En la segunda quincena de agosto de 1913, abrió sus puertas la 8ª Exposición de Ganadería, que inauguraba un nuevo predio de exposiciones en el Prado de Montevideo, en un sector de la antigua Quinta del Buen Retiro de José de Buschental. Predio que se ha mantenido en el tiempo y que fue obtenido por un decreto gubernamental que reglamentó la ley del 14 de mayo de 1909, y por la cual se le asignó el cuidado y la conservación del lugar a la Asociación Rural del Uruguay (ARU), a la vez que le otorgó la supervisión oficial sobre todas las exposiciones ganaderas que se realizaran en el país.
El público que asistió a aquella exposición de 1913 quedó admirado por las nuevas instalaciones enmarcadas por avenidas arboladas y sectores enjardinados, dentro de las cuales cobraron destaque tres amplios y vistosos pabellones o galpones de planta rectangular (28×61 m), cuya obra estuvo dirigida por el artista y arquitecto catalán Cayetano Buigas, en un estilo de arquitectura Art Nouveau, con riqueza ornamental propia del lenguaje del modernismo catalán, conformada por ladrillo visto calcáreo con decoración en accesos y en las esquinas la técnica catalana de azulejos partidos (trencadís), técnica utilizada por el arquitecto catalán Antonio Gaudí. Una obra “bastante inédita” para Uruguay, destacada también por su tamaño y calidad, y no muy común incluso en la misma Barcelona, de donde era oriundo el arquitecto Buigas.
Los galpones originalmente proyectados si bien fueron cinco, terminaron siendo tres, y desde entonces y a lo largo de 112 años, esas tres monumentales e históricas construcciones, han servido mayoritariamente para albergar a lo mejor de la genérica nacional durante las diferentes ediciones de muestras ganaderas, así como también como ámbitos de otros eventos de diferentes temáticas, que han ido desde eventos ganaderos o gremiales, hasta fiestas de bodas.
En el caso de las Exposiciones Ganaderas Anuales organizadas por la propia ARU, los galpones identificados como 1 y 2 de bovinos y 3 de ovinos, han servido de marco para las diferentes ediciones de exposiciones, pero con variaciones en sus destinos. Los más veteranos recordaban hace un par de años que en sus orígenes y por más de dos décadas, el Galpón 1 albergó además de ejemplares de razas bovinas lecheras también ejemplares equinos, que por su bajo número de participación inicial se ubicaron en boxes de madera adosados a las paredes internas del galpón.
Con el paso de los años y tras la resolución de la ARU de 1920, por la cual se limitó, salvo en equinos, la participación en las exposiciones de solo a animales de pedigrí inscriptos en los registros genealógicos, el Galpón 1 albergó por un par de años solo a las razas bovinas lecheras, y el Galpón 2 a las razas bovinas de carne. En tanto que el Galpón 3 se destinó a diferentes razas ovinas. Pero tiempo después, el marcado ritmo de crecimiento de ejemplares inscriptos de diferentes razas, marcando el adelanto que iban alcanzando las cabañas, fueron alterando la capacidad locativa de los galpones, al punto que hubo de crear nuevas estructuras, y el Galpón 3 de ovinos pasó gradualmente a estar ocupado por ejemplares bovinos. Sirviendo también alguno de ellos y especialmente acondicionados para el efecto en más de una ocasión, hasta la década de 1950, como sitio para la ceremonia de inauguración cuando las condiciones climáticas reinantes no fueron favorables.
La ARU utilizó también los galpones para otras exposiciones que organizó en el pasado, dentro de las que destacamos las Exposiciones de Granja, la Exposición de Granja y Lechería en el marco de las celebraciones del Centenario (1930) que se realizaban en el país, o las Exposiciones Anuales de Lanares de carácter Nacional e Internacional, generalmente realizadas en el mes de febrero de cada año.
Fuera de las exposiciones ganaderas, pero con actividades vinculadas al agro, en mayo de 1982 y mayo de 1983, los galpones 1 y 2 sirvieron de sede para dos históricos Congresos Rurales de la Federación Rural. Fueron las ediciones 65 y 66 del Congreso, que nuclearon a una inmensa cantidad de productores rurales, junto a otros sectores de la producción y de la opinión pública nacional, que presenciaron en forma directa los congresos en el pabellón 2, o los siguieron a través de una pantalla gigante emplazada en el Galpón 1. Congresos en los que se reclamó primeramente por la recuperación urgente de la vigencia plena de la democracia representativa en la que todos los ciudadanos pudieran gozar plenamente de sus libertades y derechos, con las garantías establecidas en los textos constitucionales. Y por otro lado también se reclamó al gobierno de facto existente medidas gubernamentales necesarias para crear las condiciones que permitieran un desarrollo rural imprescindible, ante el prolongado estancamiento del sector, con nefastos efectos sobre la economía del país. Fijando el Congreso Rural de 1983, el Día del Trabajo Agropecuario Nacional, para conmemorar el 15 de junio en todo el país, programando para la primera edición un alto en la actividad.
En cuanto a otros tipos de eventos realizados en los galpones, los hubo como señalamos, también de carácter cultural y recreativos, dentro de los cuales se destaca la Semana Criolla del Prado, que se celebra desde 1925 en el predio, bajo la organización de la Intendencia de Montevideo, y durante la cual los galpones albergan diferentes propuestas mayoritariamente artesanales. Quedando en la memoria de muchos otros eventos como las ediciones de la Feria de las Naciones, organizadas en la década de 1970 por el movimiento Voluntarios de Coordinación Social, y en la década de 1990 por la Fundación Acción Solidaria, o las dos primeras ediciones de Mundo Gaucho con Americando en los años 2001 y 2002, o algunas ediciones de la Feria de la Construcción, entre otros. Actividades todas en las que los galpones tuvieron su protagonismo.
Los galpones 1 y 2 acogieron también entre sus muros algunos eventos musicales y otros de carácter más social como, lo fueron entre otros la celebración de los 125 años de la Asociación Rural del Uruguay, en 1996 en el Galpón 2, y el homenaje brindado en el mismo galpón al recordado periodista Dr. Eduardo J. Corso, al conmemorarse en agosto de 2009 el 60 aniversario de su audición radial “Diario del campo”. En la ocasión se celebró allí una misa oficiada por el padre Aníbal Rivero, se realizó una transmisión radial en directo de la audición y se cerró con un almuerzo criollo, con la participación de familiares, amigos y colegas del periodismo.
El paso del tiempo, y acciones de mantenimiento no adecuadas fueron deteriorando las estructuras, hasta que un fenómeno atmosférico termino dañando seriamente el Galpón 1. Esto llevo a que las autoridades de ARU asumieran con la debida autorización de la comuna de Montevideo la plena recuperación de los galpones declarados Monumento Histórico Nacional y parte del área patrimonial del Prado. Llevando adelante una inversión estimada de 1,5 millones de dólares por galpón, con trabajos en paredes, ventanas, cerchas, tejas y portones de madera que, en este caso particular se reconstruyen en su formato original que se había cambiado, y reutilizando la madera original con más de 100 años que felizmente se había conservado. Incorporándose estructuras metálicas, aberturas de aluminio y un sistema de ventilación cruzada mediante persianas que respetan formas y tamaños originales.
Fue así como en marzo de 2024 se inauguró la restauración del Galpón 1 según proyecto y dirección de obras del Estudio Pascual & Pascual, y ahora en el 2025 se hizo lo propio con la restauración del Galpón 3. Quedando las obras de restauración del Galpón 2, para el año 2026. Obras todas que se enmarcan en un muy bien venido plan de modernización del predio de exposiciones, por parte de la ARU.