufre el Uruguay. Son dos temas íntimamente relacionados. Si no cambiamos la tendencia demográfica en nuestro país, ¿quiénes sostendrán el sistema de seguridad social en el futuro? Estamos yendo a una verdadera catástrofe en este tema. Recientes datos del INE nos dicen que para 2070 los uruguayos seremos menos de tres millones, y bastante más envejecidos que hoy. No se necesita ser muy perspicaz para entender que para revertir esa proyección hay que adoptar medidas de inmediato. Hasta ahora somos el único partido que ha mostrado preocupación por este problema, y hemos presentado en 2022 un proyecto de ley que lamentablemente fue ignorado por el resto del sistema político. Nuestro proyecto implicaba estímulos económicos mediante la exoneración de impuestos en porcentajes que varían según la cantidad de hijos. Se buscaba que un hijo no significara una carga económica. Se puede encarar de otra forma o adoptar otras medidas. Pero de lo que no hay dudas es que algo debemos hacer.
Solo dialogando tendremos una chance de que este tema y otros más puedan ser tratados, y la esperanza de que un rayo de sentido común y realismo nos ilumine a todos y surjan propuestas realmente efectivas que cambien la preocupante realidad. Aunque muchos prefieran mirar para el costado, en esto nos va la vida…