En 2004, Francia, líder en energía nuclear civil, puso en marcha la construcción del primer reactor EPR (reactor de agua presurizada) del mundo en Flamanville (Manche). Pero diecisiete años después, la obra, que debía durar ocho años, sigue sin terminar. Mientras tanto, China ha inaugurado un reactor EPR, construido en solo nueve años. Ante el fracaso de Flamanville, EDF lamenta “la pérdida de competencias” debida a las jubilaciones y a la desaparición progresiva de los maestros especializados en energía nuclear. A este ritmo, el nuevo plan nuclear del presidente de la República corre el riesgo de unirse a Flamanville en la lista de proyectos frustrados por la falta de cuadros para realizarlos. Esta pérdida de competencias no se limita a las industrias de alta tecnología. Plomeros, carpinteros, ingenieros de la construcción, directores de proyectos informáticos: en octubre de 2021 habrá 70.000 puestos sin cubrir en la industria, y entre 15.000 y 80.000 en el sector digital. Ninguna política industrial puede funcionar sin suficientes ingenieros y técnicos.
Sin embargo, el sistema universitario francés ya no forma a un número suficiente de ellos. Según las cifras del Ministerio de Enseñanza Superior, Investigación e Innovación, matemáticas, física y biología se encuentran entre las carreras menos populares de la universidad, con diez veces menos solicitantes que psicología, idiomas o Derecho. Esto ha provocado una creciente incapacidad para contratar profesores de ciencias y un descenso de la investigación francesa, cuyo presupuesto es cada vez menor. Mientras tanto, las escuelas de negocios siguen multiplicándose, pasando de 10.000 estudiantes en 1960 a 200.000 en la actualidad, al mismo tiempo que las escuelas de ingeniería aumentan el número de cursos de finanzas y gestión. Detrás de la inflación de titulaciones que emulan a las angloamericanas (MS, MSc, bachelor’s) se esconden cada vez menos cursos especializados. En estas condiciones, ¿dónde se encontrarán los ingenieros que la industria necesita? Los cientos de miles de jóvenes formados para ser gerentes pronto no tendrán a nadie a quien dirigir. El futuro de la industria no puede basarse solo en las habilidades interpersonales y el marketing.
Maroun Eddé, en Le Monde, Francia
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