Si bien todos reconocemos lo que es un videojuego, para quienes no están vinculados a esta industria no siempre están claros los conocimientos y profesionales que se requieren para producir uno de esos juegos que parecen inundar nuestras pantallas.
En este momento donde los cambios tecnológicos y de la matriz productiva del país plantean la cuestión del empleo para los jóvenes, la reconversión laboral y las oportunidades competitivas del Uruguay en un mercado del trabajo cada día más globalizado, los videojuegos son una opción extremadamente interesante.
La industria de los videojuegos a nivel mundial actualmente mueve más dinero que la industria del cine y la música juntos. En el año 2024 esa cifra alcanzó los 180.000 millones de dólares, con una tasa de crecimiento anual del entorno del 5%, se espera que alcance los 300.000 millones de dólares para el 2029. Esta industria en constante ascenso durante los últimos diez años demanda expertos y profesionales de una muy amplia gama de áreas y sectores del conocimiento.
América latina en particular es un mercado joven, con un crecimiento mayor año a año si se lo compara con regiones más consolidadas y maduras como EE. UU. o Europa. En la región se registran crecimientos anuales en torno al 13%, con proyecciones a 2030 que superarían los 25.000 millones de dólares. Estos números ilustran la tremenda oportunidad que tiene Uruguay para crear un ecosistema de desarrollo de la industria y formación de profesionales que pueda ser punta y parte fundamental del crecimiento de la región.
Entender qué requiere y quizás más importante qué necesidades surgirán en el futuro es clave para que Uruguay pueda capitalizar esta industria en expansión. Hay una demanda laboral muy alta en todo el mundo de experto, técnicos, profesionales, creativos y artistas de todo tipo, con salarios de alto nivel y capacidad para trabajar tanto remoto como integrándose a empresas y estudios de desarrollo nacionales o regionales.
Cuando se piensa en quienes trabajan en la industria de los videojuegos frecuentemente se mencionan ingenieros, programadores, y expertos en software. En ese sector se abren más y más posiciones y oportunidades a medida que la tecnología, las plataformas y los videojuegos se hacen más y más sofisticados. Juegos multijugador, juegos para celulares y para servicios de streaming como Netflix. La aparición de la realidad virtual, la inteligencia artificial y las tecnologías transmedia. Día tras día se abren nuevas oportunidades y especializaciones para ingenieros y desarrolladores.
Pero los videojuegos también requieren la contribución de los profesionales creativos: guionistas, diseñadores de juegos, animadores y artistas digitales, dibujantes conceptuales, diseñadores de logos, interfaces e ilustradores. Estos roles han tenido una explosión de demanda en los últimos años. Atrás ha quedado el tiempo donde los padres se preocupaban si un hijo o hija quería dedicarse profesionalmente al dibujo, el diseño gráfico o de juegos. Actualmente hay un mercado global de freelancers y trabajo remoto donde los artistas uruguayos tienen acceso a ofertas laborales muy competitivas.
También músicos e ingenieros de sonido son requeridos, encontrando en los videojuegos una industria que de manera constante contrata profesionales de ese sector. Al igual que con los artistas digitales, a los músicos se les abre una oportunidad tanto en lo local como en lo internacional, bien remunerada y de altísimo potencial de desarrollo personal.
Por otro lado, un estudio de desarrollo de videojuegos es un negocio muy desafiante, un emprendimiento de alta exigencia que contrata expertos y profesionales en gerencia de proyectos, productores y líderes de equipos, expertos en metodologías ágiles. Asimismo, requiere expertos en desarrollo de negocios, marketing, analistas de datos, comunidad y redes. El gran desafío del mundo de hoy para una empresa de videojuegos es la visibilidad, o sea cómo llegar con su producto a los millones de jugadores que se ven bombardeados por miles de propuestas. En ese punto crítico del negocio entra un amplio abanico de profesiones y conocimientos, que requieren especializarse en videojuegos generando novedosas oportunidades laborales para profesiones ya establecidas, precisamente aquellas en las que los jóvenes egresados suelen encontrar más dificultades para insertarse.
En esa misma línea dos profesiones que pocas veces se mencionan relacionadas a videojuegos pero que tienen una altísima demanda son los contadores y abogados, especializados en las regulaciones legales y financieras de una industria que es por definición internacional y extremadamente especializada.
En resumen, la industria de los videojuegos tiene para Uruguay un potencial tremendo de capitalizar ventajas competitivas como el alto nivel cultural, la incidencia del idioma inglés, el gran nivel académico y la transversalización de la tecnología a través de programas como el Plan Ceibal, la alta penetración del internet de calidad e iniciativas que promueven el acceso temprano a las tecnologías de la información, los videojuegos y las competencias digitales.
Desde esta óptica, es clave que se siga apoyando al desarrollo de esta industria en el Uruguay, desde las universidades con carreras como la Licenciatura en Lenguajes y Medios Audiovisuales de Bellas Artes que se dicta en el CURE de Maldonado, o la Licenciatura en Diseño y Animación de Videojuegos de la ORT. También con los programas de internacionalización como Uruguay XXI, la Agencia de Cine y el Audiovisual del Uruguay (ACAU) que ha incluido videojuegos en sus apoyos o el Ministerio de Industria, Energía y Minería que desde hace muchos años hacen un llamado anual con fondos para el desarrollo de videojuegos.
También es necesario un cambio en la percepción ciudadana, donde se redefina el videojuego, tanto como actividad como profesión, tanto en su valor lúdico-recreativo como en su enorme potencial como herramienta educativa y de formación. En esa dirección la Cámara Uruguaya de Videojuegos (CAVI) lleva adelante desde el año 2017 un evento anual, llamado Level Uy, de entrada libre para acercar la industria a la población y donde generar un espacio de contacto entre estudiantes, profesionales, empresas y aficionados.
En cada edición se invita a profesionales destacados del exterior que dejan valor permanente en los desarrolladores uruguayos.
Los videojuegos, como industria, son una herramienta de progreso, tanto para las próximas generaciones de profesionales como para el desarrollo económico del país.
Quedan en el aire las preguntas ¿qué tanto conocen las familias y los jóvenes este potencial? ¿Hay algo que se puede hacer al respecto? En las siguientes ediciones seguiremos ahondando en el potencial y aplicaciones extraordinarias de esta industria que conjuga lo innovador y novedoso con la práctica humana más ancestral, el juego.
*Gerson Da Silva es vicepresidente de la Cámara de Desarrolladores de Videojuegos (CAVI) y director de Diseño en Ironhide Game Studio, la empresa creadora de sagas como Kingdom Rush e Iron Marines. Cofundador de Totem Games, creó títulos con impacto social como la galardonada Water 2050. Es docente en la Universidad Católica y Bellas Artes y desde 2019 es mentor en el Google Indie Game Accelerator, apoyando estudios de más de 34 países.
En Homo Ludens, Johan Huizinga plantea que jugar no es una actividad secundaria, sino una fuerza fundacional de la cultura. Esta columna parte de esa premisa: los videojuegos no son solo entretenimiento, son una expresión profunda de lo que significa ser humano.