La actividad impulsada por el director del liceo de Piedras Coloradas, Yhon Álvarez, reunirá a más de cien docentes y autoridades de la educación de los departamentos de Paysandú, Salto y Artigas. El objetivo es generar insumos para un documento que se trabajará en el congreso nacional a desarrollarse en 2026 o 2027.
Repensar la educación rural poniendo énfasis en las experiencias desde los propios centros de estudios, generar insumos para que los especialistas desarrollen planes de estudio acordes a los tiempos y las necesidades de hoy y potenciar la autoestima, motivación y valoración de los estudiantes en el medio rural. Estos son algunos de los fundamentos en los que se basó el docente Yhon Álvarez, director del liceo de Piedras Coloradas en Paysandú, cuando imaginó un congreso que reuniera a toda la docencia para discutir cómo está evolucionando la educación rural en Uruguay.
Si bien a priori la idea fue pensada solo para los cinco liceos rurales de ese departamento, las autoridades de Secundaria, que inmediatamente estuvieron de acuerdo y se pusieron a la orden para la organización, optaron por hacerlo regional. Es así como el próximo 7 de noviembre ese centro educativo reunirá a más de cien docentes que trabajan en quince liceos rurales de esa región del país que abarca a los departamentos de Artigas, Salto y Paysandú.
De acuerdo con lo establecido por los organizadores, el eje temático tendrá cuatro grandes capítulos. El primero de ellos abordará “La ruralidad; cómo está hoy”, donde el docente a cargo de la charla explicará a los presentes cuál es el aprendizaje de los estudiantes y cómo desde la docencia se está enseñando. En segundo lugar, representantes de la sociedad civil que desarrollan actividades en diferentes planos profesionales y laborales y que pasaron por las aulas del liceo de Piedras Coloradas compartirán sus experiencias a la salida del liceo y cómo debieron enfrentar los retos que las grandes ciudades les presentaban, tanto en el ámbito educativo como en el del relacionamiento con los demás. Algunos de ellos reconocieron grandes dificultades para equiparar el nivel educativo de los jóvenes de la ciudad, dado que lo aprendido en el medio rural distanciaba mucho del desarrollo educativo en esos lugares.
En otro punto de la jornada, varios inspectores de Secundaria que fueron directores en liceos rurales disertarán sobre “los roles que juega el director en el medio rural”. La idea es considerar cuáles son las fortalezas y las debilidades entorno al conducir un centro educativo con estas características y cómo puede impactar en el futuro del estudiante cualquier decisión que se tome desde la autoridad educativa. En última instancia, los docentes discutirán desde lo pedagógico sobre la motivación, autoestima y valoración que deberían tener los liceales con su centro de estudio y desde el lugar en el mundo en el cual habitan.
Una isla, pero falta motivación
El liceo de Piedras Coloradas es una especie de isla en comparación con otros centros educativos de similares características tanto urbanos como rurales. Solo basta que los estudiantes concurran a clases. Allí se les suministra todo tipo de materiales de estudio desde cartulinas, chinches, hojas de dibujos, calculadoras, juegos de geometría y todo lo que pueda ser necesario para desarrollar las tareas curriculares. Su infraestructura está acorde con las comodidades y requerimientos para una buena trayectoria educativa. En cada salón hay a disposición un televisor, aire acondicionado, un parlante, conexiones HDMI y alargues. Sin embargo, hay algo que no conforma a Yhon Álvarez, la falta de motivación que presentan los estudiantes. Aunque reconoció que algunos de ellos ya tienen claro cuál será su futuro en materia educativa y profesional, la mayoría no sabe qué va a ser de su vida.
Pero tampoco valoran todo lo que tienen entre manos para aprender. Para salvar esta dificultad, generaron una serie de intercambios con liceos de Montevideo que les permitieron conocer otras realidades totalmente diferentes. “Ah, pero ustedes están despegados”, fue uno de los comentarios de los estudiantes de la capital del país con quienes se conectaron a través de Zoom. En ese intercambio desde ambos lados compartieron sus experiencias en el centro educativo y los materiales con los cuales cuentan para desarrollar los aprendizajes. Precisamente ese “ustedes están despegados” fue una de las reacciones de los jóvenes capitalinos cuando conocieron las comodidades de las cuales dispone en el liceo de Piedras Coloradas.
En este contexto, Álvarez se interroga sobre cuál es la cuota de responsabilidad de los docentes ante esa falta de motivación. Y si algunos preconceptos urbanos como la idea de que por ser del ámbito rural estos jóvenes transitan por un nivel educativo más bajo que el resto de la sociedad impactan sobre la forma de enseñar de esos docentes. El congreso servirá también para despejar algunas incógnitas, por ejemplo, si esa desmotivación es un fenómeno de esa localidad de Paysandú o si se trata de algo más generalizado que hay que trabajar entre todos.
Generar un plan desde lo práctico a lo teórico
Sobre los objetivos planteados para organizar el congreso, el docente mencionó el manejo de conceptos que los estudiantes del medio rural reciben en su vida cotidiana pero que muchas veces pasan inadvertidos hasta para los propios profesores. En una de esas conversaciones de rutina que tiene con los estudiantes detectó cómo con ejemplos claros y cotidianos pueden dimensionar conceptos sobre genética vacuna muy profundos, como utilizar dos animales de una misma raza para potenciar sus aptitudes. Puso como ejemplo lo que les había sucedido a dos hermanos que compraron una vaca Holando y la cruzaron con un toro de la misma raza para continuar y mejorar la genética de su descendencia. Inclusive en la misma charla Álvarez continuó indagando y descubrió el manejo técnico de datos sumamente importantes como la cantidad de vacas que se deben tener por hectárea y cómo incrementar su número podría perjudicar la disponibilidad de pasto y distorsionar los aspectos geográficos de la zona.
Se preguntó si no llegó el momento de generar algunas modificaciones en los planes de estudio de los jóvenes rurales y que, en lugar de poner el énfasis sobre la teoría para luego pasar a la práctica, se cambien los roles y se tomen como referencia los aspectos cotidianos de la vida en el medio rural para luego llevarlos al papel. Para el entrevistado, esa debería ser una de las propuestas plasmadas en un documento a estudio del Congreso Nacional sobre Educación Rural que en principio se va a organizar entre 2026 o 2027. “Creo que a todos nos deberían hacer escuchar más sobre lo que vemos diariamente en una clase”, sentenció el entrevistado.
Combinar tecnología y educación para potenciar la Ruta del Hongo
La localidad de Piedras Coloradas se encuentra a 48 kilómetros y medio de la ciudad de Paysandú. En pleno corazón maderero del país, la mayoría de sus 1200 habitantes trabajan en las explotaciones de la Caja Bancaria, aunque también UPM y Montes del Plata son una buena fuente de ingresos.
Además de las actividades entorno de la madera, la recolección de hongos es una buena opción con la que en temporada de zafra una familia puede recolectar suficientes hongos como para lograr en tan solo un día hasta 11 mil pesos uruguayos. El entrevistado enfatizó: “Es una salida económica tremenda”. Debido a esta tarea en determinado momento del año el liceo quedaba prácticamente desierto, algo que se fue corrigiendo con el tiempo. A pesar de ser una excelente fuente de ingresos para muchas familias, el desafío es agregarle valor y para ello es determinante lo que pueda suceder en los laboratorios tecnológicos del centro educativo.
Además de contar con excelentes condiciones para estudiar con comodidad en cualquier época del año y disponer de materiales suficientes como para que los estudiantes no tengan que preocuparse en comprarlos, el liceo dispone de un paquete tecnológico de alto impacto, incluso superior al de otros centros educativos del país. En la sala de robótica los estudiantes pueden desplegar cualquier tipo de emprendimientos que se propongan y hacia eso se apuntan todas las baterías. Aunque el año pasado un equipo que representó al centro educativo no tuvo los logros esperados, este año la apuesta es a corregir errores y seguir insistiendo. Álvarez alberga un deseo muy personal, pero que es representativo de toda la comunidad: que el equipo de robótica del liceo logre una mención en las competiciones antes de su jubilación.
Aprovechando el éxito de la Ruta del Hongo, que en los últimos años ha tenido un fuerte impulso desde el municipio de Piedras Coloradas, con su alcalde Jhonn Cáceres como su principal gestor, la propuesta del liceo es colocarle otro piso que mejore su comercialización y los ingresos de los locales. “Todo se envía sin procesar”, dijo a La Mañana Álvarez y le encomendó al profesor de robótica trabajar para el desarrollo de procesos de automatización del hongo que incorporen el lavado y el cortado.
Actualmente el liceo atiende a 67 estudiantes de Piedras Coloradas, Paraje Arroyo Negro, Orgoroso y Parada Porvenir. En algún momento llegaron al centenar de estudiantes, pero algunos desistieron por la alta carga horaria que mantiene el centro educativo. Otros dejaron de asistir debido al alto índice de trasiego que genera la actividad entorno a la madera que obliga a los trabajadores a cambiar de destino cada poco tiempo.
En tanto, la mayoría de los docentes provienen del propio departamento de Paysandú, aunque un alto porcentaje son de Salto. Estos últimos deben recorrer más de 160 kilómetros para llegar al centro educativo con las dificultades que implican los horarios de los ómnibus y hacer coincidir esas frecuencias con los horarios de clases. A raíz de estas dificultades muchos docentes prefieren no tomar esas horas de clases debido a los inconvenientes que se presentan para el cuidado de sus hijos y otras obligaciones familiares.