Se estrenó la película “Greg Mortimer: en busca de una tierra solidaria”, una historia que narra la hazaña uruguaya de solidaridad y empatía, filmada en tiempo real durante la pandemia.
En marzo de 2020 una pandemia que corría como pólvora por el mundo cerró una tras otra las fronteras de los países. Por entonces, un crucero que había partido de Usuahia llevaba a bordo a 85 tripulantes y 132 pasajeros que vivían el viaje de sus vidas. Rodeado por el aislamiento que suponía el océano, podría decirse que se encontraban en el lugar más seguro del planeta. Pero no era así. El covid llegó al barco y poco a poco los pasajeros y tripulantes comenzaron a contagiarse en una ola que despertó temor primero y pánico después. Ninguno de los puertos a los que acudían les abría las puertas.
Con la urgencia que suponían, fondearon aguas uruguayas, donde estuvieron casi dos meses a 20 kilómetros de Montevideo. El 70% de los pasajeros y tripulantes se habían contagiado para entonces. Lo que sucedió luego fue seguido de cerca por todos los uruguayos y extranjeros. En un acto de grandeza, Uruguay no solo les abrió sus puertas, sino que brindó atención sanitaria a bordo, organizó corredores humanitarios para que los pasajeros pudieran regresar a sus países de origen y alojó de forma hospitalaria a los tripulantes. La tarea, de resultado exitoso, fue liderada por el canciller del momento, Ernesto Talvi; el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas; la coordinadora de dicha cartera, Karina Rando; y médicos voluntarios de Casmu y el Hospital Británico que se pusieron al servicio de salvar vidas, en una tarea nunca realizada y con un alto nivel de riesgo.
Esta historia, que habla de valores de solidaridad, empatía y humanismo, resonó fuerte en el director de cine uruguayo Federico Lemos quien, mientras el Greg Mortimer se acercaba al Uruguay, intentaba regresar a su país desde Los Ángeles. Mientras vivía un cúmulo de sensaciones que lo invadían al estar lejos de casa, entendió la magnitud del hecho del Greg Mortimer y decidió que quería registrarlo todo en un documental.
Una vez de regreso a Uruguay, emprendió su idea. Finalmente, el 20 de diciembre, y a sala colmada estrenó “Greg Mortimer: en busca de una tierra solidaria” bajo la producción de Medio & Medio Films, Grupo Punto y Atlante Films.
Una filmación en tiempo real desafiada por la pandemia
No fue fácil realizar una película sobre este crucero, sobre todo porque muchas de sus escenas fueron filmadas en tiempo real y otras en países del extranjero, cuando aún las fronteras no se habían liberado del todo. Se incluyeron imágenes de las reuniones de los comités de salud, el testeo a bordo, el control de pasajeros con telemedicina, el desembarco, la cuarentena, los corredores humanitarios y el retorno. Para ello fue necesario establecer un protocolo seguro para el equipo que los protegiera de un contagio. Además, se realizó un seguimiento de los pasajeros una vez que retornaron a sus hogares.
“Quería contar una historia que no hubiera sido contada aún, donde el desafío era no apelar en exceso al archivo periodístico, sino subir al barco y contar lo que había sucedido, en las voces de los protagonistas”, señaló Lemos a La Mañana. El director agregó que la película busca trasladar mensajes de empatía, solidaridad, de las acciones de los seres humanos frente al miedo, de cuidar al prójimo y de acercar la mejor versión de nosotros mismos.
Además, destaca la exitosa tarea de coordinación que resultó en un motivo de ejemplo a nivel mundial. “Hay una particularidad en cuanto al desarrollo del documental y la aparición de los distintos personajes, que tiene que ver con el trabajo en equipo, la acción organizada de un país y su gente, las instituciones públicas y privadas y la colaboración de otros países con sus embajadas y sus representantes diplomáticos para frenar el impacto del desastre. Esta acción organizada se desarrolló de manera destacable y admirable y es motivo de orgullo y ejemplo en varias partes del mundo, por lo que nosotros también tenemos que sentirnos orgullosos de que, en un momento de mucha ansiedad y nervios, la gente pueda hacer que las cosas sucedan, y ayudar”, apuntó Lemos.
A la vez, indicó que la disposición de los tripulantes y pasajeros para participar del proceso de grabación fue “absoluta”. “Se mostraron agradecidos y dispuestos a brindar su testimonio, a pesar del importante quiebre emocional que implicaba”, contó. La filmación transcurrió con sentida emoción por parte del equipo.
Una película para todos los uruguayos
Por su parte, Pablo Marqués, presidente de Grupo Punto, explicó a La Mañana qué les motivó a ser parte de la producción de la película. “Entendemos que es una historia que merece ser contada, que es de orgullo para los uruguayos y pone en manifiesto no solo el valor solidario del país y su soporte sanitario, sino que en un momento de mucha incertidumbre, lo hizo bien”, indicó.
Además, señaló que “Greg Mortimer: en busca de una tierra solidaria”, es un espectáculo cultural uruguayo que busca llegar a todos los compatriotas, por lo que se tomó la decisión de exhibirla al aire libre con entrada gratuita en el marco de un cine itinerante que se encuentra recorriendo treinta ciudades hasta el mes de marzo. “Nuestro objetivo principal es que lo vea la mayor cantidad de gente, en un momento de vacaciones y en sus ciudades. La película habla de valores y también está bueno que el entorno sea de acuerdo a esto”, comentó.
Actualmente se encuentra disponible también en Movie y se planea que también pueda estar disponible en TV y plataformas, así como en cines del exterior. Sobre esto último, Marqués hizo referencia a cómo su exhibión en otros países refuerza la imagen positiva que tiene Uruguay. “Creemos que va a apoyar a la buena imagen que tiene Uruguay en el mundo, donde además de ser reconocidos por sus atractivos turísticos, fue ejemplo en el manejo de la pandemia, personalidades y el futbol, y ahora también con esta hazaña. Cuenta cómo somos los uruguayos”, sostuvo.
Médicos no rescatistas en altamar
Pero en esta historia los héroes fueron también los médicos que se reunieron para ofrecerse como voluntarios apenas se enteraron de la noticia de que había un grupo de pasajeros en altamar contagiados de coronavirus. La tarea de reunirlos a todos y de coordinar las acciones seguras para su atención fueron lideradas por Rando, quien, en entrevista con La Mañana, recordó cómo se vivieron esos días. “Fue una experiencia intensa en la cual hicimos lo correcto” describió.
Quienes participaron lo hicieron por el simple impulso de servir, donde no había más retribución que la de salvar una vida humana, y es que esto, señaló Rando, genera una sensación intransferible. “Los médicos que trabajan en especialidades que salvan vidas directamente, como las emergencias, cirugías o las urgencias, saben que ver a un paciente en riesgo y salvarle la vida es la mayor recompensa de todas, porque es para lo que estudiamos”, apuntó.
La principal preocupación que se tenía era que no se contagiaran los médicos que atendían a los pasajeros. Para ello fue fundamental la utilización de equipos de protección y personal con experiencia en su uso. “Necesitábamos profesionales que hicieran las cosas prácticamente perfectas para no salir contagiados”, recordó la entrevistada. Esto se cumplió y finalmente lo que determinó el éxito del operativo fue el trabajo en equipo.
Al llegar al barco se encontraron con pasajeros con un gran nivel de angustia y ansiedad que necesitaban saber que Uruguay tenía disponibilidad para atenderlos si fuera necesario, señaló Rando. Pero también se encontraron con un alto grado de calor que les demandó una gran exigencia física por la temperatura y el encierro de los pasillos, que también se sorteó con éxito pero con mucho estrés.
Además señaló el efectivo trabajo interministerial. “Este es un trabajo que demuestra la acción de la Dirección Nacional de Coordinación trabajando en conjunto con otras carteras”, resaltó.
Por último, se refirió a la buena disposición de Salinas con el siguiente ejemplo: “Al salir del barco teníamos que decidir qué pacientes debíamos trasladar. Teníamos lugar para tres, pero eran cinco los que lo necesitaban. Enseguida le pregunté a Salinas si podíamos descender con tres enfermos y al día siguiente ir a buscar los otros dos. Inmediatamente me dijo: ‘sí, claro’. Eso es un gesto de que nadie dudó un minuto por la gente que tenía necesidad de bajarse”, cerró.
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