La Mañana sale en su versión papel los miércoles. Por ello ya desde el jueves comienzo a prepararme para ver cuál puede ser un tema de interés para la semana siguiente. Para ello tomo en cuenta el fútbol del fin de semana y sus posibles consecuencias deportivas, la actividad internacional que puede haber de los equipos uruguayos y ni hablar si juega la selección uruguaya.
Pero… y muchas veces hay un pero, aparecen hechos que nos sacan del foco y nos hacen meternos en debates que no buscamos. La violencia en los partidos de fútbol ya la hemos manejado muchas veces en algunas de las 150 páginas que llevamos escritas. El problema es que no aparecen las soluciones.
¿Tan difícil parece ser solucionar algo tan aparentemente sencillo que pasan los años y la situación solamente empeora?
Si bien como investigador y ratón de hemerotecas he sido testigo de lamentables incidentes a lo largo de toda la historia, y cuando refiero a toda la historia me remonto a los albores del siglo XX o sea entre los años 1900 y 1930, debo confesar que lo que estamos sufriendo ahora es mucho más grave por varias razones que voy a exponer hoy.
Algunos hinchas memoriosos pretenden minimizar lo actual recordando con cierta precisión episodios lamentables vividos entre 1950 y 1990. Pero lo que es preciso aclarar, y veo fútbol en los estadios desde 1965, que lo que sucedía antes tenía contextos y códigos diferentes.
En primer lugar, hasta los años 80 y 90 del siglo pasado el fútbol prácticamente tenía inversión cero en seguridad. No eran necesarios lo jefes de seguridad, los operativos, los guardias privados ni pagar el famoso 222 a la Policía. Obviamente que a veces había algún lío y hasta grave. Pero siempre era entre determinadas personas. ¿Qué quiere decir? Podía haber un mano a mano, un dos contra dos o una trifulca, pero a nadie se le ocurría por ello salir de cacería a la calle o mismo dentro de las tribunas detrás de cualquier persona sin importar sexo o edad que vistiese los colores del rival para agredirlo en patota de forma salvaje.
Insisto, había problemas, muchos menos, sin separación de hinchadas, sin vallas, sin zonas de exclusión, sin “pulmones”, sin operativos de 1100 policías, sin nadie que cuidara nada porque la sensación real era que “nada pasaba”.
Ahora los clubes se meten en gastos siderales, que generan déficit en casi todos los partidos en donde no juegue un grande y a veces con un grande jugando, pero lo más grave es que a pesar de la fortuna invertida y el personal contratado los problemas son peores.
Por dar un ejemplo, se supone que si uso casco en una moto o cinturón de seguridad en un auto tengo menos chance de ser herido de gravedad. No digo cero herida, pero amortigua. El tema es que si compro casco caro, o un auto con air bag y cinturones poderosos y cada vez que tengo un accidente similar a los de antes me va peor, la inversión deja de tener sentido.
Lo sucedido en el partido entre Peñarol y Cerro es una perla más para un largo collar de locuras.
En primer lugar los hinchas de Cerro debían reunirse (eran 200) en el Tróccoli para salir escoltados a las 14 horas, pero al igual que el año pasado no comparecieron en tiempo y forma. Llegaron tres horas después al estadio de Peñarol y fueron emboscados o mal recibidos por hinchas de Peñarol. Nadie puso orden. Si no llegaron a las 14 horas no debieron ser autorizados. Viajaron en camiones como ganado, a la antigua, pero a cualquier ciudadano nos multan por no prender luces o no usar cinturón. Atravesaron la ciudad impunemente y encontraron pares aurinegros que son igual de irrespetuosos y violentos.
Lo mismo pasó el año pasado. La inoperancia es total. El Estado ausente. Ningún gobierno pone voluntad política para terminar con esto. Las listas de prohibición de ingreso no se respetan, hubo 100 hinchas que no tenían entradas y se lo dejó entrar gratis “porque si no es peor”.
Caótico, caro, inútil e ineficiente. Fue cesado en su cargo el encargado de seguridad. El nuevo ministro deberá poner gente que opere con inteligencia, sentido común y rigor. Las leyes deben ser aplicadas y la Policía debe volver a las tribunas. A los únicos que pueden molestar es a los violentos o delincuentes y eso sirve para confirmar que deben volver.
Lean el primer parte policial que es muy triste. Se pudo haber evitado. Lo comparto acá.
Parte policial
Dirección General de Seguridad en el Deporte
Operativo Peñarol vs Cerro
Aproximadamente a las 17:00 horas, cuando comenzaban a llegar al estadio los seguidores del Club Atlético Cerro, fueron recibidos de manera agresiva y violenta por un grupo de parciales del Club Atlético Peñarol. Debido a la magnitud de los disturbios, las fuerzas policiales se vieron en la necesidad de intervenir, utilizando los medios de disuasión apropiados para hacer frente a los ataques y controlar la situación de acuerdo con los protocolos establecidos.
Una vez controlada la situación y habiéndose permitido el ingreso parcial de la hinchada de CA Cerro al estadio (a través de la Puerta visitante A), se registran los resultados derivados de los incidentes provocados.
Por un lado, el personal de la Guardia República detuvo a dos personas, parcialidad de CA Cerro, quienes resultaron lesionadas como consecuencia de su participación en los disturbios.
Por otra parte, un policía integrante del equipo IPO resultó lesionado en su pierna izquierda, luego de ser golpeado por un proyectil. El objeto que impactó en su pierna fue una piedra, lanzada por un desconocido durante incidentes que se dieron en el ingreso de la puerta Cataldi por parciales de Peñarol. La piedra impactó de manera directa en la pierna izquierda del agente, provocándole una lesión al igual que a un equino. Motivo por el cual fue atendido de inmediato por personal médico del lugar, quien evaluó la gravedad de la lesión. Debido a la naturaleza de la herida, se determinó que el Policía requería atención médica adicional. Posteriormente, fue trasladado al Hospital Policial para su evaluación y tratamiento especializado.
Continuando con los registros, se constata que una puerta que permanecía bloqueada entre las puertas F Y E, fue manipulada por parciales de Peñarol, quienes ingresaron al recinto de manera irregular.
Asimismo, se constatan daños en el tejido por parte de la parcialidad de Peñarol.
Durante la celebración deportiva, los incidentes se intensificaron, destacándose la parcialidad de Cerro, que lanzó piedras hacia los hinchas de Peñarol. Este acto provocó daños en los tejidos que delimitaban la tribuna y en los baños destinados para los aficionados de Cerro. Ante esta situación, el jefe del operativo se vio obligado a detener el partido minutos antes de concluir el primer tiempo.
Aproximadamente a los 30 minutos del segundo tiempo, se da por suspendido el encuentro deportivo debido a que los incidentes no cesaban. En primer lugar, se liberó a la parcialidad de Peñarol, para luego proceder con la liberación de la parcialidad de Cerro. Cabe destacar que durante este lapso también se registraron incidentes entre ambas parcialidades, que se lanzaron piedras mutuamente.
Al retirarse la parcialidad de Cerro se constata el daño en los baños y la quema de dos puertas de uno de estos baños.
Se trabajó con las cámaras de reconocimiento facial y se cuenta con registro fílmicos, los cuales serán analizados en procura de identificar a los involucrados en los incidentes.
Próximo a la hora 21:00, se da por finalizado el operativo, con las novedades que anteceden.
Encastre:
Ahora los clubes se meten en gastos siderales, que generan déficit en casi todos los partidos en donde no juegue un grande y a veces con un grande jugando, pero lo más grave es que a pesar de la fortuna invertida y el personal contratado los problemas son peores.