En un desayuno realizado el lunes 6 de octubre en el hotel Hyatt Centric, el think tank Ágora convocó a representantes de organismos públicos y empresas privadas para debatir sobre el futuro de la identidad digital en Uruguay.
Bajo el título “Identidad Digital en Uruguay: Ciudadanos digitales conectados con el mundo”, la mesa redonda dejó en claro que el país se encuentra en un punto de inflexión: tras consolidar avances normativos y tecnológicos que lo ubican como referente regional, hacia adelante es necesario dar un salto en gobernanza y confianza ciudadana, así como incentivar el uso de las herramientas.
El encuentro, moderado por el decano de la UCU Business School, Marcos Soto, reunió a seis voces con diversas perspectivas: Gabriela Valverde, subsecretaria del Ministerio del Interior; Javier Kusminsky, gerente de Desarrollo Data Center y líder de Identidad Digital de Antel; Juan Pablo García, gerente de Identificación Electrónica de Agesic; Rafael Mantero, CEO de Paigo; Nelson Lema, gerente ejecutivo de Tecnologías de la Información del BROU; y Raúl Lamas, gerente de Identidad y Certificación Digital de Interfase.
La discusión giró en torno a cómo Uruguay debería encarar la visión 2030 en identidad digital, un tema que, según coincidió la mayoría de los panelistas, será decisivo para la continuidad de la transformación digital del país.
Los retos de las políticas públicas
La subsecretaria Gabriela Valverde abrió la conversación poniendo sobre la mesa dos desafíos centrales: la inclusión y la seguridad. Señaló que el Ministerio del Interior es la cartera con mayor volumen de trámites en línea, y que se trabaja para optimizar procesos en un escenario en el que no toda la población accede a las herramientas de la misma manera. “Hay indicadores que marcan que las mujeres tienen menos accesibilidad que los varones a determinadas herramientas, sobre todo en la población rural”, advirtió.
Otra de sus preocupaciones en torno a este tema es la confianza ciudadana, dado que “en Uruguay han crecido muchísimo las ciberestafas en la última década”, por lo cual es necesario trabajar más en seguridad, “porque cualquiera que tiene un celular es potencial víctima de un ciberdelito”.
La importancia de las herramientas tecnológicas
Desde Antel, Javier Kusminsky destacó el camino recorrido con la plataforma TuID, que ya cuenta con más de 1.200.000 usuarios. “Estamos totalmente comprometidos con este tema y seguimos trabajando para incorporar tecnología y fortalecer las capacidades de la plataforma”, afirmó.
Por su parte, Juan Pablo García, de Agesic, puso el foco en la falta de conciencia sobre los riesgos. “Hacemos todo en forma digital y, sin embargo, no siempre tenemos los cuidados que debemos. Necesitamos repensar nuestros sistemas de identificación digital”, dijo, y recordó que Uruguay dispone de herramientas como la cédula con chip o las plataformas de Abitab y Antel. La meta, según su visión, es avanzar hacia la identificación digital no solo en el país, sino también en el exterior. “Es importante incentivar el uso de la firma digital, pero para eso debemos diseñar soluciones fáciles de usar y concientizar a la población”, puntualizó.
El punto de vista empresarial
Rafael Mantero, CEO de Paigo, se diferenció del resto del panel al reconocer su resistencia personal en esta área: “Yo odio estos temas, los trámites son un obstáculo. De todas maneras, nosotros ‘onbordeamos’ unas 15.000 personas por mes y otorgamos 40.000 créditos digitales, todos con firma digital. Y me tuve que poner a estudiar por qué no uso nada de todas las herramientas que existen”. Según el ejecutivo, el gran reto está en diseñar procesos de validación de identidad que no resulten complejos ni terminen siendo rechazados por los usuarios. “Cuando una persona va a sacar un crédito, el interés por validar la identidad es mío (en referencia a la empresa que lo otorga), no de la persona. El ciudadano prefiere la simpleza”, subrayó.
El desafío cultural y de infraestructura
Nelson Lema, en representación del BROU, hizo énfasis en que los principales retos no son tecnológicos, sino culturales. “El gran desafío es inculcar el uso de la identidad digital. Los mecanismos existentes son una gran oportunidad para los bancos, nos permiten llegar al usuario final de una manera más amigable y flexible”, explicó. Para el jerarca, la identidad digital no solo amplía el acceso a servicios financieros, sino que posibilita atraer a quienes prefieren evitar las sucursales físicas.
Raúl Lamas, de Interfase, resaltó que Uruguay ya cuenta con “enormes avances en soluciones de identidad digital”, pero planteó la necesidad de relanzar una segunda generación de servicios: “Hemos participado desde 2002 en las primeras instalaciones de infraestructura y, a partir de 2012, en todas las instrumentaciones de identidad e infraestructura pública. Ahora el desafío es definir cómo relanzar el ecosistema digital”.
“Un asunto de personas”
Al cierre del encuentro, Marcos Soto destacó la necesidad de continuar en el camino de los avances tecnológicos, derribar las barreras culturales e integrar al sector privado y la población en su conjunto. “Colocar este tema en agenda es clave, así como rediseñar los procesos”, sostuvo.
Finalmente, Luis Stevenazzi, presidente de Ágora, cerró el panel agradeciendo a los participantes y remarcando la importancia de continuar el diálogo con nuevos actores. En esa línea, agregó: “Tenemos el desafío de seguir conversando e integrar otras voces. La identidad digital no es un asunto de tecnología, sino de personas”.
La segunda fase de la identidad digital
En rueda de prensa, Federico Ponte Gómez, CEO de Interfase, indicó que Uruguay está listo para dar un nuevo salto: “Ya somos un país referente en gobierno digital, pero ahora debemos avanzar hacia una segunda fase, donde la identidad digital esté centrada en el teléfono, con mayor cuidado de los datos personales e interoperabilidad internacional”.
Por su parte, Luis Stevenazzi, titular de Ágora, insistió en que el centro de la discusión son las personas. “Cada institución dio su perspectiva, pero lo que está claro es que en esta digitalización es necesario dar mayor seguridad y usabilidad. Quizás sea el momento de plantearse nuevas preguntas sobre la gobernanza, el marco normativo y la colaboración público-privada”, remarcó.
En la misma línea, García, de Agesic, adelantó dos proyectos en los que el organismo está trabajando: un modelo para estandarizar la identificación digital a nivel regional y el desarrollo de la cédula digital junto con la Dirección Nacional de Identificación Civil. “Será un documento con las mismas garantías que el físico, pero utilizable desde el celular para identificarse en forma presencial o remota. La identificación digital es la forma más segura de identificarse y debemos incentivar su uso”, enfatizó.
TE PUEDE INTERESAR