La UTU firmó nuevos acuerdos con universidades de Brasil y Argentina para fortalecer carreras binacionales y prevé crear una carrera trinacional en Bella Unión el año próximo. De acuerdo con el subdirector de la institución, Wilson Netto, el objetivo es atender problemáticas sociales y productivas que comparten los tres países mediante un “banco de problemas” que funcionará en 22 centros de Uruguay. “Vamos a buscar soluciones a dificultades que compartimos a nivel de frontera”, declaró en entrevista con La Mañana.
¿En qué consisten estos acuerdos que se firmaron recientemente con instituciones de Brasil y Argentina?
Para poner en contexto, en el año 2006 hicimos el primer acuerdo de carreras binacionales con Brasil. Ese año se aprobó la posibilidad de desarrollar centros binacionales y carreras binacionales en la educación técnica. Después firmamos un acuerdo un poco más potente en el año 2011. Hoy tenemos mil estudiantes binacionales en distintas carreras de frontera con Rivera, con Yaguarón, con el Chuy. Con el correr del tiempo, construimos 16 polos tecnológicos de los cuales ocho los hicimos en frontera con Argentina y Brasil. Ahora lo que estamos haciendo es retomar un acuerdo con universidades brasileñas, en este caso, firmamos con la Universidad Federal de Pelotas y la Universidad Federal de Río Grande del Sur. Y por otro lado con la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Argentina. Firmamos un convenio marco y ya estamos trabajando en convenios específicos en carreras binacionales y en una carrera trinacional a desarrollar en Bella Unión.
¿En qué consistiría esa propuesta educativa entre los tres países?
La intención que tenemos es construir una propuesta para el año próximo de un tecnólogo informático que permita atender a la gente de Bella Unión, de Monte Caseros y de Barra de Quaraí. Por otro lado, vamos a estar trabajando en este segundo semestre en los distintos puntos de frontera con la UTN para visualizar posibles propuestas a desarrollar el año próximo a nivel binacional. UTN son 30 universidades públicas argentinas. Esto va creciendo de manera importante y nos permite dos cosas: una es incrementar el número de docentes en áreas de interés nacional y la segunda es trabajar en integración regional con carreras y con problemas que compartimos a nivel de frontera. Sería muy bueno desarrollar un banco de problemas para poder, a nivel binacional, darles respuesta a problemas sociales y productivos para mejorar las condiciones de desarrollo de la sociedad y del sector productivo.
Justamente, el día de la firma usted se refirió a la necesidad de “dar vuelta la página a situaciones de inequidad que aún subsisten en nuestros países”. ¿A qué situaciones hacía referencia en ese caso y cuál es la importancia de esta integración que señalaba?
La educación tecnológica de la región generalmente ha estado muy volcada –y tiene que seguir estándolo– a acercarse a los perfiles profesionales que requiere el sector productivo. Ahí se desarrollan habilidades blandas, habilidades específicas o especializaciones según la orientación que tienen los estudiantes y las demandas particulares de cada sector productivo. Pero también hay que tratar de generar en este banco de problemas nuevas situaciones a resolver que permitan promover emprendimientos y de esa manera solucionar problemas que tiene nuestra sociedad en el ámbito social, pero además visualizar oportunidades desde el punto de vista productivo. UTU va a tener un desafío enorme en este quinquenio que es contribuir a generar este banco de problemas y a buscar respuestas para mejorar las condiciones de vida de la gente y por otro lado crear nuevos espacios de trabajo.
¿En qué áreas se van a desarrollar estas complementaciones? Nombraba al sector productivo, la tecnología.
Nosotros tenemos fortalezas y también tenemos debilidades en zonas de frontera, y Argentina particularmente tiene una mayor trayectoria, tiene otra escala y ha logrado avances muy importantes, por ejemplo, en todo lo vinculado a la electrónica y los sistemas de control relacionados con los dispositivos agrícolas. Hay una experiencia acumulada enorme y temáticas que nos vinculan respecto a lo medioambiental que son realmente importantes. Nosotros en frontera tenemos propuestas de control medioambiental. Y es una forma de generar un diálogo en la sociedad de estas tensiones que se dan entre la necesidad de avanzar en la generación de puestos de trabajo y el cuidado racional que tenemos que tener respecto al medioambiente. Después tenemos otras áreas vinculadas a los sistemas de información y comunicación, ciberseguridad, inteligencia artificial, logística. Hay un conjunto enorme de áreas en las que estas 30 universidades argentinas pueden establecer, en modalidades semipresenciales, contacto con nuestros docentes y con nuestros jóvenes, lo que requiere una logística importante, pero también nos permite fortalecer los planteles. Más allá de la formación específica que se desarrolle en cualquiera de estas áreas, el abrir este banco de problemas nos va a permitir ver qué áreas de conocimiento deberíamos integrar para abordar las dificultades.
¿Cuáles son los principales objetivos trazados para este segundo semestre?
El sistema educativo trata de tener formaciones generales y específicas que luego se aproximan con las empresas al perfil requerido de las diversas áreas de desarrollo que tiene el país. A veces es insuficiente el número, a veces hay que mejorar la calidad, a veces hay que pensar en desarrollar nuevas áreas en algunos territorios, pero ese es un trabajo constante. Eso hay que seguir haciéndolo y hay que mejorarlo. Pero UTU va a dar un salto, va a tomar 22 centros en este semestre, que son los 16 polos tecnológicos y algunos institutos, para estructurar un nodo de innovación de cuatro categorías: innovación en términos sociales, productivos, de emprendimiento y educativos. En ese marco, se va a construir un banco de problemas en esos 22 territorios, o sea, en todo el país, junto con otros actores sociales, productivos, con empresas, con trabajadores organizados, con otros actores de la sociedad que seguramente perciban necesidades y que no tienen los medios para poder poner en análisis y en investigación esas situaciones. También se va a convocar a distintas instituciones y personas a participar en la resolución de esos problemas. Luego de que madure la idea en uno de estos problemas a analizar, eso va a pasar a una incubadora para prototipar, dependiendo del tipo de temática que se esté desarrollando –UTU tiene los espacios para hacerlo–. Y a partir de ahí, con ese conjunto de actores, una vez que se encuentre la respuesta a alguno de estos problemas, la idea es que se instale en la sociedad, porque los problemas surgen de necesidades de la sociedad, tanto a nivel social como productivo, entonces, si se encuentra la respuesta o la mejora en alguno de estos puntos, lo interesante es que también se termine resolviendo esa situación y, por lo tanto, modificando las condiciones de vida de las personas o generando las mejoras productivas en el sector donde se esté planteando, en la escala que Uruguay pueda abordar. Algunos de los centros van a ser binacionales, pero muchos de ellos van a estar montados con estructuras, empresas e instituciones del país, para poder de esa manera orientar el trabajo en determinados proyectos para resolver los problemas. Es un desafío enorme, pero estamos muy entusiasmados.