Ana Cabrera, coleccionista y técnica en museología, proyecta crear en Punta del Este un Museo de la Muñeca y del Juguete Antiguo. Con más de 400 piezas en su colección, busca ofrecer un espacio educativo y lúdico para niños y adultos, residentes y turistas.
La entrevista con la señora Ana Cabrera Cómitre tuvo lugar en el Centro de Convenciones de Punta del Este. Se celebraba un acto empresarial y, en medio del salón, la sentimos conversar con un grupo de personas sobre su condición de coleccionista de muñecas antiguas. Y de su aspiración de abrir un museo donde poder exhibirlas en condiciones adecuadas. En el contexto y como atractivo turístico, al mismo tiempo que con una finalidad educativa tanto para niños como para sus padres, para residentes y para visitantes.
Ana Cabrera, si bien nació en Uruguay, vivió cerca de 40 años en Canadá, al cabo de los cuales regresó a su patria. Reside en Punta del Este desde el año 2021 y transcurre su tiempo entre un establecimiento rural en el litoral y viajes a Europa para ver y adquirir nuevas piezas para su colección.
Después de un intercambio de saludos y de comentarle la intención de realizarle una entrevista nos sentamos frente a una mesa de café.
Su proyecto es el de fundar un museo de la muñeca y del juguete antiguo en Punta del Este. Lo encara como un aporte importante para el balneario por cuanto se convertiría en un punto de encuentro para todo público, tanto para niños como para mayores. Los unos para jugar y asombrarse con juguetes que no sean electrónicos y los otros para rememorar viejos tiempos.
A tal efecto, está dispuesta a ofrecer como base para la exhibición su colección de muñecas, compuesta por más de 400 piezas, algunas compradas en distintos lugares de América o Europa y otras de su propia creación. Se siente orgullosa de ella, de guardarla y conservarla, tenerla indizada, catalogada y en fichas informativas sobre el lugar de origen, fecha de producción, fabricantes y materiales utilizados.
Respecto a cuándo y cómo surgió su interés en el tema y pasión por coleccionar, preferimos transcribir sus propias palabras:
“Llegué a formar esta colección por mi pasión por las muñecas y también por mi formación profesional. Soy técnica en museología formada en Quebec, Canadá, donde residí por muchos años y estudié diversas disciplinas, especializándome en la conservación de bienes culturales. Y a partir de 1997 también asistí a un taller de formación como doll artisan, basada en la tradición de artesanos fabricantes de muñecas de porcelana. Fueron 10 años de dedicación que dieron sus frutos y me permitieron entrar en un mundo maravilloso. Y también tuve la oportunidad de participar en Estados Unidos en concursos y talleres referidos a la temática, obteniendo premiaciones en la categoría de creación de muñecas”.
Ante nuestra sorpresa respondió que existen museos de juguetes en general y de muñecas en particular en muchas partes del mundo. En España han surgido algunos como el Museo Melga en La Coruña, dedicado a los deportes y juguetes antiguos, inaugurado en 2013 y el Museo de Lilín en Pontevedra, con exhibición de juguetes y títeres, abierto desde el año 2021. Tal vez el más interesante lo sea el del Centro María Emilia Lira, en la ciudad de Cádiz, dedicado a la muñeca española, de reciente apertura en el año 2024.
Incluso existe un museo de características parecidas en Montevideo, nada menos que El Juguetero, en la calle 25 de Mayo, número 230. Se trata del primer museo del juguete antiguo en Uruguay, sobre el que escribiremos un próximo artículo. El Juguetero despliega una interesante labor en estrecho vínculo con la comunidad y en relación directa con los centros educativos.
El Museo de la Muñeca que Ana Cabrera proyecta tendría como punto de partida su propia colección. Tiene alrededor de 400, algunas antiguas que datan del año 1830 en adelante. Esta sería la base, pero, además, estarían los accesorios, muebles y complementos tales como cunas, cochecitos, triciclos, monopatines, juguetes de lata, autos y osos. A los que deben sumarse algunas casas de muñecas en miniatura con sus muebles, habitantes y hasta con instalación eléctrica. Y, como si fuera poco existe un conjunto de muñecas de porcelana fabricadas por ella misma utilizando porcelana líquida vertida en moldes antiguos, para las que elaboró con infinito cuidado y delicadeza las pelucas, vestidos y zapatos a medida, teniendo en cuenta la época que cada muñeca representa.
El objetivo de abrir un museo tan particular es el de considerar que las muñecas y los juguetes podrían servir de base a un acervo mucho mayor, que se vaya agregando con el tiempo, puesto que muchas familias conservan en sus arcones juguetes de sus antepasados. Todo lo que se iría transformando en un patrimonio familiar tendiente a recuperar la memoria y conservarla para las futuras generaciones. Para que los mayores recuerden y reconozcan los juegos y juguetes de su infancia. Para que pasen un rato agradable y puedan encontrar información sobre temas vinculados con los juegos. Lo lúdico es muy importante y nunca debe perderse. Mientras que, para los niños, los que se encuentran en edad escolar podrían ir con sus padres o en visitas interactivas con sus grupos escolares para que vean los juegos y juguetes que existían antes de las tablets o los teléfonos celulares. Hasta podrían jugar con algunas muñecas desarmables y crearlas con materiales para fomentar la creatividad y poner el acento en la manualidad.
Para ello deberían proponerse actividades varias. Un atractivo más para los turistas que visitan el balneario y visitas guiadas para grupos de escolares combinadas con la lectura de cuentos, actividades con títeres y hasta la fabricación de juguetes.
Por último, si bien no hay un día mundial dedicado al juguete, en general se toma el 6 de enero, la fiesta de los Reyes Magos, para celebrarlo. En México se eligió 30 de abril como Día del Niño y se regalan juguetes para festejarlo. Mientras que la Asociación Internacional de Ludotecas defiendo el derecho al juego y a que juguemos como forma de reconocer y valorar los derechos del niño.