Los periodistas nos encontramos permanentemente expuestos a tener que agudizar nuestra imaginación para poder crear un título o calificar una situación cuando los hechos se repiten cada poco tiempo.
La salida de Pablo Peirano como director técnico de Nacional sin duda merecería una vez más ser denominada como “Crónica de una destitución anunciada”. El tema es que resulta muy difícil encontrar un caso similar en la historia de nuestro fútbol, o al menos en lo que tengamos memoria.
Si yo fuera Pablo Peirano, me iría a mi casa pensando: “Le saqué 8 puntos de ventaja a Peñarol y soy el único equipo clasificado a la final faltando dos fechas al ganar con comodidad la tabla anual”.
Si no son 8 los puntos, fue por la bengala del clásico del Intermedio que hirió de gravedad a un policía y le costó 3 unidades a Nacional. Por lo tanto, quedan 6 puntos en disputa y el Nacional de Peirano lleva 5 de ventaja.
¿Cómo se explica que los dirigentes lo hayan cesado?
Siempre supimos que casi para todo hay dos bibliotecas. La favorable a Peirano sin duda son esos 5 u 8 puntos de ventaja en la Anual.
La negativa sería que Nacional perdió el Apertura, no pasó la primera fase de la Libertadores, no logró meterse tercero para ir a la Sudamericana, que claramente es más accesible, cayó por penales en la final del Intermedio ante su clásico rival, no llegó a semifinales en la Copa Uruguay y todo indica que perderá el Clausura.
Ahora bien, hagamos un poco de memoria.
Apertura
Pablo Peirano asumió en la décima fecha del Apertura (son 15 partidos). ¿Sería justo responsabilizarlo? Es más, bajo la batuta de Peirano el equipo de Nacional ganó los 5 partidos con 14 goles a favor y apenas 3 en contra.
Libertadores
En la Libertadores debutó en la segunda fecha sobre 6 que se juegan en la fase de grupos. La primera fecha la dirigió interinamente Ligüera, perdiendo 3 a 0 con Atlético Nacional de Medellín de visitante. Luego, con apenas dos entrenamientos en su haber, Peirano tomó el equipo para caer 1 a 0 de local contra Bahía de Brasil. ¿Sería justo responsabilizarlo?
Luego empató 3 a 3 en Porto Alegre contra el poderoso Inter tras ir ganando en el primer tiempo 3 a 0, momento en el cual un penal inventado puso al local en partido. Terminaría 3 a 3 de visitante. A los pocos días viajó a Bahía y ganó 3 a 1 en un típico partido jugado “a la uruguaya”, con un Villalba incontenible en el contragolpe. En el penúltimo partido y condicionado por los puntos perdidos en las primeras fechas, cayó de local 2 a 0 contra Inter.
Pero tengo memoria y recuerdo que a los 92 minutos de juego le cometieron una escandalosa falta a Oliva en el borde del área que el juez no marcó. Un tiro libre para el Diente López en la hora bien pudo ser el empate y un puntazo de oro, pero en el contragolpe el Inter hizo el segundo y desequilibró la tabla y la diferencia de goles que era el salvoconducto para salir tercero y pasar a Sudamericana.
En la última fecha, Nacional ganó en el Gran Parque Central 1 a 0 al equipo colombiano y quedó apenas a un gol de ir a la segunda copa en importancia en el continente. En un grupo dificilísimo los partidos de Peirano fueron más que buenos, pero quedó último y fuera de todo.
Intermedio
El Apertura lo había ganado Liverpool y en el Intermedio Nacional ganó los 7 partidos en fase de grupos. El tema es que empató la final y perdió en los penales con Peñarol, quedándose sin la copa. Como lo que se computa en puntos para la Anual son los que se juegan en la fase de grupo, los tricolores de Peirano hicieron 21 puntos contra 16 del campeón Peñarol. Por lo tanto en la tabla anual los tricolores le sacaron 9 unidades de ventaja a los aurinegros. Sin embargo la bengala le quitó 3 puntos, dándole vida a su rival de siempre.
Clausura
En el Clausura, el clásico fue clave. Peñarol a puertas cerradas le ganó 3 a 0. Fue el punto más bajo de este Nacional con Peirano. Los albos llevaban 10 clásicos sin perder (reglamentariamente los penales del Intermedio no se toman en cuenta) y algún día se podía dar una derrota. De hecho de los 10 clásicos sin ganar, Diego Aguirre dirigió en 9.
Cierto es que Peirano no tiene en Nacional la espalda de Aguirre en Peñarol. Pero eso es para los hinchas. Un solo clásico no debería ser tan determinante si tenemos en cuenta que en la Anual Nacional nunca dejó de liderar con luz.
Copa Uruguay
La Copa Uruguay se agregó a las desazones del hincha cuando Nacional fue eliminado por Plaza Colonia.
En ese partido los hinchas silbaron y cantaron contra el plantel con fuerza, hecho que se repitió en los tres empates 0 a 0 ante Danubio, Juventud y Wanderers en partidos jugados de visitante.
Malas imitaciones
Quiero detenerme en este punto. Vimos en el Parque Viera y otros escenarios imágenes que la televisación nos mostró a todos de hinchas de Nacional desencajados gritando, insultando a sus futbolistas, cantando que están jugando en Nacional, etc.
Incluso el dron de Tenfield mostró imágenes fuertes a la salida del escenario de Wanderers cuando hinchas tricolores rodearon a los policías que cuidaban el ómnibus de la delegación, tirando piedras y hasta agrediendo de hecho al presidente Vairo.
Creo que los uruguayos imitamos a los argentinos, pero el deterioro cultural que parece haber afectado a los hinchas más jóvenes ha hecho que no sepamos qué y cómo lo hacemos.
Recuerdo hace unos años cuando en tribunas semivacías detrás de los arcos en donde estaban las hinchadas de los grandes cuando jugaban siempre en el Centenario se iban todos hacia arriba cuando su equipo tenía un penal a favor para imitar una avalancha ficticia en el festejo si se convertía en gol. Imitación berreta si las hay de lo que se veía por TV en Argentina, en donde las avalanchas en los goles eran reales porque los estadios se llenaban de verdad.
En los últimos tiempos se abusa con canciones que resaltan el que “hay meter más h…” en situaciones en donde no debería aplicarse ya que su equipo no necesariamente anda mal en la tabla.
En la misma línea no tiene sentido cantar que “están jugando en Nacional…” a los futbolistas cuando a dos fechas del final sacaron 8 puntos de ventaja al segundo y se metieron en la final del Uruguayo, cosa no confirmada por culpa justamente de algunos de los que cantan que tiran bengalas y generan sanciones con quitas de puntos y cierres de canchas.
Pero… el sentido común no es el más común de los sentidos y así se manejan en algunas tribunas y sobre todo en las redes.
Los dirigentes de todos los clubes hace rato son rehenes de la dictadura de las redes que carecen de rigor científico, ya que cualquiera podría tener sin problema 100 cuentas con nombres falsos y en pocos segundos inundar las redes sociales con opiniones sesgadas e irreales.
Como me resulta desgastante tener que explicar esto reiteradamente, la dejo por acá reiterando lo del comienzo. No recuerdo un caso igual de cesar un técnico en medio de agresiones, cantos, piedras e intolerancia cuando va primero cómodo en la tabla y no falta casi nada para las finales.
No lo recuerdo ni lo entiendo.




















































