Días atrás el presidente argentino Dr. Alberto Fernández, firmó el “Acuerdo Federal de la Hidrovía”, que seguidamente se complementará decreto mediante, con la implementación de “Hidrovía Sociedad del Estado”, institución que se hará cargo de las concesiones del dragado, balizamiento y mantenimiento en general de la hidrovía Paraná-Paraguay y canales platenses bajo su administración.
La nueva administración federal estará integrada por un 51% del capital social del Estado Nacional y un 49% de las siete provincias litoraleñas de la hidrovía.
En el acto de referencia el gobernador de la Provincia bonaerense Axel Kicillof expresó: “La provincia forma parte de este sistema y nos sentimos también una provincia profundamente federal” y además afirmó: “se va a contemplar también el dragado del canal Magdalena, que permite que el litoral de Buenos Aires tenga salida por otros puertos”
Evidentemente, el ex Ministro de Economía además de Buenos Aires se está refiriendo a La Plata y especialmente a los puertos del sur en el atlántico de Ing. White (Bahía Blanca) y Quequén, estos dos últimos puertos oceánicos de aguas muy profundas, que a pesar que están muy al sur, se conectarían a través del Magdalena para completar los grandes buques cerealeros, que no salen con carga plena de la Cuenca del Plata por su escasa profundidad.
Algo similar de lo que sucede con los buques cerealeros que no pueden completar en Nueva Palmira o los buques que cargan troncos para oriente en Fray Bentos, que por las limitaciones de profundidad de los canales de Martín García y Punta Indio tratan de completar en Montevideo en la medida que el calado se lo permita.
Sin embargo, esta maniobra no siempre se puede llevar a cabo, no cargándose los buques a pleno por las profundidades del puerto y sus accesos, que aún no llegan a los 14 metros como está previsto, para ver después que se hace….
Argentina con el Magdalena está pensando en el futuro oceánico, aunque se encuentre muy al sur en el continente y fuera de la mayoría de las rutas marítimas comerciales, que pasan por nuestro mar territorial y zona contigua frente a la costa atlántica rochense conectando con los principales puertos del mundo.
Llegó el momento que Uruguay impulse una clara e inteligente política portuaria, marítima y fluvial, incluyendo proyectos adecuados, factibles y aceptables, con una visión de carácter holístico e integral a nivel nacional y regional.
La misma podría estar encuadrada en realidades presentes y probabilidades a corto plazo, que permitan mejorar la gestión del sistema portuario para ser más competitivos, sin descartar planificar a mediano plazo, con una visión geoeconómica para toda la cuenca con proyección futura.
Asimismo, deberíamos estar muy atentos a las últimas movidas efectuadas en el tablero del escenario general de la cuenca platense en referencia a sus vías navegables, pues de llevarse a cabo, podrían tener un impacto en nuestros puertos que habría que cuantificar anticipadamente.
En ese contexto recordemos que, si se carece de una estrategia portuaria y marítima razonable y creíble, a fin de priorizar acciones y eventuales proyectos con las previsiones presupuestales correspondientes para el resto del período de gobierno, se podrían poner en juego los intereses de los uruguayos al verse afectada la competitividad de nuestro comercio exterior.
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