Javier Metre, socio de CPA Ferrere, a cargo del Departamento Tributario y líder de las oficinas en Bolivia y Paraguay, dialogó con La Mañana sobre los aspectos tributarios incluidos en la propuesta de la Ley de Presupuesto que se comenzará a tratar en el plenario de la Cámara de Diputados para después pasar a la de Senadores. Dentro de esta propuesta de ley hay cambios como el impuesto mínimo global, y aborda demandas locales, como el “efecto Temu” que llevará el IVA a las compras en el exterior. Sin embargo, medidas como el acceso de la DGI a cuentas bancarias y los cambios en el IRPF para utilidades de inversiones en el exterior generan debates sobre su alcance y efectividad. Según Metre, aunque los cambios no constituyen una ruptura de las reglas de juego, algunos ajustes podrían generar inquietudes entre contribuyentes e inversores, especialmente si no se garantizan suficientes salvaguardas para los ciudadanos locales, como en el caso del acceso por parte de la DGI a las cuentas bancarias.
Impuesto mínimo global: un paso previsible
Uno de los temas centrales de la propuesta es la implementación del impuesto mínimo global, una iniciativa impulsada a nivel internacional por el G20 y la OCDE. Metre expresó al respecto que “hay argumentos o cuestionamientos que se pueden hacer respecto a si es el momento o si conviene esperar. Creo que la posición del gobierno de implementar el impuesto mínimo en Uruguay dejando afuera a la mayoría de las sociedades de zona franca es un camino razonable. Yo me inclino a implementarlo”, sostuvo. A esto agregó que “el camino de la inclusión del impuesto mínimo calificado doméstico (tal su denominación) es mejor que no hacer nada y simplemente perder recaudación, dado que muchos de los países con los cuales las empresas uruguayas tienen matrices ya aplican desde el 2024 el impuesto mínimo global y Uruguay termina perdiendo una recaudación vía otorgamiento de un incentivo que no es tal, porque el impuesto se termina pagando en el exterior”.
El experto destacó que la decisión de Uruguay de avanzar en esta línea responde a una tendencia global. “El G20 y la OCDE, cuando largan el impuesto mínimo global, permitieron a las distintas jurisdicciones aplicar un impuesto mínimo calificado doméstico. El país que lo pone, siempre que sea un impuesto calificado, se toma como el pago del impuesto mínimo global, entonces el impuesto lo recaudaría esa jurisdicción y no lo recauda la matriz. El impuesto mínimo doméstico calificado estaba cantado y ya se venía hablando.”
Sobre la proyección del gobierno de recaudar 350 millones de dólares con esta medida, Metre señaló que “desde el punto de vista privado es imposible contrastar esa cifra porque no tenemos los elementos. El gobierno tiene la información de las distintas empresas, pero me parece una cifra que es razonable”. Añadió que la implementación de este impuesto busca evitar la pérdida de recaudación hacia países con matrices que ya aplican este gravamen, lo que refuerza la lógica de la medida.
IVA a compras en el exterior
Otro aspecto relevante es la aplicación del IVA del 22% a las compras realizadas en el exterior, conocido como “efecto Temu”. Metre explicó que “esto viene por un pedido de los comerciantes, ya que el régimen está haciendo perder muchas compras a nivel local, porque la gente decide comprar al exterior por los diferenciales de precio”. Sin embargo, destacó un punto que genera controversia. El gobierno aumentó el límite total de compras en el exterior de 600 dólares a 800 dólares y, además, antes eran tres compras de 200 y ahora se pueden distribuir como se quiera, o sea, se podría hacer una sola compra de 800 dólares.
Este cambio, según Metre, tiene implicaciones. “He escuchado de los comerciantes que, aunque tengan el IVA, el hecho que vos aumentes ese límite tanto, puede hacer que las personas ahora pasen a comprar muchos otros artículos que hoy no entraban ni siquiera en la lista por superar el valor, ejemplo, desde un celular hasta relojes. Ahí es difícil llegar al mismo precio a nivel local cuando uno toma todo el costo uruguayo de tener el artículo en venta”. En este sentido, el aumento del límite podría contrarrestar los beneficios del IVA para los comerciantes locales, ya que abre la puerta a la importación de productos de mayor valor.
Además, señaló el impacto del mínimo de 20 dólares para el pago de IVA. Todas las compras pagarán el IVA del 22%, pero existe un mínimo de pago de 20 dólares. Esto lleva a que las compras que son de menos de 100 dólares se terminan encareciendo. Si se compra algo de 20 dólares, el impuesto sería también de 20 dólares, o sea, el impuesto es del 100% y no del 22%. Esto, según Metre, beneficia a los comerciantes locales en el segmento de artículos de bajo valor, pero genera un encarecimiento significativo para los consumidores en compras pequeñas.
Acceso de la DGI a cuentas bancarias
Un punto polémico de la propuesta es la posibilidad de que la Dirección General Impositiva (DGI) acceda a información bancaria. Metre explicó los cambios realizados tras las críticas iniciales. “En el proyecto original, la DGI podía pedir el levantamiento en forma directa sin pasar por un juez. Eso tuvo muchas críticas, el gobierno escuchó y cuando envió el texto complementario incluyó modificaciones. Estableció que se le tiene que dar vista al juez y el juez tiene un plazo de 10 días para oponerse. Si no se opone, la DGI puede llevar adelante la medida”.
A pesar de esta mejora, persisten cuestionamientos. El socio de CPA Ferrere sostuvo que “ese plazo es muy corto y el juez se tiene que expedir por la negativa. Si en los 10 días no responde nada, se levanta el secreto bancario para la DGI. Eso no conforma a los abogados especialistas. El cambio de otorgar el pase a un juez es bienvenido, pero no es suficiente el tiempo que se le otorga para expedirse”.
Desde el gobierno se argumentó que este cambio había sido solicitado por la OCDE para poder levantar rápidamente, desde la DGI, el secreto bancario a extranjeros con cuentas en Uruguay. Pero desde el Ministerio de Economía también se incluyó a los uruguayos. En este aspecto, Metre planteó una reflexión. “¿Por qué no se puso el cambio solo para los contribuyentes del exterior?”, se preguntó y dijo estar de acuerdo que cuando venga un pedido de información de una administración tributaria del exterior “sí darle un curso más acelerado, pero salvaguardar todas las garantías a los contribuyentes locales.”
En cuanto a la percepción de los contribuyentes, señaló: “Noto que en el mercado algunas personas tienen cierto nerviosismo, se preguntaban si ahora la DGI podía ver sus cuentas y qué garantías tienen. En mi opinión, todavía faltarían algunas correcciones para darles garantía, por lo menos, a los ciudadanos uruguayos”. Según Metre, aunque la DGI seguirá procedimientos internos, la falta de una oposición de intereses clara puede no ser suficiente para proteger los derechos de los contribuyentes locales.
IRPF y nuevas rentas gravadas
La propuesta también incluye cambios en el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que ahora gravará incrementos patrimoniales de activos mobiliarios en el exterior y rendimientos de activos no inmobiliarios. Hasta el momento solo estaban gravados los rendimientos inmobiliarios, con lo cual hay nuevas rentas que se incluyen. “El propio gobierno ha dicho que no se espera una elevada recaudación con este punto. Ha generado cierto ruido, preguntas, inquietudes”, dijo nuestro entrevistado.
Añadió que estas modificaciones pueden ser discutibles. “Cuando uno ve modificaciones de este tipo que no está claro que el cambio en la recaudación sea relevante y que genera ruido, sobre todo en aquellas personas que son decisoras de inversión, el saldo neto no es positivo”, sentenció. También mencionó la posibilidad de un sistema diferencial con agentes de retención, cuya reglamentación estaría a cargo del Poder Ejecutivo.
Consultado sobre si estas medidas afectan la confianza en el país, Metre fue claro. “Siempre la sensación de cambios en las reglas de juego es algo negativo. Yo acá no veo un cambio en esos términos. El impuesto mínimo global era previsible, Uruguay tenía que mover en este sentido y creo que el gobierno está moviendo en un sentido razonable. Todo el mercado sabía que esto podía venir”.
Sobre otros ajustes, señaló: “Ciertas situaciones que antes quedaban fuera de la gravabilidad ahora pasan a estar gravadas, pero son adecuaciones. No lo veo como algo que se pueda tildar de cambio de reglas fiscales”. Aunque reconoció que cualquier cambio genera “ruidos o efectos o nerviosismos hasta que se empieza a conocer”, no considera que los ajustes previstos en la Ley de Presupuesto impliquen una alteración significativa de las reglas de juego.
Uruguay frente a Bolivia y Paraguay
Finalmente, Metre comparó el sistema tributario uruguayo con los de Bolivia y Paraguay, países donde lidera las oficinas de CPA Ferrere. Sobre Paraguay, explicó que tiene un esquema tributario más bajo, el denominado triple 10: 10% de tasa de impuesto a la renta, 10% de tasa de IVA y 10% de IRPF y “cuando uno suma la tributación a la renta más la distribución, sobre todo si es al exterior, anda más en guarismos del 30%. Paraguay es más barato, pero con menos incentivos que Uruguay”. Destacó el régimen de maquila paraguayo, que grava con un 1% actividades destinadas al exterior, similar a las zonas francas uruguayas.
En cuanto a Bolivia, señaló que “la no competencia de Bolivia pasa por su situación política, su clima de negocios. No tiene tantas diferencias en tasas de impuesto de la renta. Paraguay sí compite en muchas cosas, sobre todo cuando se miran los costos”. En este contexto, Uruguay mantiene ventajas en incentivos y estabilidad, aunque enfrenta competencia en costos con Paraguay.