A casi un siglo de la muerte del escritor austrohúngaro Franz Kafka, su obra parece resurgir en nuestra vida contemporánea, a través del misterio que nace entre un escenario aparentemente desatinado y nuestro pensamiento más crítico.
“El proceso” es la obra que más define al autor; las situaciones irracionales y la concepción de un mundo lleno de injusticias inexplicables, pero a su vez admisibles, nos lleva a la paradójica sensación de estar insertos en una lectura de ficción, convertida hoy, en una realidad presente.
Josef K. es un empleado bancario que es arrestado sin motivo aparente y obligado a declarar ante un tribunal de justicia. La novela narra una serie de sucesos disparatados que van ocurriendo a lo largo de su proceso, hacia una sentencia que parece no permitir la mínima posibilidad de defensa. Los acontecimientos en la vida de Josef K. resultan tan absurdamente presentados por el autor que el lector podría llegar a imaginar que se trata de una mera pesadilla.
El personaje intenta desesperadamente demostrar su inocencia, pero choca constantemente contra un sistema tan fuerte y corrupto, que lo ilógico termina ganando por el hecho de no poder ser comprendido, se le hace imposible vencer lo que no llega a entender.
Kafka nos muestra cómo la fragilidad emocional del personaje, su falta de sentido y su inconsciente político no le permiten enfrentar a un régimen que lo hostiga constantemente
La idea de libertad y justicia se van sometiendo, a través de la resignación, a una realidad contra la que no se puede batallar; Kafka nos muestra cómo la fragilidad emocional del personaje, su falta de sentido y su inconsciente político no le permiten enfrentar a un régimen que lo hostiga constantemente, dejándolo imposibilitado de distinguir entre la experiencia y su percepción, y arrastrándolo, de cierta manera, a ser responsable de tal situación.
Es tanta la represión y el engranaje generado por el sistema judicial, que el protagonista se convence a sí mismo como culpable, aceptando cada una de las imposiciones, no sólo por la fuerza de la ley, también por la sociedad en su conjunto. Tal y como relata el autor; “Lo correcto era adaptarse a las circunstancias”.
Kafka, a través de lo irracional de “El proceso” nos trae en contexto, y nos abre los ojos a la noción de los ciudadanos idiotizados y adoctrinados por un sistema político perverso, absurdo e injusto. Esta novela nos obliga a cuestionarnos si estamos lo suficientemente despiertos para ser conscientes y discernir entre lo correcto y lo incorrecto, y a pensar cuánto de “Kafkiano” posee hoy, nuestra sociedad actual.
(*) Publicado en Bajo La Lupa / #DespertarLiterario
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