El Ing. Vago, expresidente del Instituto Nacional de la Leche, trazó algunas reflexiones sobre el estado de la lechería, que tiene todo para crecer incluyendo a los tambos más pequeños.
La lechería está pasando por un buen momento, dijo el Ing. Agr. Juan Vago Armand Ugon, productor con establecimiento en Colonia, y de reconocida trayectoria integrando o liderando diversas agremiaciones de presencia nacional. Sin embargo, señaló que sufre “problemas estructurales que se deben atender.
Entrevistado por La Mañana, dijo que en lo que va del año, continuando desde 2024, el sector lechero está pasando por un período de “buenos precios”, acompañado ahora por “un clima también muy bueno, excepcional, aun en lo que va del invierno. Al precio y al clima se suma tener un grano accesible, y eso es bueno para la producción de carne y de leche”.
“Desde el punto de vista productivo venimos muy bien, es un buen momento para aprovecharlo, pero eso no quiere decir que la lechería no tenga problemas”, fundamentalmente de tipo “estructurales”, los tenemos y se ven reflejados en que “en los últimos 10 años hemos perdido casi mil productores, chicos, medianos y también algunos grandes”, precisó.
Ese tema “estructural” significa que hay “un factor de concentración o de más escala en las diferentes empresas”, y no hay que pensar solo en el tamaño, porque “cuando hablamos de escala es gestión del negocio; se puede tener un tambo chico de unas 100 vacas o menos y manejarlo bien, lo que permite vivir dignamente. A veces no es solo el tamaño, también es la escala la que hace perder eficiencia”.
Pero lo que hay que tener claro “es que la lechería, como todas las cadenas de valor agropecuarias que tenemos en Uruguay, tiene que pensar que la competencia está en el mundo: exportamos el 75% de la leche. Creo que en el futuro va a seguir subiendo la producción porque hay demanda y eso nos obliga a ser más eficientes y competitivos”.
Las cuatro líneas del problema estructural
Sobre el problema estructural de la lechería, Vago dijo que a grandes rasgos hay cuatro diferentes líneas de acción. Una es que “tenemos que ser más competitivo, no debe haber dudas de eso, y el tipo de cambio real incide negativamente en el desarrollo de las empresas”.
En segundo lugar, mencionó la “incorporación de innovación y de tecnología, algo que hace el resto del mundo”.
Tercero, el “problema de la transferencia tecnológica, más que nada al sector primario”. En Uruguay los productores se agrupan en tercios: uno al que pertenecen aquellos a los que les va muy bien, otro tercio es el que está empatando, y el tercero reúne a los que están más o menos y con problemas”. Ese agrupamiento “va más allá de los tamaños, pero sí hay un problema de alta edad y de cabezas, y se debe buscar la forma de incorporar gente más joven, que acepte y guste de los desafíos, porque este negocio no es malo ni es tan sacrificado como antes, ha mejorado mucho por la acción de la tecnología”.
El cuarto y último tema “pasa por aumentar el número de mercados a los que se puede llegar, atendiendo también las condiciones, porque hoy entramos a China con un 10% de arancel contra 0% de Nueva Zelanda, que es un competidor directo”.
Vago dijo que es “muy optimista” sobre el presente y el futuro de la lechería “porque es una cadena de valor que derrama mucho y este año quizá llegue a facturar US$ 1500 millones”. De ese total 1200 corresponderían a exportaciones y el resto en el mercado interno, “o sea que es la tercera cadena de importancia agropecuaria en la exportación y quizá a nivel nacional”.
Para seguir siendo un sector pujante “debemos tener el diagnóstico claro y un plan a largo plazo, con objetivos relativamente claros. Es fundamental esa visión a largo plazo” y el desarrollar “acciones concretas que nos hagan ir por el rumbo que nos lleven al objetivo al que se quiere llegar”.
En ese proceso “hay darse cuenta de que el mundo va cambiando a una velocidad impresionante. Uruguay debe poner las luces largas y cerrar los ojos que tenemos en la nuca. Si miramos para atrás es para contarle a nuestros hijos o nietos la historia, pero cuando se debe gestionar hay que mirar para adelante y observar cómo se mueve el resto del mundo”, reflexionó.
Incorporación de tecnología
Sobre la incorporación de tecnología en el sector lechero, el productor dijo que “a nivel industrial, el área de la leche en polvo, Uruguay tiene alta tecnología y por eso se exporta tanta. Al haber inversión y tecnología moderna es más fácil competir”, pero “en la quesería estamos mucho más atrasados si pensamos en competir en el extranjero. Se requiere una inversión muy grande y es muy difícil competir con Holanda, Francia, Estados Unidos. Tenemos que pensar en algo diferente”.
Eso respecto a la quesería de exportación, no la artesanal, aclaró, porque “el queso artesanal es muy exitoso y funciona en el mercado interno, aunque también hay casos de exportación” pero en menor medida.
En cuando al sector primario “hay mucho para hacer en materia de tecnología. Los productores lo saben y la van adoptando”, pero a un ritmo que no es el deseable: Por ahora un tercio lo hace, pero hoy otros dos tercios que la adoptan menos o no lo hacen”.
En ese punto hay que trabajar, para saber qué es lo que está pasando “si es por la edad, por la falta de expectativas”, si es ese “mirar para adelante y no ver una luz al final del camino. Eso es todo un problema, porque la tecnología está, quienes la adoptan crecen fuertemente y el resto prácticamente no lo hace”.
“Yo creo que el tema también pasa por el acceso a la tierra, que no es solo un tema de los colonos, es de todos los productores lecheros: un quinto de los productores lecheros familiares está en colonización, pero los otros cuatros quintos compiten en el mercado” con rentas más caras.
Una foto equivocada
“La lechería necesita señales claras, y el conflicto que se está dando va en contra de eso. Si hay alguien que está mirando a Uruguay para invertir o un joven que evalúa insertarse en la lechería, ve que se está tirando leche por un conflicto sindical, lo primero que dice es ‘en ese negocio no me meto’, pero eso es solo una foto de un conflicto, no es la realidad, pero esa foto llega y da la imagen de que es un negocio complicadísimo cuando en realidad no lo es”.