El 19 de junio un medio digital transcribió y citó parte de mi audiencia en Fiscalía el pasado 2 de mayo. Ese día me presenté como testigo en la investigación sobre la estafa de Conexión Ganadera, sobre la cual venía investigando y escribiendo en La Mañana. Ya le había hecho llegar al Dr. Enrique Rodríguez información a través de los Dres. Ignacio Durán y Silvia Cuello. Por ejemplo, el dato de buscar cuentas en Estados Unidos y Andorra. Cosa que el Fiscal terminó haciendo y encontrando cuentas.
En la audiencia, no voy a negar que estaba muy nervioso. Llevé una carpeta enorme con nombres de contratos, información de estos, de bienes encontrados, patrones, personas que veníamos investigando, etcétera, a lo que el fiscal y dos de sus colaboradoras me pidieron que se lo enviara en forma digital a una dirección de correo electrónico que me suministraron al final. En el medio, pido que por favor no se grabe parte de la entrevista. Había nombres que no quería que quedaran grabados por miedo a una filtración, detalles de maniobras, audios y videos. A esa altura yo ya había recibido amenazas y la idea era no poner en peligro a nadie más.
Han pasado más de 10 correos electrónicos con nombres, contratos y propiedades desde ese día, un drive compartido con audios y documentos. Si bien tengo el celular del Dr. Enrique Rodríguez, me comunico con él a través de terceros vía WhatsApp. El día de la audiencia de Diego Quiroga, el fiscal y yo intercambiamos información en tiempo real que fue utilizada en el interrogatorio.
La falacia de la verdad a medias
Este tipo de falacia se da cuando se presenta una información objetivamente cierta, pero se omite información importante. De esa forma, con o sin intención, se oculta información que, si se revelara, puede llevar a una conclusión errónea o engañosa.
Por eso creo importante contarles a los damnificados que la relación con Fiscalía es muy buena, que hay receptividad a los aportes y avances con ellos. Lo más importante aquí no es mi credibilidad, salgo a aclarar esto porque no quiero que ustedes sientan que no hay salida, que tanto trabajo de meses quedó en la nada. Que sepan que el compromiso de ir hasta el hueso está intacto, que la rigurosidad a la hora de investigar, chequear y cuidar a las fuentes es el mismo.
A propósito, este lunes 30 de junio un organismo muy importante del Estado me citó en forma “secreta” para colaborar como testigo esta semana. Trataré de no ser “confuso” y si me llegan a preguntar si soy periodista diré que escribo columnas por hobby hace años, y que por eso soy miembro del Centro PEN capítulo Uruguay, pero que no soy periodista. La idea es seguir aportando luz sobre esta y otras estafas millonarias donde el Estado fue omiso por más de 25 años. Hemos ido a Fiscalía, al Parlamento, a varios establecimientos y ciudades e iremos a todos los sitios que sean necesarios para que los responsables de esta estafa vayan presos y se recupere el dinero de los inversores.
Sabemos que hay una agencia de comunicación trabajando en varias cuentas falsas de redes, audios vía WhatsApp alterados, pagos de anuncios en buscadores y se está ejerciendo presión en empresas relacionadas conmigo y con otras personas del equipo en el ámbito profesional y laboral. Estaba dentro de lo esperable y lo hemos denunciado públicamente antes. Acá no hay “inversores usureros”, no hay “sobres”, no se está buscando “llegar a un precio” para parar la investigación. De hecho, hasta que no se consiga el objetivo, no vamos a parar porque como diría la reina Victoria, “la derrota no está en nuestros planes”.