Con un maíz de precios justos y márgenes ajustados, la concentración y los precios ganaderos generan una demanda que ayuda a lograr mejores resultados.
En ruta 21 km 185, departamento de Colonia, se encuentra el establecimiento El Chasco, una empresa familiar dedicada al rubro agrícola-ganadero cuyos inicios se remontan a 1954.
El Ing. Agr. Agustín Barrios, director de El Chasco, dijo a La Mañana que la empresa tiene 5200 hectáreas, de las cuales 4500 son agrícolas y 700 ganaderas, cuya zona de influencia es el departamento de Colonia. En materia agrícola consta, además de un área productiva, de una planta de silos en la zona de Tarariras; y la ganadería se asocia a la zona de desperdicio de los campos agrícolas.
En materia de cultivos, en invierno se siembra colza, cebada y trigo; y en verano maíz, girasol y soja.
Sobre los cultivos de invierno, dijo que están “entrando en la recta final, con colzas primaverales sembradas en abril que ya están en el final del ciclo y esperamos una campaña promedio”, a pesar de que “tuvimos algunas complicaciones a la siembra, lográndose implantar los cultivos”, posteriormente “la primavera acompañó y se terminaron acomodando”.
En otro sector del área agrícola, “tenemos colzas invernales que están un poco mejor porque se sembraron antes y no sufrieron los excesos hídricos que tuvieron las siembras de las primaverales”.
Respecto al trigo y la cebada, dijo que no se pudieron sembrar en mayo, debiéndose empezar recién en junio. En este caso las dificultades “también fueron por el exceso hídrico”.
Ahora “los cultivos de invierno vienen con buenas condiciones de humedad, mucho sol y sin que haya habido temperaturas elevadas”, lo que constituye una buena combinación de factores climáticos.
“Los rendimientos de equilibrio para el trigo y cebada son de 4800 kilos, por tanto, tienen que ser un año bueno o muy bueno”, y para llegar a esos volúmenes se “dependerá mucho de los campos” en los que se trabaje.
“La colza es la que está mandando y es más económica en términos de costos, ubicando su equilibrio en los 1300 kilos, que es un buen volumen porque los promedios de colza a nivel país o en base de datos de Fucrea están en 1700, 1800 kilos”, precisó Barrios. Esos “números interesante se dan básicamente por los precios” que ha logrado.
Cultivos de verano
En cultivos de verano, este año El Chasco trabajará con 1200 hectáreas de maíz de primera y 300 hectáreas de girasol, más 3000 hectáreas de soja de segunda.
Barrios explicó que para los cultivos de verano “la empresa tiene una rotación bastante intensa; solo hacemos cultivos de primera de maíz o ahora estamos incursionando en lo que es girasol porque tenemos toda la maquinaria propia y ampliamos la época de siembra y de cosecha. Eso nos permite llegar en tiempo y forma a hacer todas las actividades con nuestros equipos”.
“Hoy tenemos un 30% del área en maíz y girasol, el resto está esperando la cosecha de los cultivos de invierno para hacer la soja posterior. Cosechamos y sembramos atrás”, aseveró.
“La ventaja que da el maíz de primera es que la cosecha comienza en marzo, y a mediados o fines de marzo ya puedes arrancar a sembrar alguna canola invernal o incluso primaveral,” cosa que “nos animamos a hacer en algunas zonas en que no tenemos tanto riesgo de helada, pero no es lo recomendado”.
Respecto al girasol, dijo que sus números actuales “son bastante alentadores, permitiendo diversificar y eso siempre es bueno. Bienvenido sea cuando es otra alternativa, porque el maíz de primera tiene números pesados debido a los costos, y los precios de la soja de primera tampoco son atractivos, entonces tenemos un girasol que resiste más la sequía y te puede defender un poco más, además de su mejor precio que con las bonificaciones llega a US$ 500 la tonelada”. Otro aspecto adicional que considerar es que “en verano, el maíz o soja sufren más, mientras que el girasol lo soporta un poco más”.
Por ahora el girasol sigue en carrera después veremos si se agrava el problema de la paloma y cómo nos adaptamos a eso, aunque en Colonia no hay tantas chacras con girasol porque en este departamento hay una incidencia grande de las palomas. Sí se ha empezado a ver, pero no en el área que se ve cuando viajamos más al norte.
En materia de precios, tanto para el maíz como soja de segunda, “sus números están crueles”, definió. “La soja de segunda, después de incluir todos los gastos, estamos en el entorno a los 2000 kilos de rendimiento equilibrio, es una producción justa, pero se llega”.
La clave está en que “se debe apostar a tener rendimientos. Obviamente que si esos rendimientos son de 2000 kilos, la diferencia va a estar en las empresas que sean más productivistas”.
Los números actuales “nos dicen que hay que producir, y sin rendimientos estamos fritos. Ese rendimiento de la soja de segunda va a depender mucho de cómo salimos del invierno”.
En colza la perspectiva es positiva “porque los cultivos están para dar un buen resultado; pero en trigo y cebada con un rinde de equilibrio de 5000 kilos, tal vez nos quedemos bajos y no se logre cubrir la media renta, entonces el rinde de equilibrio de las sojas de segundas se eleva, pasando de 2000 kilos a 2200 kilos”.
“El maíz también está complejo con el precio. Somos una empresa muy maicera, siempre apostamos mucho al maíz porque su precio siempre se termina regulando, aún en los años que vienen malos y hay menos maíz” debido a que “el mercado interno levanta el precio y hace que el número se acerque más” al equilibrio.
Hoy los precios del maíz están “justos, pero hay una alta demanda por la cantidad de concentraciones de animales que cada vez son más. Ese mayor confinamiento de animales incrementa la demanda, pero es algo para seguir analizando porque también han aumentado los maíces en riego” empujando al alza la presencia en la plaza local.
“Cada vez hay más sistemas de riego y cada vez se produce más maíz en Uruguay”, y a los precios que tiene la ganadería es rentable suplementar cualquier categoría. Eso es positivo para maíz; esperemos que lo podamos validar en la cosecha”, concluyó.