Mario Buzzalino, presidente de CNFR, se pregunta si las críticas están basadas en la ignorancia, en la mala intención o una mezcla de ambas. Aseguró que “acciones como esta ponen el tema en el centro de la discusión y hay argumentos para salir a defenderlo”.
Coherente con su prédica, la Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR) ve con muy buenos ojos la compra que el Instituto Nacional de Conización llevó adelante de 4404 hectáreas en el departamento de Florida por un monto de US$ 32.5 millones. Entre los argumentos utilizados para defender la operación, está la oportunidad de que jóvenes y trabajadores rurales puedan acceder a una porción de tierra para llevar adelante una actividad productiva.
Al momento de aprobarse la iniciativa, la delegada de los productores en Colonización, que además es representante de la CNFR, Karina Henderson, votó a favor. Consultado por La Mañana Mario Buzzalino valoró “de muy buen grado” la compra de ese predio en medio de una de las cuencas lecheras del país. A continuación, señaló que “lisa y llanamente se cumple la ley”, que faculta a Colonización hacer este tipo de operaciones.
La noticia desató toda una polémica entre actores políticos y de la sociedad civil, así como reacciones desde el gobierno. Al respecto, el entrevistado se refirió a “toda una manija” y señaló que no le preocupa tanto que provenga desde actores políticos como sí de algunos economistas, porque se está hablando que se trata de “un despilfarro de dinero”.
Para Buzzalino no es extraño que algunos sectores de la sociedad traten de minimizar el impacto positivo de una operación de estas características, porque para ellos “concentración y extranjerización no son conceptos mal vistos”. Criticó la postura de los economistas y aseguró que “no todo es plata”, sino que hay que tener presente que “el país se desarrolla y avanza cuando su gente está bien”.
Puso como ejemplo que si cinco empresas extranjeras compraran los 16 millones de hectáreas productivas del país tal vez se obtendrían buenos resultados medidos en toneladas de producción. “Pero el desarrollo no se mide por toneladas”, sino que, en la opinión de la CNFR, se mide “por persona realizada”. Buzzalino dijo que cuando mandó a sus hijos a estudiar se preocupó de que no les faltara alimentación, vestimenta y que estuvieran bien, y tal vez eso tampoco fuera rentable desde el punto de vista económico.
Para la CNFR, Colonización “no es una cuestión romántica”, sino un auténtico agente que promueve el desarrollo en el interior. Ante los desafíos que presenta la nueva ruralidad, las inversiones extranjeras y las megaempresas forestales que pujan fuertemente por la tierra, iniciativas como la de Florida “son una buena oportunidad para jóvenes y pequeños productores que no pueden competir por el precio de la tierra”. Buzzalino advirtió: “Si no tenemos una política pública que trate de nivelar las fuerzas, vamos a tener una concentración en muy poquito tiempo, con nadie en el campo y los bancos llenos de plata”.
En la misma tónica, aseguró que se critica mucho las 500 mil hectáreas que estarían afectadas a Colonización, aunque a su entender en manos del instituto podría haber hasta unas 350 mil hectáreas. Sin embargo, “tenemos forestales con 400 mil hectáreas y nadie dice nada”. Buzzalino aseguró que el tipo de inversión que Colonización cerró en Florida “no es plata que Uruguay pierde, es plata que Uruguay invierte y está generando”.
Una buena herramienta ante el despoblamiento rural
Con la asunción del gobierno de Yamandú Orsi, se produjo un cambio en Colonización que hasta este entonces había dejado de comprar campos para distribuirlos entre los productores participantes de los diferentes llamados. Según lo dispuesto en las propuestas del nuevo gobierno, Colonización planea comprar 25 mil hectáreas durante el quinquenio. Este es uno de los motivos por los cuales los integrantes de CNFR ven con agrado que la institucionalidad haya regresado a esa senda. Sobre el funcionamiento y las adjudicaciones, Buzzalino aseguró que “Colonización no le regala un metro de tierra a nadie” y si el productor no paga sus obligaciones, es separado de la unidad.
Los datos más recientes sobre población indican que solo el 4% de la población vive en localidades de menos de 5 mil personas. Esto demuestra que los habitantes del medio rural podrían estar por debajo del 2% de la población total del país. En este sentido, Buzzalino dijo que en un país que se despuebla, “no tenemos que ser mezquinos a la hora de invertir en este segmento de la población”. De su razonamiento se desprende también que, si no se toman este tipo de medidas, “habrá que gastar más” para mantener funcionando al Uruguay.
Para los opositores a este tipo de negocios, el drama es “si gastamos plata en los más humildes del campo”. Para la CNFR, defensora férrea de la propuesta, “es un tema que no resiste análisis” en un país que se jacta de tener una base agropecuaria y vive esencialmente de esta actividad.
Tras el cierre de las operaciones, sigue la tarea de los equipos técnicos de Colonización encargados de fomentar una colonia lechera, con la infraestructura adecuada y la logística requerida. “Hay que ser muy responsables a la hora de las adjudicaciones, los llamados”, señaló el entrevistado. Entre las tareas pendientes está diagramar las unidades, electrificar el predio y desarrollar la caminería interna.
La idea de que surgiera una institución encargada de comprar tierras y asentar pequeños productores en el medio rural, que luego devino el Instituto Nacional de Colonización, nació en el seno de las discusiones planteadas en uno de los congresos de la CNFR. Por ello la importancia que sus integrantes le asignan al tema y la defensa que hacen sobre esta herramienta y su desarrollo. Buzzalino subrayó que fueron los primeros en defenderlo en momentos en que algunos gobernantes y dirigentes políticos intentaron destruirlo o desfinanciarlo para que tuviera una muerte lenta.
En defensa de la compra de 4404 hectáreas en el departamento de Florida, el presidente del Instituto Nacional de Colonización (INC), Eduardo Viera, sostuvo: “Somos conscientes de que estamos manejando dinero de la población, pero es dinero que se invierte en tierras, es una inversión que está generando accesos a la tierra”.
En una conferencia de prensa conjunta con el entonces ministro interino de Ganadería, Matías Carámbula, publicada en la página oficial del INC, Viera anunció que la idea es que “en esta colonia se instalen 16 nuevos tambos, 16 familias y se estarían dedicando 2000 hectáreas para pastura, forraje, comida para un potencial de 100 productores con un problema de escala, lo que se transformaría en 10 millones de dólares por año de pasto a leche”.
Sobre el predio elegido, el jerarca señaló que los técnicos confirmaron que se trata de una buena oportunidad, ubicada en la cuenca lechera y con muy buenas condiciones de suelo.
En relación con la operación, Carámbula insistió en que “es una inversión en tierra que permanece en el tiempo”. Señaló que hay 1700 familias que se postulan para ser colonas y el gobierno tiene que dar respuesta a esta situación.