El ministro de Economía, Gabriel Oddone, proyectó un “buen escenario” comercial y turístico con la estabilización de Milei tras los resultados electorales del pasado domingo. Pero el campo alerta que el atraso cambiario erosiona al sector productivo y frena inversiones.
La victoria electoral del presidente argentino, Javier Milei, marcó la agenda del ministro de Economía, Gabriel Oddone, en su comparecencia ante la comisión de Presupuesto del Senado. El titular de la cartera económica proyectó que el respaldo a La Libertad Avanza consolida un “buen escenario” para Uruguay, anticipando “una buena afluencia de turistas argentinos por la paridad de precios” en la próxima temporada estival.
Según el ministro, se configura “un escenario de estabilidad de precios relativos en el cual Argentina no se va a abaratar de manera dramática”, conteniendo así el fenómeno que en temporadas anteriores vació las costas uruguayas de turistas locales y afectó severamente al comercio fronterizo.
La otra cara de la moneda
Esta visión optimista contrasta radicalmente con las advertencias del sector productivo. Milton Ramallo, asesor de la Federación Rural, manifestó a La Mañana que las autoridades están “totalmente obnubiladas con el éxito que han tenido con la inflación” y no abordan el atraso cambiario.
“Llevamos más de tres años con un dólar planchado totalmente en un único valor, ni siquiera con variaciones significativas”, afirmó Ramallo. “No hay argumento posible que pueda justificar que estemos en esta situación. Estamos en el peor momento de la relación de monedas y en el peor momento cuando hablamos de poder adquisitivo del sector agropecuario”.
Impacto concreto en la producción
Para los productores, el problema se traduce en números concretos. “El dólar barato implica una inflación en dólares que vos estás absorbiendo”, explicó el economista. El sector enfrenta costos internos crecientes en dólares –mano de obra, insumos– mientras vende sus commodities a precios internacionales que no puede ajustar.
Esta ecuación afecta directamente las decisiones de inversión. “Lo primero que vas a poder cortar es la inversión. Si ves que esto sigue igual no podés correr riesgos de seguir invirtiendo donde el escenario es de mayores costos”, advirtió Ramallo.
Beneficiarios de la política cambiaria
Al analizar quiénes se benefician con el actual tipo de cambio, la respuesta del especialista es contundente: “Un dólar a $ 40 beneficia a todo lo que son las importaciones”. Ramallo citó el ejemplo de plataformas como Temu, donde el dólar bajo genera “un exceso de consumo de importados” y “una ilusión de riqueza”.
El sector financiero aparece como otro gran beneficiado, donde “las rentabilidades han sido enormes en el último año”. Según el asesor, se produce así “una transferencia del sector productivo al sector financiero”, donde gran parte de estos recursos “se va al exterior”.
El verano como prueba de fuego
Mientras el gobierno confía en un verano con playas llenas de turistas argentinos, aprovechando la estabilidad del vecino país, el campo mira con preocupación cómo un dólar estancado sigue socavando su capacidad para producir y competir a nivel internacional.
La próxima temporada estival servirá como termómetro para medir qué pesa más en la economía uruguaya: el destello de oportunidad que brinda la estabilización argentina o los problemas estructurales de competitividad que, según el campo, siguen sin abordarse. El desafío del gobierno será navegar esta paradoja sin que el alivio turístico opaque los problemas de fondo del sector productivo.





















































