Corrían los años 60 y yo apenas comenzaba a leer, con interés juvenil, la prensa uruguaya. En la casa de un padre del Partido Nacional se leía El País, pero, como él era un “blanco progresista”, seguidor de Javier Barrios Amorín, del Movimiento de Rocha, y políticamente identificado con el tercerismo de Carlos Quijano, todos los viernes Marcha entraba a casa. En esa época, en las calles de Montevideo, los canillitas gritaban, por la tarde, “Acción, Plata, Diario” y, por la mañana, vendían El País y La Mañana. En ella yo leía a Eduardo J. Corso, no por afinidad política porque no tenía la más mínima coincidencia ideológica con él, sino por afinidad temática como estudiante de agronomía. Este extraño contacto con Corso ocurría porque yo buscaba información agropecuaria. Llegué a él influenciado por uno de mis tíos que, como administrador de estancias, lo escuchaba en Radio Rural todos los mediodías. Yo pasaba en el campo, junto a él, mis vacaciones de verano, de invierno y las Semanas de Turismo y fui adoptando algunos de sus ritos.
Mucho más tarde, durante los 35 años que duró mi exilio perdí el contacto con La Mañana hasta hace unos 2 o 3 años. Me reencontré con el ahora semanario La Mañana gracias a un integrante de uno de mis grupos de WhatsApp en el que compartimos, además de la amistad, temas económicos y agropecuarios. Desde entonces he apreciado el pluralismo de La Mañana, característica poco común en la prensa de hoy. Me complace que sus propietarios, la familia Manini Ríos, actúen tal y como lo declaran, independientes del partido político “familiar”, Cabildo Abierto, con el cual tengo cero afinidades ideológicas. Estos años he visto y valorado que La Mañana publica tanto a César Barrios como a Sergio Gorzy, a Guillermo O’Brien como a Eduardo Preve, a Alejandro Henry o Susana Mangana y podría seguir con la lista. Me complace poder leer diferentes opiniones a menudo opuestas.
Mi cercanía con La Mañana se afianzó cuando conocí su sección cultura, la cual considero de las mejores de la prensa uruguaya. Trata semanalmente las varias disciplinas y temas –artes plásticas, teatro, cine, literatura, música, políticas culturales– más allá de las simples carteleras culturales. Brinda una variedad de entrevistas y análisis críticos de los aconteceres culturales que nos informan y esclarecen; pluralidad cultural.
La sección cultural tiene dos características adicionales que personalmente valoro. Primero, ella ofrece una vitrina para las instituciones culturales de la sociedad civil, del Tercer Sector, que tanto contribuyen con la cultura y que, por lo general, no consiguen espacio en los medios de comunicación para difundir su labor. Segundo, La Mañana está abierta a las actividades culturales del interior del país, algo difícil de encontrar en una prensa nacional muy centralista, enfocada en las instituciones y eventos culturales de Montevideo. Hacemos votos para que La Mañana continúe con la pluralidad cultural que ofrece a la sociedad civil y al interior del país espacios para difundir cultura.
*Mario Rómulo Pareja es Ing. Agr. magister y doctor en Agronomía, secretario ejecutivo del Centro Cultural Miguel Ángel Pareja
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