“Tenemos prácticamente los mismos recursos y más mandatos, por lo que tenemos que ser creativos”, afirma Mariana Ferreira, directora ejecutiva de Uruguay XXI, describiendo la paradoja que define el nuevo ciclo de la agencia.
La Agencia Nacional de Promoción de Inversiones, Exportaciones y Marca País de Uruguay (Uruguay XXI) inicia el año 2026 en una encrucijada estratégica. Con un presupuesto prácticamente congelado en $153 millones de pesos –apenas $20 millones más que el año anterior– la institución deberá asumir nuevos cometidos oficiales, como el cuidado de empresas extranjeras ya instaladas, y sortear un complejo entorno económico internacional que ha frenado el flujo de inversiones.
Su directora ejecutiva, Mariana Ferreira, explica en entrevista con El País que el presupuesto asignado no solo no representa un aumento real, sino que apenas logra reducir levemente un déficit operativo: el año pasado, la agenda de promoción e inversiones requirió un gasto de $210 millones, muy por encima de los recursos disponibles.
Un presupuesto que define prioridades con recursos limitados
La Ley de Presupuesto para el nuevo período gubernamental introdujo cambios significativos en el marco de acción de Uruguay XXI, más allá de la partida financiera. Uno de los más destacados es la reincorporación del sector privado al Consejo de Dirección de la agencia, tras haber sido excluido durante la administración anterior. Además, se agrega explícitamente el mandato de “cuidar a las empresas extranjeras instaladas en el país”.
| Aspecto Presupuestario | Detalle | Implicancia |
| Asignación 2026 | $153 millones de pesos | Similar al año anterior, con un incremento nominal de $20 millones |
| Déficit operativo 2025 | Gasto real: $210 millones | Brecha de $57 millones respecto al presupuesto |
| Nuevas fuentes | Se habilita financiamiento de BID, BM y corporaciones | Permite buscar recursos adicionales para proyectos específicos |
“Lo veníamos haciendo, pero ahora hay un artículo que nos mandata explícitamente a ello a partir de 2026”, señala Ferreira sobre el nuevo cometido de retención y expansión de inversiones existentes. Este enfoque responde a una lógica de eficiencia: en un contexto de incertidumbre global, resulta más efectivo incentivar a las empresas que ya conocen el país a que expandan sus operaciones, que salir a captar nuevas inversiones desde cero.
El impacto de un nuevo escenario fiscal en la atracción de capitales
El entorno tributario uruguayo experimentará transformaciones significativas a partir de enero de 2026, con la implementación del Impuesto Mínimo Complementario Doméstico (IMCD). Este gravamen, dirigido a grandes empresas multinacionales con ingresos superiores a 750 millones de euros, busca alinear a Uruguay con los estándares globales de la OCDE para garantizar que las empresas paguen al menos un 15% de impuestos en cada jurisdicción donde operan.
Ferreira reconoce que el nuevo impuesto “ha generado cierto ruido” en sectores sensibles como las zonas francas, pero matiza su impacto en la labor de la agencia: “El desafío de ese impuesto aplica a determinado tipo de empresas, que son las de gran porte. Y por lo general el trabajo de esta agencia apunta a buscar inversiones de mediana o menor envergadura”.
La directora admite haber recibido consultas sobre el IMCD, no de inversores directos, sino de estudios contables, legales y desarrolladores. La estrategia de Uruguay XXI será presentar “todos los incentivos que tiene Uruguay con sus esquemas tributarios y todas las cartas sobre la mesa”, adaptándose a la nueva fiscalidad internacional mientras promueve otros mecanismos como la Ley de Atracción de Talento y ajustes a la Ley de Inversiones.
Plan Brasil: una apuesta geográfica y sectorial para tiempos de restricción
Ante la limitación de recursos y la incertidumbre global, Uruguay XXI ha definido una estrategia focalizada que prioriza mercados cercanos y sectores tradicionalmente competitivos. El Plan Brasil constituye el eje central de esta aproximación, respondiendo a un aumento notable de consultas desde ese país.
“Brasil tiene más interés en Uruguay”, explica Ferreira, atribuyendo este fenómeno al contexto mundial de aranceles, acuerdos comerciales y reconfiguraciones geopolíticas. La estrategia se concentrará en Río Grande del Sur y San Pablo, buscando establecer alianzas con cámaras empresariales locales para llegar de manera más personalizada a potenciales inversores.
| Estrategia Plan Brasil | Componentes | Objetivo |
| Enfoque geográfico | Río Grande del Sur y San Pablo | Aprovechar proximidad y reducir costos operativos |
| Metodología | Alianzas con cámaras locales, abordaje personalizado | Incrementar efectividad en la captación |
| Contexto | Reconfiguración de aranceles y acuerdos globales | Posicionar a Uruguay como alternativa estable |
Paralelamente, la agencia mantendrá actividades en otros mercados cercanos como Chile, Perú, Mendoza y Córdoba, y desarrollará acciones sectoriales en Estados Unidos. Sin embargo, el acento estará claramente en Brasil, un destino “más económico para la agencia ir, lo que es importante al tener recursos limitados”.
Más allá de la promoción: articular, innovar y retener
La gestión de Ferreira ha puesto especial énfasis en la articulación interinstitucional como mecanismo para amplificar el impacto con recursos escasos. Un ejemplo destacado es el programa Uruguay al Mundo, resultado del trabajo conjunto entre Uruguay XXI, la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE), el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU) y el Ministerio de Industria, Energía y Minería.
Este programa de internacionalización para startups y micro, pequeñas y medianas empresas abrirá su convocatoria en febrero de 2026, con el objetivo de apoyar más de 130 proyectos en dos años. La iniciativa refleja la visión de una promoción que integra innovación, desarrollo productivo y apertura comercial.
Otra dimensión clave de la estrategia es la participación en eventos internacionales de gran escala. En 2025, Uruguay XXI participó activamente en la Expo Osaka, un compromiso asumido por el gobierno anterior pero implementado durante la actual administración. “Las participaciones en las exposiciones internacionales cada cinco años es algo que trasciende a los gobiernos”, remarca Ferreira, destacando que ya se ha solicitado la participación en la Expo Riad 2030.
En febrero de 2026, la agencia tendrá un rol protagónico en la organización de la delegación empresarial que acompañará al presidente Yamandú Orsi en su visita oficial a China. La misión, programada del 3 al 7 de febrero, tendrá como eje el fortalecimiento de vínculos comerciales, institucionales y de cooperación entre ambos países.
Resultados concretos en un año complejo
El balance de 2025 refleja los desafíos del contexto internacional. Uruguay XXI asistió a más de 700 empresas en materia de exportaciones y registró 20 anuncios de inversión, una cifra que Ferreira reconoce como “la mitad que años anteriores”.
Este fenómeno no es exclusivo de Uruguay, sino que afecta a varios países de América Latina. La incertidumbre internacional relacionada con factores como las políticas comerciales de Estados Unidos, conflictos bélicos y renegociaciones de acuerdos ha generado un “slow down de las consultas de información a nivel general”.
Los anuncios de inversión provinieron de sectores diversos como logística, tecnología, servicios financieros, agroalimentos y farma, con predominio de origen brasileño, seguido por Chile, Argentina y Estados Unidos.
Mirando hacia adelante: oportunidades y riesgos en el horizonte
La estrategia de Uruguay XXI para 2026 se sustenta en varios pilares que buscan compensar las limitaciones presupuestarias con inteligencia estratégica y eficiencia operativa. La habilitación para recibir financiamiento de fuentes multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) abre una ventana de oportunidad para proyectos específicos.
La digitalización de trámites a través de la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE) –que ya logró interoperabilidad con China– y la Ventanilla Única de Inversiones (VUI) –que digitalizó declaraciones juradas de zonas francas– representan avances estructurales que reducen barreras burocráticas para inversionistas y exportadores.
| Oportunidades | Riesgos |
| Financiamiento adicional de organismos multilaterales | Déficit operativo persistente con presupuesto casi congelado |
| Mayor articulación con sector privado en Consejo de Dirección | Incertidumbre tributaria por implementación de IMCD |
| Foco en Brasil como mercado natural y de menor costo | Contexto internacional desfavorable para flujos de inversión |
| Mandato explícito de retención y expansión de empresas instaladas | Estructura fiscal que podría afectar competitividad |
Sin embargo, los desafíos son sustanciales. Más allá del déficit presupuestario, el principal riesgo es que el nuevo entorno fiscal pueda erosionar la competitividad relativa de Uruguay como destino de inversiones. Ferreira reconoce que hay “cosas estructurales que no podemos cambiar”, pero insiste en que los inversionistas eligen Uruguay fundamentalmente por su estabilidad política, social y el cumplimiento de las reglas de juego.
“Estamos siendo creativos para intentar que se concreten más proyectos de inversión”, resume la directora ejecutiva, encapsulando la filosofía que guiará a Uruguay XXI en un período donde la innovación institucional deberá suplir la escasez de recursos financieros.
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