A las 2:30 de la madrugada del lunes 22 de diciembre me escribe una amiga para decirme que un “alto dirigente del Partido Nacional” le había dicho que a través de una aplicación pudo verificar que manejo cerca de 100 cuentas de la red social X. Aviso a los lectores que no existe una aplicación que logre eso, de hecho, delitos informáticos tiene muchas dificultades para saber quién está detrás de una sola cuenta de X, Facebook, etcétera. La libertad de expresión que defienden los dueños de estas plataformas ha dificultado el acceso a esa información.
Esta amiga agrega: “Me dijo, y no es el único, que vivís de la extorsión, que no te interesan los damnificados de Conexión Ganadera y que sos una persona violenta con antecedentes de violento y golpeador”. No tengo antecedentes penales de ningún tipo, no he extorsionado a nadie en mi vida, no soy violento y realmente sí me interesan los damnificados de Conexión Ganadera, a los que les dedico mucho tiempo desde enero de este año.
Entre las 2:30 y las 5 de la madrugada le escribí a muchos amigos del Partido Nacional-tengo la suerte de tener amigos en todos los partidos políticos, para mí no existe eso de que, si es de izquierda o de derecha se es bueno, tengo buenos amigos en todos lados. A las 11 ya tenía dos nombres posibles de la persona que podría estar detrás de esta campaña de difamación.
Una vez más sonó el nombre de Juan Otegui Paullier, enojado por haberlo nombrado en varias columnas. Otegui es colorado como fuera su padre don Antonio, de la lista 15. Pero ha colaborado en campañas de todos los partidos políticos, ha apuntalado y apuntala a candidatos a la presidencia de otros partidos.
Mi amiga no se anima a decir el nombre del difamador, pero tendrá todas las garantías en la Justicia, iremos por el “dirigente” nacionalista que quiere ir al cielo mintiendo por un bien mayor. Y finalmente iremos por la persona que orquestó esto, acá hubo plata para difundir mentiras en varias cuentas y especialmente en WhatsApp.
A las 10 de la mañana, en medio de este tema, me entrevista el conocido periodista rochense Luis Eduardo González, muy comprometido con las estafas de los fondos ganaderos, pregunta y aporta información de movimientos en ese departamento. Fue el primero en hablar de campos comprados por Carrasco y Basso en la zona.
La entrevista comenzó con la quita a la deuda del Frigorífico Fricasa por parte del concurso de un 63% y una propuesta de pago de 12 cuotas anuales. Recordemos que Fricasa tenía dos hipotecas que sumaban U$S 27 millones y el valor de este no llega a U$S 10 millones.
Luego González aportó temas interesantes como ser movimientos de ganado del establecimiento arrendado por Pasfer hacia un campo de una familia vinculada uno de los socios del tomador. Luego de la entrevista me informa que hace dos semanas salió de un campo de Garzón –de un escribano y manejado por un hermano de Ana Iewdiucow– un camión de ganado hacia Castillos, el destino sería el establecimiento La Carbonera. El campo se habría vaciado en la noche y entregado en 15 días.
Volviendo al difamador, a esta hora ha tomado más fuerza uno de los nombres. Una persona con doble vida, vinculado a la industria frigorífica y a la Iglesia católica, casado, pero no ha podido entrar a la orden aún. Atrás de él hay varios, como un dominó irán cayendo de a uno en Fiscalía.
A esta altura, cierro la última columna del año a dos días del inicio de la feria judicial, queda mucho por investigar, propuestas para leer y activos por descubrir. Siempre hasta el hueso.



















































