La doble fecha de las Eliminatorias dejó distintas sensaciones en cuanto a los partidos de Uruguay. Es cierto que de un posible equipo titular en el primer partido ante Paraguay faltaron 5 titulares.
La ausencia de Rochet, Valverde, De la Cruz, Darwin y Bentancur da la sensación de ser mucha ventaja. Pero el problema del equipo dirigido por Bielsa es que desde que aquel triunfo por penales ante Brasil en la Copa América de USA hace un año, apenas había podido ganar un solo juego de los 12 disputados.
Luego de los primeros partidos en la Copa América el equipo se fue apagando o fundiendo tras gastarse todos los goles en la primera fase. Ya en Eliminatorias en los primeros encuentros post Copa llegó a tener 14 a 15 bajas por suspensiones producto de los líos ante Colombia en USA y lesiones en cadena.
Pero cuando se recuperó hasta Darwin gracias a una protesta ante el TAS, los resultados siguieron siendo esquivos. En los 12 partidos se puede destacar aquella victoria por penales ante Brasil, el primer tiempo de local ante Ecuador, aunque finalmente fue empate, la dramática victoria ante Colombia en los descuentos en el Centenario y el empate ante Brasil de visitante.
Poco para 12 partidos y el crédito se fue gastando. La frase aquella de que “al fin tenemos un DT que juega sin miedo, que juega a atacar y hará muchos goles” dejó de tener sentido.
De los 12 partidos oficiales jugados durante los últimos 365 días en ocho los celestes no pudieron abrir el marcador. Apenas seis goles de los cuáles 2 fueron ante Canadá, 3 ante Colombia y 1 a Brasil dejaban un sabor a poco.
La derrota inapelable ante los paraguayos fue el último eslabón de este ciclo negativo. No solamente no marcamos goles, sino que ni siquiera pateamos al arco rival. La racha negativa llegó al fatídico número 13. Otra derrota, otro partido sin goles, pero quiero remarcar en que fue una triste performance sin patear ni una sola vez.
En medio de dudas, con un estadio con tribunas raleadas, con miles de entradas regaladas y una actitud de poca euforia se jugó ante Venezuela.
El triunfo de 2 a 0 ahuyentó la posibilidad de bajar al sexto puesto compartido con la vinotinto. Fue justo y claro. Uruguay fue más y si los goles se demoraron e inquietaban fue solamente porque en el estadio había desconfianza para que no se agregara el partido 14 de una racha que parecía no tener final.
Uruguay ganó 2 a 0 y ahora está cuarto y clasificado. Los más estrictos entienden que se debe esperar a la próxima fecha, pero es clarísimo que la virtual clasificación ya se consiguió.
Los primeros en pasar la meta fueron Argentina desde la fecha anterior y ahora Ecuador y Brasil. Lo del supuestamente peor Brasil de la historia muestra lo fácil que es esta eliminatoria. Un empate en Ecuador y un triunfo de local lo dejaron ya clasificado, aunque ahora los aplausos se los pueda llevar el italiano Ancelotti.
Un apunte es que Ecuador contra los demás juega en Quito, pero a Brasil lo lleva a Guayaquil. Insólito pero cierto. Algunos dicen con cierta razón que los mejores futbolistas ecuatorianos que brillan en Europa también sienten la altura, pero a los rioplatenses los lleva a la altura y a los brasucas al llano. Es así.
A dos fechas del final ya está eliminado Chile sin levante. Por tercera vez consecutiva los trasandinos se quedan sin mundial, con el agravante que esta vez ni siquiera les sirvieron 7 plazas. De hecho, está último o sea décimo.
Apelando al humor y usando a los lectores para ver si les causa gracia el pretendido chiste quiero destacar que desde que Jara metió su dedo donde no debía en el cuerpo de Cavani la selección de Chile nunca más clasificó a un mundial.
Creer o reventar, para mí es la maldición del dedo de Jara. Es cierto que ganó dos copas América en un año (2015 y 2016) pero la primera fue muy sospechada lo que se refleja incluso en una miniserie en el año del Fifagate, pero justo es reconocer que al año siguiente ganó la llamada copa Centenario en USA inapelablemente.
Sin embargo, quedaron eliminados para Rusia 2018, Qatar 2022 y ahora Concacaf 2026.
Para mí fue la maldición del dedito de Jara, para otros la caída en picada de una generación que no tuvo recambio y que pecó por no saber ser ganadora tras 100 años de espera por una copa en sus despobladas vitrinas.
Un caso que me parece parecido y aún más grave es el de Italia en Europa. El último partido jugado por los tanos en un mundial fue ante Uruguay en Brasil 2014. Fue el día del gol de Godín y la mordida de Suárez. ¿Recuerdan? Uruguay eliminó a la azurra en dramático partido, pero Suárez fue denunciado de oficio por FIFA.
Yo no digo que no mordió, aunque no haya ninguna imagen que lo pruebe. Pero Chiellini protestó, seguramente con razón, y el juez nada vio ni cobró. No cobraron ni falta. Sin embargo, curiosamente la FIFA acicateada por los ingleses que odiaban a Suárez y los brasucas que sentían el peso del “fantasma del 50” de un Uruguay campeón de América que volaba y venía de ser el mejor sudamericano en Sudáfrica, actuó de oficio esa misma noche, y no sólo suspendió al Lucho, sino que lo echó de Brasil. Esa noche nació el VAR sin VAR. Un abuso descarado de poder. El 7 a 1 de Alemania a Brasil y los 2 goles del partido anterior del Lucho ante los ingleses marcaron que su fiesta de exceso de poder no haya sido completa.
Desde ese día Italia nunca más fue a un mundial. Quedó afuera en 2018 y 2022. El otro día perdió con Noruega 3 a 0 pero creo que con 48 participantes de alguna manera va a clasificar.
Para mí fue la maldición de Chiellini. No creo en brujas pero que las hay las hay.
Volviendo al balance de las Eliminatorias, Chile eliminado, Perú virtualmente afuera. La única duda es si el repechaje lo juega Venezuela o Bolivia. Si bien Colombia está debajo de Uruguay y Paraguay, será imposible que no integre el sexteto de clasificados directo junto a Argentina, Ecuador y Brasil.
La semana que viene le voy a armar la lista de 26 a Bielsa para el Mundial. Falta un año. Haré una lista como si la copa fuese ahora y la guardaremos para que me la retruquen cuando llegue el momento.
Apuesto que embocaré 22 de 26 como mínimo.