Noticia de último momento reaviva expectativas de concreción
Se supo estos días que nuestro vecino norteño se abrió –una vez más– un nuevo llamado a licitación para realizar obras de dragado y balizamiento en el área de la proyectada Hidrovía Uruguay-Brasil, o sea laguna Merín ambas márgenes, canal San Gonzalo y Laguna de los Patos en el Brasil, uniendo costas uruguayas con puertos brasileños en Río Grande del Sur: Pelotas, Río Grande, Porto Alegre entre otros.
Es una muy buena noticia para la región y nuestro país en particular, ya que estábamos en una situación de “silencio de radio”, tanto de novedades locales como vecinas inherentes al citado tema, que tantos titulares ocupó en este lustro pasado.
Los datos informativos son estos: el Ministerio de Transportes y el Departamento Nacional de Infraestructura de Transportes de Brasil publicaron este 23 de diciembre un aviso de licitación para la contratación de una empresa especializada que supervisará obras estratégicas en la hidrovía de la laguna Merín, corredor lacustre binacional que conecta Brasil y Uruguay.
El aviso fue publicado en el Diário Oficial da União, edición 244, sección 3, y corresponde al proceso licitatorio Nº 50610006333202507.
Antecedentes inmediatos y contexto regional
Se argumentó como principal causa de detenimiento el desastre de las inundaciones riograndenses del 2024, que alteraron negativamente a la laguna Merín en sus cotas de profundidad del lecho, que variaron todos los cálculos previstos.
Suponemos y esperamos. Fui delegado uruguayo en la comisión mixta para el desarrollo de la Cuenca de la Laguna Merín (CLM) en el pasado quinquenio y creo conocer el tema muy de cerca y, por lo tanto, comentar lo siguiente: la zona binacional fronteriza de ambos países no es precisamente la más rica en términos de suelos, infraestructura, población y recursos materiales y financieros. Con honrosas excepciones, como los emprendimientos mineros (calcáreo), forestales (madera procesada), arroz como rubro clásico y escaso turismo y deporte, aquella zona este (Rocha, Treinta y Tres y Cerro Largo), es un área deprimida en lo económico y social, con bajísimo índice demográfico y muy pobre producto bruto interno.
Así las cosas, advertimos lo necesario que es dinamizar, instituciones y actores públicos y privados, en los 30 municipios que hay en el área binacional de la cuenca, de modo de implementar en el corto plazo un cambio cuantitativo y cualitativo de una estratégica zona fronteriza.
Nuevo llamado a licitación y expectación que se despierta
Ya terminando un año de pocas –o ninguna– decisión al respecto de este tema crucial como es una hidrovía de comunicación y cargas entre vecinos mediante sus puertos (recordemos que Uruguay no los tiene) y que implica una salida oceánica de nuestros productos por el puerto de Río Grande.
Y ya justo “en los descuentos” del año nos sorprende –no lo ocultamos– esta esperanzadora noticia que indicamos más arriba, ya que “sin dragado no hay hidrovía en la laguna Merín”, y esta máxima la saben los inversores que aguardan, con cierta lógica, que los Estados involucrados realicen per se las obras de infraestructura mayor o compleja para permitir operar las barcazas o naves que se utilicen a futuro. El dragado y balizamiento son de ese tipo de obras.
Un poco de historia
Recordemos brevemente algunos hitos históricos, políticos y técnicos de este longevo proyecto binacional.
Lo pensaron y firmaron el primer acuerdo los presidentes Haedo y Goularte, en 1961. Se crearon las comisiones mixtas binacionales en 1963 y –como vemos– más de 60 años después está todo tan inactivo como en ese lejano inicio. En Brasil tomó interesante protagonismo la Agência da Lagoa Mirim (ALM) de la Universidad Federal de Pelotas, pero nunca llegó al peso político necesario en esas inversiones.
En Uruguay se realizó un acabado estudio técnico por FAO, que duerme el sueño de los justos en la sede de la CLM.
El tema, a través de los años tuvo alguno que otro impulso, que pronto la burocracia o la falta de acuerdos binacionales obstruyeron su concreción. Todo indicaba, y esperemos que indique ahora, que a raíz de los contactos presidenciales en estos pasados años entre Lacalle Pou con Bolsonaro primero y con Lula da Silva después despertaron el interés de los gobiernos y en consecuencia de las fuerzas vivas de cada región fronteriza.
Hay proyectos para puertos del lado uruguayo, hay conversaciones entre privados para el usufructo de la vía de tránsito lacustre y hay esperanza –como expresión de deseo– de la población local.
Historia reciente, pero historia al fin, que hizo por la concreción del proyecto fue la actuación de la CLM en el período pasado (2021-2024): cartas náuticas (batimetría) de la laguna; presencia personal y activa en foros internacionales como: proyecto FAO-GEF (ambiente); Foro Fluvial CAF e IDR (lineamientos de desarrollo); visita de técnicos brasileños (puertos); presencia en Presidencia y en Comisión de Diputados (laguna Merín); Reuniones técnicas con MGAP/INIA, CURE, UTEC, Ancap, MTOP-DNH, ANP, MDN-Sohma; intendencias, juntas, alcaldías; navegación con la lancha Ing. Camargo por todo el sistema; visita a prefectos y autoridades norteñas involucradas en el tema; interacción con la Agenda Binacional Fronteriza (integración) y tantas actividades más.
Esa “expresión de deseo” que citamos, creo que no debería ser exclusiva de la población local, que bien ganada se la tiene, sino de todo el país, ya que estos proyectos –una vez realizados– derraman indefectiblemente ganancias materiales y sociales a los vecinos, los empresarios, los trabajadores y sus familias en todo el territorio nacional y nos ponen a tono con el proceso de progreso Latinoamericano.
* Ingeniero agrónomo, exdelegado uruguayo ante la Comisión de Laguna Merín



















































