Una de las medidas propuesta por la Agropecuaria de Artigas es la retención de vientres como medida de apoyo a la producción ovina, lo que tendría un efecto inmediato en los establecimientos.
Juan José Senattore es médico veterinario, colono con establecimiento ganadero en la colonia Artigas, al centro del departamento; también es presidente de la Asociación Agropecuaria de Artigas y delegado de la Comisión Nacional Honoraria de Salud Animal (Conahsa) por la Federación Rural.
El 11 de abril, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Alfredo Fratti, visitó Artigas acompañado por un importante equipo compuesto por el director de Industria y el subdirector de Servicios Ganaderos, ambos del Ministerio, y el Instituto Nacional de Carnes entre otros, y mantuvo una reunión con los directivos de la Agropecuaria de Artigas, en un encuentro extenso de más de dos horas, en la que se abordaron algunos de los problemas de los ovinos y de sanidad en todo el país.
Respecto a los ovinos, Senattore dijo La Mañana que los planteos al ministro fueron por la “preocupante situación sobre la comercialización, porque estamos sin frigoríficos en el norte, además de la escasa venta de ovinos en el mercado interno y la posible exportación a Brasil”.
Como forma de revertir la escasa comercialización de carne ovina en Uruguay, los productores propusieron a Fratti que los diferentes organismos del Estado, como el Ejército, la Policía, las escuelas, los hospitales introduzcan cortes en sus menús. “Esa sería una buena salida del producto dentro del país”. El ministro “quedó en estudiar esa propuesta”, agregó. De concretarse “serían muchísimas toneladas de consumo diario, y por tanto una muy buena herramienta” que impulsaría al sector.
Sobre la posible exportación a Brasil, Senattore recordó que “después de muchos años en la Agropecuaria logramos que se habilitara el puente Artigas-Quaraí, un negocio que no ha prosperado porque hubo cambios en el mercado en Brasil; además de la habilitación para exportación del abasto municipal, justamente como puerta de salida de los lanares”. El abasto municipal “está funcionando para el abasto interno, pero no para exportar”, lo que requiere una importante inversión en dólares.
Las autoridades se comprometieron a estudia el tema, dijo Senattore, y “quedaron en trabajar; y ya se hicieron dos inspecciones al matadero municipal. Hay que ver cómo hacer la inversión, qué parte pone la Intendencia de Artigas y si el gobierno central pone el resto”.
La Agropecuaria de Artigas va a esperar hasta el 20 de mayo, “esa fue la fecha que nos pusimos de plazo, después vamos a pedir una audiencia con la intendenta [Elita Volpi], que es a quien tenemos más cerca, y con el intendente que sea electo en las elecciones del 11 de mayo; o de lo contrario volveremos a planteárselo al ministro Fratti”, anunció.
Explicó que el tema no fue planteado a los diversos candidatos a la Intendencia porque la Agropecuaria no quiere que se haga un uso político: “Queremos esperar a ver a quién se elige para ocupar la Intendencia. Lamentablemente, si nosotros nos reunimos antes de las elecciones va a ser un tema que los candidatos van a usar para hacer bandera y no queremos que nos usen con promesas de exportación que en realidad va a ser una propaganda. No queremos eso”, subrayó.
Crédito pare retener vientres
Otro de los temas que se planteó a Fratti fue la creación de un crédito “para la retención de ovinos hembras y hembras preñadas para incentivar a que permanezcan en los predios. Si ese crédito se crea, el productor va a poder retener esos animales”.
El mecanismo consistiría en que “el productor concurre al banco con la guía de las ovejas y se le da el dinero para que no las venda, las deje prendadas en el banco y eso le permite seguir produciendo”.
“No es un subsidio, sino un crédito”, enfatizó: “El productor va al banco con 500 ovejas para retener, el banco concurre al predio, lo inspecciona y prenda los animales por determinado dinero, y con ese dinero el productor puede trabajar: comprar carneros, inseminar, lo que sea que necesite hacer, y con la producción de corderos cada cinco meses va pagando el dinero de las madres. Si se quiere impulsar al ovino, esa es una herramienta que se puede utilizar, pero hay que implementarla, porque no existe en el BROU”.
Otra herramienta es “tratar al ovino como a la forestación, a la que se incentivó sacándole impuestos. Esa sería otra posibilidad que necesita de la voluntad y la decisión política”, añadió.
¿Por qué pasa esto con el ovino?
Consultado cómo Uruguay llegó a esta situación crítica de la ovinocultura, Senattore precisó que “algunas cosas dependen de nosotros como país, y otras obedecen al exterior, en lo que mucho no podemos hacer”.
En lo externo, es un hecho que “el comercio internacional de la lana cayó y desdibujó la realidad que conocíamos. Acá en el norte éramos específicamente laneros, y después estaba la carne. Cuando la lana Corriedale estaba en promedio a 40 o 50 dólares, se podía sostener todo el establecimiento solo con la lana. Pero en el mundo aparecieron otras fibras, se dejó de usar la lana para prendas de nivel medio y hubo una caída importantísima en la demanda”.
Internamente, y estos sí está en nosotros solucionarlo, está “el abigeato, el ataque de perros y la falta de mano de obra”, todo eso conspira con una producción económicamente sustentable. “Son cosas que se han ido sumando y por eso la debacle, pasando de 25 millones a un poco más de 5 millones de lanares” como tenemos ahora.
“Recién mencioné la habilitación de la planta para exportar, esa es una medida política importantísima que se debe tomar, porque si el 80% de los ovinos está al norte del río Negro, pero los establecimientos que faenaban cerraron, tenemos que encontrar una solución. Acá nos quedamos sin plantas de faena ovina, lo que agrega ahora el costo del flete”.
La batalla contra la garrapata
Respecto a las preocupaciones sanitarias, Senattore dijo que las enfermedades prevalentes como la brucelosis y la tuberculosis “están bajo control”, con un buen trabajo del gobierno junto a las gremiales a través de la Conahsa, que reúne a las principales instituciones rurales del país. “Hemos trabajado en conjunto y se bajaron los focos”, aseguró. Pero “hay problemas puntuales de sarna y piojos en los lanares, con una presencia permanente, sobre todo en los departamentos del norte”.
Otro “problema muy grande es la garrapata, que lamentablemente se ha extendido al sur porque tenemos una ley que es muy buena, pero no se llevó adelante el programa” de acción que se debió ejecutar. “La ley nunca se aplicó en su totalidad, fueron apareciendo focos en otros puntos del país y hace 8 o 10 años tuvimos la aparición de garrapata multirresistente, lo que quiere decir que ningún específico es efectivo” contra ellas.
Sin embargo, recientemente salió un nuevo medicamento, fluralaner (exzolt), que “no tiene resistencia y está funcionando para todo tipo de garrapata”, lo que permite ver el futuro con optimismo. Pero es importante “no cometer los mismos errores, porque si lo hacemos vamos a terminar fracasando”. El medicamento “se debería usar bajo control técnico porque estamos jugados a esta molécula que, si anda bien, en 6 o 7 años no debería aparecer resistencia”.
Asimismo, “hay dos cosas que son fundamentales y que hay que cuidar. Una es la salida de garrapata de los predios que tienen multirresistencia para limitarla y que no se esparza en todo el país. Lograrlo es una tarea de la que se debe encargar el Ministerio, que tiene que hacer foco en los establecimientos con esos problemas y cuidar los movimientos de ganado. Realmente deberían estar interdictos y los movimientos hacerse con certificación oficial del Ministerio”, consideró el profesional.
En segundo lugar, “Uruguay está muy expuesto, desde el punto de vista del uso de productos de otros países, a la aparición de residuos en la carne, lo que implicaría un golpe muy duro a toda la exportación, porque eso cada vez más se transforma en una barrera no arancelaria. Uruguay trabaja para bajar los aranceles económicos, pero si no nos cuidamos puede aparecer este otro tipo de barreras”.
Porque “cuanta más presión hay para terminar con la garrapata, también hay un mayor uso de específicos veterinarios y más probabilidades de que nos aparezcan residuos. Yo creo que ya no solo los productores, creo que el país no tiene conciencia de eso, y si llegara a pasar lo va a sufrir toda la economía por el peso que tiene la carne en las exportaciones”.
Finalmente, destacó la importancia de contar con un test de resistencia: “Es fundamental, para iniciar un buen tratamiento contra la garrapata, hacer un test de resistencia, cosa que el laboratorio de Ministerio hace gratuitamente. Es clave saber qué específico utilizar, y ese test es la base en la lucha contra la garrapata”.
Uruguay falla en los controles
Finalmente, el presidente de la Agropecuaria de Artigas se refirió al ingreso de productos veterinarios de contrabando, motivado por la diferencia de costos en el mercado local en comparación con lo que se paga en los países vecinos. “Están ingresando al país, de Argentina y Brasil, productos a mitad de precio”, algunos de ellos “no están autorizados por nuestro Ministerio y no sabemos cómo se producen”, advirtió.
“Hay una importante diferencia en el costo. Los productos por los que acá el productor paga US$ 2600 se pueden adquirir en Argentina a US$ 1320”, precisó, y agregó: “No sé cómo llegan al país, pero llegan y se usan”.