El Encuentro de Intercambio Humanístico entre China y Uruguay, celebrado en Montevideo, reunió a autoridades, diplomáticos y representantes de medios y comercio de ambos países. Con foco en la innovación, la cooperación y la cultura, el evento reafirmó la alianza estratégica que une a Montevideo y Beijing desde hace más de cuatro décadas, y proyectó nuevas oportunidades en los ámbitos económico, tecnológico y educativo.
El Auditorio Mario Benedetti, en la Torre de las Comunicaciones de ANTEL, se convirtió este jueves en un punto de encuentro simbólico entre Oriente y Occidente. Diplomáticos, autoridades, académicos y comunicadores de Uruguay y China participaron del Encuentro de Intercambio Humanístico entre China y Uruguay, una instancia concebida para fortalecer la amistad, el entendimiento mutuo y la cooperación entre ambos países.
El evento, organizado bajo el lema “Diálogo global, innovación, apertura y oportunidad compartida”, reunió voces provenientes del ámbito político, cultural, tecnológico y comercial. Fue, más que un acto protocolar, un espacio de reflexión sobre el presente y el futuro de una relación bilateral que ya supera las cuatro décadas y que hoy se expande en nuevas direcciones: la comunicación, la innovación tecnológica, la cultura y el comercio sostenible.
Una amistad que se renueva con propósito
El Embajador de la República Popular China en Uruguay, Huang Yazhong, al abrir la jornada, subrayó que este encuentro representa una nueva etapa en el conocimiento mutuo entre ambos pueblos. Recordó que China lleva catorce años consecutivos como principal socio comercial de Uruguay, pero insistió en que el vínculo “va mucho más allá del intercambio de bienes”.
“Queremos profundizar las amistades entre nuestros pueblos”, señaló, al destacar los logros alcanzados por China en materia de desarrollo económico y social, y su apuesta a un crecimiento “de alta calidad”, basado en la innovación y el desarrollo verde.
El diplomático también repasó algunos de los lineamientos del 15.º Plan Quinquenal de Desarrollo de China, enfocado en la ciencia, la educación y la sostenibilidad ambiental. Subrayó que el objetivo es “compartir con el mundo los frutos del progreso tecnológico” y promover un desarrollo que beneficie a toda la humanidad.
“China y Uruguay son países hermanos que se han convertido en un modelo de cooperación amistosa entre diferentes civilizaciones”, afirmó. “Compartimos una visión: la de un mundo más justo, racional y solidario.”
Uruguay y el valor del multilateralismo
En nombre del gobierno uruguayo, la ministra de Defensa Nacional, Sandra Lazo, destacó que el diálogo entre ambos países es una muestra de cómo la diplomacia puede trascender las fronteras geográficas e ideológicas.
“Uruguay y la República Popular China comparten casi cuatro décadas de relaciones diplomáticas marcadas por el respeto mutuo y la visión estratégica de futuro”, recordó.
Su discurso se centró en tres ejes: innovación, apertura y oportunidad compartida. La ministra consideró que la innovación no sólo impulsa el desarrollo económico, sino que “es un puente entre nuestras sociedades”, y valoró el liderazgo de China en ciencia y tecnología.
En materia de defensa, señaló que Uruguay también busca innovar en la concepción moderna de la seguridad nacional, entendiéndola como un instrumento de cooperación, apoyo civil y desarrollo. “La defensa debe ser un actor que contribuya al bienestar de su gente”, dijo.
Además, reafirmó el compromiso del país con el multilateralismo y la resolución pacífica de los conflictos. En ese sentido, recordó la participación conjunta de China y Uruguay en las operaciones de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas, y adelantó que ambos gobiernos trabajan para ampliar la cooperación en ese ámbito.
“En tiempos de transformación global, reafirmar los valores del diálogo, la apertura y la cooperación es más necesario que nunca”, concluyó.
La comunicación como puente entre culturas
Desde el ámbito de la comunicación, la directora del Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional (SECAN) Erika Hoffman, destacó el papel clave de los medios públicos en el fortalecimiento del entendimiento entre los pueblos.
“La comunicación es una herramienta estratégica para la cohesión social y la paz”, afirmó, al celebrar los acuerdos de cooperación que existen entre los medios públicos uruguayos y chinos.
Según explicó, estas alianzas permiten el intercambio profesional, la coproducción de contenidos audiovisuales y la transferencia tecnológica, lo que fortalece la capacidad de ambos países para crear narrativas culturales compartidas.
“La comunicación también es un acto cultural —dijo—. Cada imagen, cada palabra, cada sonido es una forma de interpretar el mundo. Por eso, la alianza entre China y Uruguay puede ser ejemplo de cooperación del siglo XXI: una que combine innovación tecnológica con sensibilidad humana.”
Erika Hoffman destacó además la importancia de la modernización tecnológica del sistema de medios públicos nacionales y la conectividad como un activo estratégico. “En este camino, China es un socio fundamental, no sólo por su desarrollo tecnológico, sino también por su visión de la comunicación como herramienta de progreso social.”
El impulso del comercio bilateral
Uno de los momentos más esperados del encuentro fue la intervención de Nicolás Potrie, presidente de la Cámara de Comercio Uruguay-China, quien ofreció una mirada concreta sobre la evolución del vínculo económico entre ambos países.
La Cámara —recordó— se prepara para celebrar en 2027 su 40.º aniversario, una historia que ha acompañado el desarrollo de las relaciones bilaterales prácticamente desde sus inicios. “Fuimos testigos y protagonistas del proceso que consolidó a China como principal socio comercial de Uruguay, y de cómo ambos países aprendieron a complementarse en sus fortalezas”, afirmó Potrie.
El dirigente empresarial repasó la labor de la Cámara como facilitadora del diálogo entre empresas, gobiernos y organismos binacionales, subrayando su papel en la institucionalización del comercio bilateral.
“Durante años, muchas empresas uruguayas se acercaron a nosotros buscando orientación sobre cómo hacer negocios con China”, relató. “No tenemos todas las recetas, pero sí tenemos experiencia, relaciones y un compromiso genuino con el fortalecimiento de este vínculo.”
Potrie destacó la importancia de la presencia diplomática y comercial uruguaya en China, con la embajada en Beijing y los consulados en Shanghái, Chongqing, Guangzhou y, más recientemente, Hong Kong, cuya apertura consideró un paso fundamental.
“Cada representación uruguaya en territorio chino es una puerta abierta al entendimiento mutuo y a la generación de oportunidades”, subrayó. “Y la presencia china en Uruguay es igual de valiosa, porque nos permite acercar culturas y construir confianza para que el intercambio siga creciendo.”
El presidente de la Cámara también llamó la atención sobre la diversificación del comercio bilateral, que hoy incluye no sólo bienes agroindustriales —como carne, soja o lácteos—, sino también servicios, innovación tecnológica y cooperación educativa.
“China y Uruguay tienen mucho que ganar si logran combinar la excelencia productiva uruguaya con la escala, la tecnología y la inversión china”, apuntó. “Esa sinergia puede transformar sectores enteros y crear un modelo de desarrollo más equilibrado.”
Potrie cerró su intervención con una frase que resumió el espíritu de la jornada:
“El comercio es una herramienta, pero la confianza es el verdadero motor de las relaciones entre países. Y eso se construye con diálogo, con respeto y con encuentros como este.”
Una relación con visión de futuro
El Encuentro de Intercambio Humanístico entre China y Uruguay no fue sólo una instancia de celebración diplomática, sino un foro de pensamiento sobre el papel de ambos países en un mundo interdependiente.
Los discursos coincidieron en un punto esencial: las relaciones internacionales del siglo XXI deben sustentarse en la cooperación, la sostenibilidad y el entendimiento cultural. Tanto China como Uruguay se presentaron como socios complementarios en ese proceso: un país con peso global en la innovación y la inversión, y otro con estabilidad institucional, talento humano y apertura al mundo.
El encuentro dejó claro que el diálogo bilateral no se limita al comercio o la diplomacia, sino que se proyecta hacia la educación, la ciencia, la cultura y los medios de comunicación. En todos esos ámbitos, se manifestó la intención de seguir estrechando lazos mediante convenios, visitas recíprocas y proyectos conjuntos.
Mientras caía la tarde sobre Montevideo, los aplausos que cerraron la jornada parecían sellar algo más que un evento protocolar: un compromiso compartido por seguir construyendo un puente sólido entre dos naciones que, a pesar de la distancia geográfica, comparten una misma convicción.
“El futuro no se construye de manera aislada —recordó la ministra uruguaya en su intervención—. El respeto, la confianza y la cooperación seguirán guiando la relación entre China y Uruguay en los próximos años.”
Ese futuro, a juzgar por lo visto en el auditorio Mario Benedetti, ya comenzó a delinearse: un futuro donde el intercambio humanístico se convierte en el mejor motor de una asociación estratégica integral entre ambos países.



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