La ciudad de Buenos Aires se reunió para rendir homenaje al papa Francisco, el primero argentino y latinoamericano. La misa, celebrada en la Plaza de Mayo frente a la Catedral Metropolitana de la ciudad, fue el acto central del país de nacimiento del papa. Diferentes referentes pertenecientes a organizaciones sociales, dirigentes políticos y miembros de la Iglesia que participaron en la misa se hicieron presente y hablaron con La Mañana sobre lo que significó Francisco en sus vidas.
La misa en memoria del papa fue presidida por el arzobispo monseñor Jorge García Cuerva en un escenario montado sobre las escalinatas de la Catedral de Buenos Aires. Durante la homilía, destacó la vida y obra del papa Francisco y enfatizó en el compromiso que tuvo con las personas más necesitadas, su visión profética y su búsqueda de fraternidad entre los pueblos. “El Evangelio nos recuerda hoy que los discípulos lloraban junto a Jesús. También nosotros lloramos hoy, porque no queremos que la muerte tenga la última palabra”, expresó.
Luego de la misa, algunas de las autoridades se entremezclaron junto a los fieles que parecían no querer abandonar la plaza entre cantos y la música de los bombos que comenzaron a sonar marcando un pulso constante, junto a imágenes y videos de Francisco trasmitidos en las pantallas gigantes dispuestas para una multitud de personas que llegaron para darle el último adiós al papa.
Tener misericordia y no olvidarse de los excluidos
Juan Debuchy es director de Cáritas Buenos Aires (organización oficial de la Iglesia Católica que anima y coordina las obras caritativas) y estuvo presente en el homenaje a Francisco junto a personas de hogares y del equipo de Cáritas. “Cuando el papa estaba en Buenos Aires tenía mucha presencia en el organización, así que muchos de los voluntarios lo conocen y estuvieron con él, por eso estamos muy emocionados con este asunto”, expresó en diálogo con La Mañana.
Recordó que, cuando Francisco los visitaba, los impulsaba a seguir el Evangelio, no excluir, estar siempre atentos a los más necesitados, y el centro de Cáritas es eso. Esta obra llega a 180 parroquias de Buenos Aires, se cuenta con hogares donde alojan personas, se dan cursos a unos 2000 alumnos y apoyan, en convenio con el Estado, a comedores con respuesta. “Nosotros facilitamos el trabajo que hacen las parroquias, es mucha la gente que se atiende”.
Para que pueda llevarse a cabo es necesaria la colaboración de los feligreses, incluso el presupuesto de Cáritas es todo por donaciones, por lo que es fundamental el apoyo de los fieles a las obras y las parroquias.
Debuchy invitó a sumarse como voluntarios, y argumentó que es un lugar que brinda la posibilidad de abarcar casi cualquier tema, desde salud, capacitaciones, hogares, respuesta alimentaria. “Francisco nos deja el mensaje de que la Iglesia es un lugar para todos; nos invita a tener misericordia y no olvidarse de los excluidos”, dijo.
“Francisco nos animaba a vivir la vida con alegría”
“Creo que no solamente se va el hombre más importante de la historia de nuestro país, sino que se va un hombre que vino a transformar la Iglesia y que deja un mensaje hermoso para la humanidad, para construir un mundo más justo, sin guerra, sin divisiones, que apostemos siempre al diálogo y al respeto”, aseguró Victoria Tolosa Paz, diputada de Unión por la Patria.
La representante dijo haber estado presente en la asunción del presidente Yamandú Orsi y destacó la unión de las figuras de los expresidentes: “Eso también era lo que buscaba Francisco, por eso tenemos que seguir trabajando en más fraternidad para los pueblos y seguir el ejemplo de Uruguay”, reflexionó.
Doce años de inspiración
Tolosa Paz dijo que todo el magisterio del papa está inspirado en el haber más profundo de quienes hacen política: devolverle al pueblo la dignidad. “Creo que desde que eligió su nombre inspirado en san Francisco de Asís dio un mensaje profundo de cómo hay que vivir la vida. Fue un padre que se despojó de la opulencia del Vaticano, que abrazó a una Iglesia para todos y eso refleja la vocación de no dejar a nadie afuera ni atrás”.
Agregó que fue el padre de todo un pueblo, más para aquellos que sufren la vulnerabilidad, la pobreza, la exclusión, para la población migrante, colectivos trans, “no dejó a nadie fuera de ese gran abrazo y contención, por eso la angustia de muchos cuando ya no lo tenemos presencialmente”.
Recordó que Francisco hizo una transformación profunda antes de ser papa, porque las ideas y la fe son muy importantes, pero sin la acción, transformación y obras, quedan vacías. “Esa obra la empezó en 2008, en una Pascua, cuando creó a la Familia Grande de los Hogares de Cristo, fue la obra más importante cuando era Jorge Bergoglio de esta catedral, inspirado en esos valores de la Iglesia para todos, creó la estructura en todo el territorio nacional, donde se acoge a chicos y chicas consumidores, enfermos de HIV, personas con tuberculosis, a quienes nadie está dispuesto a mirar”.
La diputada indicó que tiene el recuerdo de estar con el papa en la plaza San Pedro del Vaticano abrazándolo y que en el pequeño diálogo él bromeó con San Lorenzo, “porque nunca perdió el sentido del humor, nos animaba a vivir la vida con alegría y siempre tenía alguna broma para hacer”, acotó.
A pesar de la distancia, siempre estuvo presente
El padre Esteban Sacchi aseguró que le pidió a Dios que acompañe a las personas en este momento doloroso por la partida del papa Francisco. “Nos sentimos un poco huérfanos porque él ha estado acá desde 1998, así que es alguien muy presente en la ciudad. Y estos 12 años que estuvo viviendo en Roma siempre estuvo presente en el corazón de los argentinos, sobre todo en Buenos Aires. Confiamos en el Señor y que lo tiene en su Santa Gloria”, afirmó.
Sostuvo que la misa fue muy vibrante y destacó la emoción del arzobispo García Cuerva. “Vinieron los recuerdos de las misas de Corpus Cristi que presidía Bergoglio antes de ser papa. Los jóvenes venían de distintos barrios de Buenos Aires y confluían acá en la Catedral en la misa. Sigue estando la marcha, que ahora viene de la plaza Once hasta acá”, señaló. “En ese entonces, Bergoglio esperaba a los peregrinos en la plaza del Congreso, daba su palabra y luego se tomaba el subte para revestirse y e iniciar la celebración”, recordó valorando sus gestos pastorales de estar junto a los fieles.
El padre Sacchi es párroco en Liniers, en la zona oeste de la ciudad Buenos Aires, y formó parte del coro que animó la celebración de despedida del papa Francisco. El coro está conformado por personas de muchas parroquias que se reúnen los miércoles a ensayar y acompañan diferentes celebraciones. En ese sentido comentó que a Francisco le gustaba pasar una hora o dos, todos los sábados, escuchando música clásica. “A mí me ordenó sacerdote y en una entrevista con él me regaló unos CD de música clásica litúrgica”, relató.
“No es fácil, pero peor es no hacerlo”
“Estos son los amigos de Francisco, los descartados, la periferia, los esclavos del modelo que se juntan a celebrar la amistad con el hombre que los puso en escena. Estos pibes, pibas, botijas, los que nadie ve, están acá en la Plaza de Mayo, en el centro de la discusión política de la Argentina, están visibles y esto es lo que hizo Francisco, los puso a la luz y por eso le damos las gracias”, afirmó Diego Pietrafesa en entrevista con La Mañana, él es periodista y trabaja en el Hogar de Cristo de la parroquia Cristo Obrero.
Los hogares de Cristo son instituciones que trabajan con personas en situación de consumo, que son de barrios populares, “y lo que viene a decir acá la Iglesia de Francisco es que esa gente tiene dignidad, la perdió, pero la tiene, lo que hay que hacer es ayudarla a recuperarla, no hay que darles nada. No trabajamos para darles dignidad porque ya son dignos y creemos que son nuestros hermanos”, reflexionó. El entrevistado dijo que este trabajo con personas adictas fue el que inauguró Francisco, los hogares de Cristo como tales fueron inaugurados por él, alineado al trabajo con los más pobres.
Denunció que estamos en una sociedad en la que la gente parece valer por lo que produce y el que no produce no es nada: “Ese es el problema y en la Argentina con un gobierno que entiende la vida para el que la pueda pagar, y el que no pueda que se embrome o muera. Parte de nuestro trabajo, militancia y fe es poner en escena que los pobres son nuestros hermanos y que valen no por lo que producen sino por el valor que llevan dentro. No es fácil, pero peor es no hacerlo”.
Como periodista, entiende que la vida tiene que estar puesta al servicio de los demás, “un trabajador de prensa tiene que poner lo que sabe al servicio de los demás, esa palabra que decimos o que no decimos, el grito que damos o el silencio que hacemos, eso debe estar al servicio del bien común. Nos debemos cuestionar a quién hacemos bien al momento de comunicar”, reflexionó Pietrafesa, que además de trabajar en Telefé, es profesor de periodismo.
“¡Todos, todos, todos!”
“En la Iglesia hay espacio para todos… ¡Todos, todos, todos!”, es una de las frases que más resonaron en la Plaza de Mayo, donde La Mañana pudo estar presente para vivir la despedida de un pueblo a su “pastor con olor a oveja” que trascendió las fronteras de su patria. Con diferentes formas de expresarse, entre pasacalles, banderas, remeras con frases, agitando pañuelos, banderas argentinas, bombos y canciones religiosas con nuevos ritmos musicales dieron cuenta que en la Iglesia hay lugar para todos.
También dijeron presente Victoria Villarruel, vicepresidenta a cargo del Poder Ejecutivo, Axel Kicillof y Jorge Macri, jefes de gobierno de la Provincia de Buenos Aires y Capital Federal respectivamente, diputados, senadores, dirigentes y diplomáticos acreditados en el país que participaron en un lugar especialmente reservado para las autoridades.
La mañana del sábado 26 de abril trascurrió entre nostalgia y alegría por el recuerdo de una de las personalidades que seguramente será una de las más destacadas de Argentina. La Mañana fue testigo del fervor de nuestro vecino país, de las palabras del papa Francisco que ya se han incorporado al vocabulario y a la acción de una Iglesia “hospital de campaña” y movidos por su “hagan lío” el arzobispo de Bueno Aires invitó a los presentes a expresar su compromiso para “seguir construyendo una cultura del encuentro donde haya lugar para todos, todos, todos”; “a caminar juntos y a vivir juntos como hermanos y hermanos siendo artesanos de la verdad, el perdón y la paz” y “a tener gestos concretos con los que menos tienen, con los adultos mayores, con los que están solos, con los que viven en la calle, con los que sufren la falta de trabajo, con los que no tienen para comer, con los que están enfermos, con los que todos discriminan, con los que están presos y con todos aquellos que viven desprotegidos”.
“Que Dios nos ayude a cumplir este compromiso que será el mejor homenaje que le podemos dar al papa Francisco!”, concluyó la oración con un “Sí, nos comprometemos” entre aplausos y ¡Viva el papa!










