En el foro empresarial Agribusiness celebrado en Manila, Uruguay dio un nuevo impulso a su estrategia de inserción en el sudeste asiático. Con fuerte presencia institucional y privada, el país busca consolidar vínculos en base a la complementariedad agropecuaria, el intercambio comercial y la atracción de inversiones.
En el marco del encuentro empresarial Agribusiness Forum realizado en la ciudad de Manila, capital de Filipinas, representantes del sector público y privado coincidieron en destacar el potencial complementario de sus economías y la necesidad de avanzar hacia una relación estratégica basada en el comercio agropecuario y la inversión. El evento fue organizado por la Cámara de Comercio e Industrias de Filipinas.
Durante su discurso de bienvenida, la embajadora uruguaya en Indonesia, concurrente en Filipinas, Cristina González, remarcó la relevancia del foro, señalando que el evento permitía alcanzar tres objetivos principales: “El primero, incrementar nuestro mutuo conocimiento y promover intercambios futuros, que permitan que nos conozcamos aún mejor. Muchas de las empresas que nos visitan hoy están aquí por primera vez. Esta es una oportunidad para que se presenten y conozcan el panorama empresarial filipino”.
El segundo objetivo apuntó a un aspecto fundamental del vínculo bilateral: “Conocer mejor el sector agropecuario de ambos países puede contribuir a identificar oportunidades para aumentar el comercio bilateral, como también a promover la diversificación de los mercados, mientras se impulsa la creación de alianzas comerciales para el beneficio de nuestros países”.
Finalmente, la embajadora González subrayó la importancia de capitalizar las complementariedades: “Buscamos dar lugar a la naturaleza complementaria de nuestras economías y su potencial para construir una relación estratégica a partir del fortalecimiento del comercio y de los lazos de inversión entre Uruguay y Filipinas, donde el sector privado juega un rol clave”.
Aperturas clave y oportunidades
En el evento del que participó el semanario La Mañana se destacó la relevancia de dos hechos recientes que fortalecen el posicionamiento uruguayo en este mercado: la apertura del mercado filipino para la carne y para los cítricos, subrayando el gran potencial de este tipo de foros para continuar abriendo puertas.
Tanto Indonesia como Filipinas enfrentan un mismo desafío: no se autoabastecen de alimentos. En ese marco, Uruguay aparece como un proveedor confiable y de calidad. Sin embargo, el acceso no es inmediato: los productos uruguayos ingresan con aranceles, en un mercado altamente competitivo, donde Australia tiene un rol dominante y Brasil es el principal proveedor de carne.
Cabe recordar que el proceso de apertura hacia Filipinas tuvo un avance importante con la visita del ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, el año 2024. En esa ocasión, se reunió con el secretario de Agricultura de Filipinas, Francisco Tiu Laurel, para dialogar sobre comercio y cooperación agropecuaria. Ambas autoridades coincidieron en la necesidad de diversificar proveedores y mercados como forma de fortalecer la seguridad alimentaria. De ese encuentro surgió un plan de trabajo para cítricos, coronando más de siete años de gestiones para acceder con ese producto al mercado filipino.
Estas iniciativas se enmarcan en una relación diplomática de medio siglo, aunque con un acuerdo de cooperación suscrito en 2001 que nunca se había llegado a implementar plenamente. La apertura de la embajada en Yakarta en 2018 —concurrente también en Malasia y Filipinas— representó un paso estratégico, aunque la pandemia de COVID-19 retrasó avances. “Yo soy la segunda embajadora. Desde las tres embajadas cubrimos los diez países de la zona”, puntualizó González.
Filipinas, un mercado en expansión
Por su parte, la presidenta de la Cámara de Comercio e Industria de Filipinas, Enunina V. Mangio, trazó un panorama optimista sobre las posibilidades de cooperación: “A pesar de estar separados por el vasto océano Pacífico, nuestras regiones son socios naturales. Tenemos climas similares y nos enfrentamos a los mismos desafíos en la agricultura”.
Mangio señaló que ambos países comparten un espíritu innovador y una pasión común por mantener su presencia en los sistemas alimentarios globales. “Nuestros países poseen características complementarias necesarias para la resiliencia y el crecimiento, particularmente en el sector agropecuario”.
Filipinas cuenta con una población de 115 millones de personas y un crecimiento económico sostenido durante los últimos 15 años. Además, su ubicación estratégica en Asia y una fuerza laboral joven y calificada —con una edad media de 26 años— lo posicionan como un actor clave en la región.
Entre las áreas donde se vislumbra un potencial inmediato de cooperación, mencionó: proteínas de calidad, granos, transferencia tecnológica, valor agregado y agricultura sustentable.
Presencia empresarial uruguaya
La delegación uruguaya contó con representantes de varias empresas del agro. Juan Bonilla participó por Tafirel, Juan Pedro Uriarte por Barraca Walter Erro, Diego Mora por Almacén Rural y Agustín Platero por Arrozal 33. También se sumaron representantes paraguayos: Víctor Galeano por Tafirel y los productores Guillermo Coppens Buttner, Wolfgang Bronstrup Weiher, Christian Heisecke Gómez Núñez y Jhonatan Paul Giles.
Entre las presentaciones destacadas, el ingeniero agrónomo Agustín Platero, jefe de producción de Arrozal 33, compartió detalles sobre el modelo productivo de la empresa y los logros obtenidos en la última zafra. Arrozal 33 —con más de 90 años de trayectoria— se ubica en la tercera sección del departamento de Treinta y Tres y cultiva actualmente 8600 hectáreas de arroz y 3000 de soja.
“El sistema productivo de Arrozal 33 se basa hoy en una rotación donde el 60% del área se siembra sobre cultivos de soja del año anterior. El 25% sobre retornos de campos con pasturas y un 15% sobre rastrojos de arroz”, explicó Platero. En la zafra 2024/2025, la empresa obtuvo su segundo mejor promedio histórico: 9650 kilos por hectárea.
Ese rendimiento superó el promedio nacional, que según el XXI Taller de Evaluación de Zafra de Arroz de INIA en Treinta y Tres, fue de 9407 kg/ha con el 83% del área relevada. “A nivel país, esta fue la zafra de más arroz producido en volumen, ocupando un área de 182.800 ha, que constituye aproximadamente el 1,1% del total de la superficie de Uruguay”, indicó Platero durante su presentación en Manila.
Valor agregado y certificaciones
Consultado por La Mañana, el ingeniero remarcó que la participación en el foro fue “una muy buena instancia para dar a conocer nuestra forma de producir y para conocer cuál es el interés de las contrapartes que asistieron al Foro”.
Platero destacó también el compromiso de la empresa con la calidad y la sustentabilidad: “Desde Arrozal entendemos que a nuestro producto debemos agregarle valor, por lo que hoy en día estamos trabajando con organismos internacionales para certificar que nuestro arroz y nuestro sistema de producción cumplen con ciertas normas de calidad e inocuidad”.
En ese sentido, Arrozal 33 avanza con la certificación bajo los protocolos de GLOBALG.A.P. y SRP (Sustainable Rice Platform), lo que permite validar de forma independiente que el arroz uruguayo cumple con los estándares internacionales exigidos por los mercados más exigentes.















