No hay ninguna lógica en el derribo de estatuas, en el cambio de nombres o la cancelación de la cultura, salvo la búsqueda de afirmar el poder, humillar a las autoridades y crear una crisis en donde no existe, fabricando un falso estado de emergencia al servicio de una agenda política. De hecho, los revoltosos e ignorantes manifestantes no logran explicar por qué los monumentos a Ulysses S. Grant, Cervantes, los veteranos negros de la Guerra Civil o Abraham Lincoln necesitan ser derribados y destruidos tanto como una estatua de Robert E. Lee…La marca de todas las revoluciones culturales es la falsificación del pasado y el presente para poder controlar el futuro. El único verdadero misterio es cómo hemos dejado que esto le ocurra a nuestro país.
Victor D. Hanson, historiador y profesor de la Universidad de Stanford, en American Greatness
Solzhenitsyn y las lecciones del Gulag soviético
¿Qué hay de lo principal en la vida, de todos sus enigmas? Si quieres, te lo deletreo ahora mismo. No persigas lo que es ilusorio, propiedad y posición, todo lo que se gana a expensas de tus nervios década tras década, y se confisca en una sola mala noche. Vive con una superioridad constante sobre la vida -no tengas miedo de la desgracia, y no anheles la felicidad; es, después de todo, todo lo mismo: lo amargo no dura para siempre, y lo dulce nunca llena la copa hasta rebosar. Basta con que no te congeles con el frío y que la sed y el hambre no te arañen las entrañas. Si tu espalda no está rota, si tus pies pueden caminar, si ambos brazos pueden doblarse, si ambos ojos pueden ver, si ambos oídos oyen, entonces ¿a quién debes envidiar? ¿Y por qué? La envidia de los demás nos devora sobre todo. Frota tus ojos y purifica tu corazón, y valora por encima de todo en el mundo a aquellos que te aman y que te desean el bien.
Aleksandr Solzhenitsyn (1918-2008), en “Archipiélago Gulag”. En la obra, el escritor ruso explica el sistema de los campos de trabajos forzados en la Unión Soviética, dentro de los cuales estuvo preso ocho años antes de exiliarse
Antonin Scalia y el principio de la Constitución inalterable y duradera
El legado más importante del juez Antonin Scalia será su teoría del “originalismo” y la “textualidad”, según la cual los jueces deben decidir los casos de acuerdo con el “significado común” de las palabras de la Constitución o sus enmiendas, tal como las entendió el pueblo estadounidense en las convenciones estatales que ratificaron el texto constitucional. A menudo sermoneaba a sus colegas en contra de usar una interpretación “viva” o “evolutiva” de la Constitución, algo que él llamaba “idiota”. Argumentó: “La única Constitución buena es una Constitución muerta. El problema con una Constitución viva, en una palabra, es que alguien tiene que decidir cómo es que crece y cuándo es que los nuevos derechos deben surgir. Y esa es una enorme responsabilidad que una democracia coloca sobre nueve abogados, o hasta 30 abogados”. Para Scalia, la Constitución era estática, inalterable y duradera, y solo debería ser cambiada por los votantes a través de enmiendas.
Brucen Allen Murphy para el New York Times, 2016
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