Frente a los diversos escenarios que plantea la política arancelaria del presidente Donald Trump y los problemas de costos y de competitividad que tiene Uruguay, el licenciado en Economía, con posgrado en Finanzas Corporativas Milton Ramallo, asesor económico de la Federación Rural, en entrevista concedida a La Mañana se refirió a la situación actual del agro.
¿Cuál es su visión actual del sector rural, tanto agrícola como ganadero?
Si hablamos de la actualidad, podemos decir que los buenos precios que hemos tenido este último año, particularmente en la carne, han servido para disimular un poco los problemas de competitividad y los costos internos que tenemos en el país. Pero cuando uno mira un poco más a largo plazo, ya el año pasado en sí teníamos problemas con costos, por la competitividad, por los problemas con el dólar, o sea diferentes aspectos que se iban juntando y que hacían que la producción fuera cada vez más costosa y por ende competir fuera más complicado. Esto hoy está más disimulado.
Usted expresó en una entrevista que este podría ser un año positivo, pero que había algunas incertidumbres. ¿Se cumplió su pronóstico?
Sí, las incertidumbres están a la vista, hoy en día lo que pasa con Estados Unidos, básicamente el tema de la carne que es lo que más se destaca en Uruguay, porque los demás temas agrícolas, tanto la soja, a pesar de los buenos rendimientos, no es que están pasando por su mejor momento, han tenido la mejor producción en mucho tiempo, pero el precio no acompaña y los costos que ya vimos con el tema del dólar atrasado hacen que llegar a ese punto de equilibrio sea más costoso y se necesite más producción, esa es la realidad. Pero la incertidumbre existe porque ya lo vimos, Estados Unidos no cortó el ingreso, pero con el tema de los aranceles tan altos para la carne de Brasil, es un riesgo continuo y latente que puede pasar en cualquier momento, tanto el beneficio como perjudicar, esa incertidumbre es hoy en día total.
Usted expresó que el peso uruguayo está sobrevaluado, ¿cómo se llega a esa conclusión y cuánto influye en la economía?
El tema del peso sobrevaluado es una realidad, nosotros tenemos un dólar a 40 pesos desde el 2022, eso llama mucho la atención, mantener un dólar, un tipo de cambio fijo, porque en realidad sube de 40 a 42 y vuelve a los 40, para nosotros es un peso sumamente sobrevalorado. Es más, no solamente lo decimos, es un tema de la realidad, uno va a usar las medidas de las fronteras, hablan de que somos un país caro y eso es la fortaleza del peso que vemos diariamente. Pero, además, hay otros indicadores, con otro tipo de medidas, que también señalan que el peso en realidad está demasiado fortalecido. Nosotros entendemos que hay toda una política del Banco Central que ha hecho que se fortalezca el peso, hay un plan de poner el peso como una moneda de calidad y todo eso implica que estemos en la situación que estamos, no es un tema casual, que ocurrió de casualidad, sino que se han tomado medidas para que esto ocurriera.
¿Esto es la consecuencia directa del dólar a la baja?
Siempre somos una economía bimonetaria, si una moneda se fortalece la otra se tiene que debilitar, eso es como un efecto que va a ocurrir. Es más, el Banco Central, cuando inició su plan de bajar la inflación, empezó por los transables, no empezó por el déficit fiscal, ni por los precios, ni por los Consejos de Salarios. Los ajustes a la baja, la desindexación de la economía, empezaron por los transables que están vinculados al tipo de cambio y que son de fácil control, que fue lo que se hizo hasta este último año y que se sigue haciendo hoy en día, con un dólar a 40, ayudado por la debilidad que tiene, pero impulsado también internamente.
¿El costo del combustible influye directamente en los costos de producción?
El combustible siempre es un factor transversal a cualquier sector productivo, va a afectar continuamente, tanto el combustible como la energía eléctrica. Dependiendo del rubro de que estemos hablando, hay unos que son más intensivos que otros, pero ese problema siempre está latente, siempre está el famoso tema del subsidio del combustible que se aplica al transporte interno, al transporte urbano. Hay diferentes factores cuya sumatoria va haciendo que terminemos siempre en un sobrecosto de un sector productivo que necesita competir hacia afuera.
En este momento vivimos una situación conflictiva en el sector lácteo. ¿El gobierno debería tomar alguna medida para que la producción láctea no siga perdiendo terreno, como marcan los indicadores?
Es una realidad el cierre de tambos que ha habido en los últimos años. Los números hablan de cerca de mil que han tenido que cerrar en los últimos años debido a diferentes factores. Eso es una realidad. No hay un factor único, lo que se ve es que acá tal vez falte un estudio, identificar las causas de ese cierre. Uno escucha a los productores lácteos, y siempre está en la mente el tema de los costos. Siempre está el tema del conflicto sindical, vemos que por una razón u otra se para la producción, se tiran los productos, en este caso la leche. Ya tendríamos que haber madurado en ese aspecto y no usar la producción como una forma coercitiva de lograr mejoras o cualquier objetivo sindical, sino que hay que ver otras maneras que no sean usando la producción como se usa, casi como primer factor de negociación. Ahora pasó lo mismo en la pesca, en la industria frigorífica con la carne ha pasado varias veces. La producción no puede ser un factor de negociación, eso es un daño que nos hacemos a nosotros mismos, para todos, como país en general, ni siquiera es que le hace daño ni al empresario ni a un sector o al otro. Hace daño a los empleados, a los asalariados, a todos, porque es un problema interno. No podemos hoy en día darnos ese beneficio de cortar la producción, con lo que cuesta y sabemos los problemas que trae. Pero el tema del sector lácteo es un tema que viene de larga data, es un tema que no logramos resolver, incluso con la industria, con Conaprole siendo el que más acapara el tema de la leche y siendo una industria local y una cooperativa nacional de productores. No vemos bien qué pasa, el problema sigue avanzando y es el deterioro de los productores. Capaz que es necesario centrarse en todas las partes y tratar de arreglar si son costos internos, si es un tema de producción, si es un tema de competitividad exterior. El dólar también le pega al sector lácteo y a Conaprole, que es una cooperativa local, creo que hay que tomarse en serio este tema de esta pérdida de productores que se da en todos los sectores, no solo en el lácteo.
¿Usted está de acuerdo con las políticas que va desarrollando el Ministerio de Economía y Finanza para los departamentos fronterizos?
El tema es que “emparchar” continuamente las situaciones, una vez que están dados los problemas… es decir, viene el planteo de frontera, de que no podemos competir, entonces viene el Ministerio y emparcha la situación con estas medidas, que siempre son las mismas: bajar los impuestos. Nosotros debemos tener claro continuamente que somo un país chico entre dos potencias, porque en realidad, por su tamaño, Argentina y Brasil son potencias económicas. Argentina con sus problemas, pero todos conocemos el potencial que tiene la economía y el efecto arrastre que genera en nosotros cuando tiene algún tipo de medida como pasó estos últimos años, que tenía problemas y éramos arrastrados continuamente con el consumo. Debemos tener claro que no podemos seguir siendo una economía extremadamente regulada como somos, con una carga impositiva tan alta, porque nos quita margen de maniobra ante situaciones como la que estamos viviendo, es decir, estamos siempre yendo con el parche a la frontera.