Las cooperativas agrarias uruguayas atraviesan un escenario de adaptación a nuevas realidades y avances tecnológicos. Sus principales desafíos, de acuerdo con el titular de Cooperativas Agrarias Federadas (CAF), Pablo Perdomo, son los altos costos y el acceso al financiamiento, algo clave para pequeños y medianos productores. En diálogo con La Mañana, destacó que actualmente trabajan en la defensa de sus intereses y buscan atraer jóvenes al medio rural, aunque la burocracia “desanima” a aquellos que quieren emprender en el rubro.
¿Cómo define la situación actual de las cooperativas agrarias en Uruguay?
Las cooperativas agrarias en Uruguay están pasando por la adaptación a las nuevas realidades, a los nuevos desafíos, con más tecnología, con más innovación. El norte continúa siendo el servicio a la sociedad, la unión para vender los productos, la comercialización, la asistencia técnica, el respaldo financiero y económico que da la cooperativa. Cuando digo que se tienen que adaptar, me refiero a las nuevas realidades de la forma de producir, donde hay que evaluar los costos permanentemente, evaluar las nuevas variedades de producir, la profesionalización, el bienestar animal, la calidad del producto. En resumen, tenemos los mismos principios de siempre, en un mundo muy cambiante, con distintas necesidades. Nosotros somos productores de alimentos y de abrigo y tenemos que hacerlo de la mejor manera posible, de una forma que sea rentable, pero con un compromiso social y ambiental que nos merece mucho trabajo, mucha responsabilidad. El 80% de los socios de las cooperativas agrarias son productores pequeños y medianos y familiares, criamos a nuestros hijos en el medio rural y concebimos a un Uruguay con población rural, con familias viviendo en el campo.
¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrentan hoy?
Los costos, y en muchos casos el acceso al financiamiento. Para eso está la cooperativa, dado que por el perfil de los productores muchas veces no entran a los bancos y la cooperativa les facilita la parte financiera, así como la venta de insumos, la asistencia técnica, el conocimiento, la capacitación, la presentación de nuevos productos. La herramienta cooperativa es un gran cobijo para producir, que si lo hicieran individualmente tal vez sería más complicado. Volviendo a tu pregunta, tenemos un problema de costos, tenemos un problema de tipo de cambio, producir en Uruguay es caro. En este momento hay precios muy buenos de lo que producimos, pero en el caso de que no fuera así, o con un tipo de cambio a menos de 40 pesos, el negocio, que es de muy baja rentabilidad, estaría amenazado, porque realmente para el productor mediano y chico lograr escala es complicado, y muchas veces la rentabilidad se puede conseguir con grandes capitales.
¿Cuál es el rol que tiene la CAF en esta coyuntura y con estos desafíos que menciona?
Nosotros somos una gremial que representa a las cooperativas agrarias del Uruguay, desde las de gran escala como la principal empresa del país, que es Conaprole, hasta cooperativas pequeñas de diferentes rubros, lechería, ganadería, agricultura, hortifruticultura y vitivinícola. Nuestro rol es la defensa de esas cooperativas y de sus productores frente a la administración de turno y también hacer propuestas. Continuamente estamos aportando con técnicos, de hecho, hicimos 85 propuestas programáticas y se las entregamos en mano a todos los candidatos en la campaña electoral. A partir de ahí surgió un relacionamiento con la nueva administración, con la que estamos en permanente intercambio.
¿Se trabaja en atraer y retener a las nuevas generaciones de jóvenes al modelo cooperativo agrario?
Sí, estamos trabajando en eso hace mucho tiempo, entendemos que es una inversión permanente y hemos hecho varios talleres en el correr de este año. El negocio agropecuario es muy llamativo para mucha gente y todavía no le estamos dando el valor que se le debería dar, sobre todo a jóvenes emprendedores que quieren arrancar. Me refiero concretamente a la facilitación de trámites; la burocracia en Uruguay es bastante pesada y muchas veces desanima con tanto papeleo a aquellas personas que quieren innovar o emprender. Estamos perdiendo a mucha gente que tiene ganas y no le estamos dando las herramientas para que se desarrolle. Tenemos un gran compromiso por apoyar a la juventud rural.
¿Qué debería cambiar en ese sentido para poder atraer más jóvenes al campo?
No solo a los jóvenes, pero básicamente el país necesita que determinada cantidad de gente a la que se le paga el sueldo, que son funcionarios públicos, desde diputados hasta cualquier oficinista, pueda colaborar en eliminar aquellos trámites, leyes, normativas, decretos que ya están obsoletos, que muchas veces llevan a que haya distintas bibliotecas para un caso en particular, y eso nos está preocupando mucho. Eso lo que hace es negar las oportunidades y sacarle las ganas a la gente que quiere emprender.
Por último, ¿qué significa para la CAF la declaración del Año Internacional de las Cooperativas? ¿Cómo impacta esto en su trabajo?
Es la segunda vez que la Organización de Naciones Unidas (ONU) declara el Año Internacional de las Cooperativas. La primera fue en el 2012, y ahora se repite porque se entiende que la herramienta cooperativa es parte de la solución, como muchas veces decimos en el rubro agropecuario, porque democratiza la economía, el acceso, la educación, la cultura, la vivienda, la producción. En Uruguay, con la Ley General de Cooperativas que se votó por unanimidad en el Parlamento y que se trabajó en una Comisión Honoraria de Cooperativismo por más de 10 años, se logró una ley única donde estamos todas las modalidades de cooperativas. A partir de ahí se creó el Instituto Nacional del Cooperativismo (Inacoop) y la Comisión Especial de Cooperativismo en la Cámara de Diputados, que fueron logros bien interesantes. En el año 2012 se aprovechó la declaración de la ONU para promocionar las cooperativas y empezamos a tener mayor protagonismo.
Creo que la declaración de este año 2025 es una oportunidad para tener presencia política y sobre todo para generar soluciones. Por ejemplo, estamos trabajando muy fuertemente para que en esta administración pueda salir una ley de inversiones para cooperativas. Eso también lo da el marco del Año Internacional, porque el Inacoop está trabajando en mesas interinstitucionales donde estamos participando, donde se están discutiendo aportes para hacer. Tenemos que aprovechar eso. Lo hicimos en el 2012 con más presencia, con más participación, y repito, en una ley que fue votada por unanimidad en el Parlamento. Para nosotros eso tiene un respaldo bien importante y habla muy bien de los intercambios políticos cuando el objetivo es común.
En el año 2012 CAF empezó a participar a nivel internacional tanto en la Red de Cooperativas Agropecuarias de las Américas como de Coopsur, que son las cooperativas agrarias de Brasil, Paraguay, Argentina, Uruguay y Chile. Estamos trabajando mancomunadamente porque hay muchos temas que son comunes y eso nos favorece en cuanto a la toma de decisiones, al ver que muchas veces la problemática es la misma de un lado de la frontera que del otro. Eso se da también por esto del Año Internacional de las Cooperativas, porque hay un empuje importante, hay una mayor visibilidad de las cooperativas que somos empresas, que tenemos que ser rentables, que somos auditadas.