Nico es padre de Manuel, un niño de 3 años. El 24 de agosto de 2024 se separó definitivamente de Corina, la madre de su hijo. Durante mucho tiempo intentó sostener la relación por Manuel y también por Lorenzo, medio hermano de su hijo, que lo llamaba “papá”. El padre biológico de Lorenzo había fallecido en circunstancias poco claras.
La convivencia era muy difícil. Nico muchas veces debía ponerse delante de los niños para evitar que la madre los golpeara. Dormía en un colchón en el cuarto de su hijo, mientras Corina ocupaba el piso superior. Las empleadas domésticas solían enviarle a Nico videos de los niños para que él, trabajando, estuviera al tanto de lo que pasaba. También intentaban persuadir a la madre para que compartiera tiempo con sus hijos. Una de ellas, Gimena, fue despedida tras sugerirle a Corina que moderara su carácter delante de Manuel, que entonces tenía solo dos años. En apenas dos años, pasaron ocho empleadas distintas por la casa.
En medio de las discusiones, Corina llegó a amenazarlo: “Si te vas, no vas a ver a Manuel. Te denuncio por abuso, digo que nos pegabas a los tres y abusabas de los chicos. Preguntale a la madre de Enrique, el papá de Lorenzo; conmigo no vas a jugar”.
Intrigado, Nico buscó a la madre de Enrique, de quien solo sabía lo que Corina decía: que era un “drogadicto” que había abandonado a su familia. Con la ayuda de una amiga, consiguió su teléfono y la visitó. Allí se enteró de otra versión: Enrique se había separado de Corina cuando Lorenzo tenía 7 meses, denunciando violencia y consumo de drogas de su parte. Según su madre, Corina lo golpeaba a él y al niño. Enrique luchó cinco años para poder ver a su hijo, con regímenes de visita que no se cumplían y múltiples denuncias. Finalmente, el 6 de septiembre de 2020, desesperado, se quitó la vida estrellándose con su auto contra un camión. Era piloto y vendedor de autos de alta gama.
Nico terminó abandonando la casa de San Remo con lo puesto, entre gritos de Corina: “Vos te fuiste y abandonaste. No los vas a ver despertarse ni dormirse nunca más. Te voy a cagar la vida hasta el último día”. Cuando volvió por sus cosas, Patricia —la empleada— le entregó una sábana con parte de su ropa y le pidió que regresara por los niños, sobre todo por Manuel.
Pasó un mes y medio sin ver a su hijo. Entre abogados, no lograban que Corina permitiera el contacto. En octubre de 2024 comenzaron a llegar denuncias por violencia. Días después, se firmó un acuerdo homologado en un juzgado de familia: Nico podría ver a Manuel lunes, miércoles y viernes durante cuatro horas, y cada quince días un fin de semana. A cambio, debía destinar aproximadamente el 30% de sus ingresos como corredor de bolsa en concepto de pensión alimenticia. El acuerdo se cumplió, aunque con interrupciones, durante cuatro meses. Nico siempre realizó los pagos puntualmente, viera o no a su hijo.
Hoy, 9 de septiembre, se cumplen seis meses sin contacto. La última vez que vio a Manuel fue el 12 de marzo. Desde entonces, pesan sobre él varias denuncias falsas. Aunque no existen medidas cautelares que le prohíban ver a su hijo, la relación está bloqueada. El 30 de junio, día en que debía retomarse el régimen de visitas, Corina presentó una denuncia por supuesto abuso sexual contra Manuel. La Fiscalía no pidió medidas cautelares y la causa sigue estancada. Mientras tanto, el socio, clientes y amigos de Nico han recibido mensajes difamatorios: “Nico es un abusador de niños, no lo juntes con tus hijos”.
A pesar de que Corina consiguió medidas de restricción en su favor, no existen pruebas en contra de Nico. Sin embargo, él debe afrontar dos procesos abiertos en juzgados de familia especializada y otro en Fiscalía de Delitos Sexuales.
“¿Qué entiende un niño de tres años cuando su padre desaparece de un día para el otro?”, se pregunta Nico. Dice que su dolor es doble: por no poder ver a su hijo y por el daño que esto le causa a Manuel, que crece sin su padre. Nico continúa pagando la pensión, está medicado y siente que la Justicia no lo escucha. “Hoy, cuando llega una denuncia, festejo poder salir de la audiencia como entré. Vivo probando mi inocencia, acusado de violencia vicaria, económica, emocional, ambiental, y no sé de cuántas más”.
Nico espera que, a través de esta entrevista, alguien le cuente a Manuel que su padre está vivo y luchando por verlo.