El presidente de la CNFR dijo que la riqueza de la institución está en ser, antes que nada, “una forma de trabajar y de unidad social: es la familia radicada en el campo con el fin de producir y desarrollarse”.
El jueves 30 de octubre, la Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR) realizó la 110ª Asamblea Anual, que su presidente, Mario Buzzalino, evaluó y definió como muy positiva por el número de productores que asistieron como por los temas tratados.
“Fue una asamblea muy buena por la cantidad de dirigentes que participaron”, dijo a La Mañana; y “para contextualizar hay que entender que la Comisión Nacional es una organización de productores familiares, por lo tanto, en nuestras filas no hay ningún estanciero millonario. Eso es algo que caracteriza a nuestra institución, y cuando un dirigente viene de Salto en ómnibus y se tiene que volver en el día está más tiempo viajando que en la asamblea, sin embargo, tuvimos 35 organizaciones presentes de todas las regiones del país, y ese es un muy buen número para esta época del año. En ese sentido quedamos muy satisfechos todos”.
En la oportunidad se realizó la renovación parcial del Consejo Directivo y será este el que después elija la Mesa Ejecutiva en diciembre. Además de la elección del Consejo, la asamblea cumplió con los protocolos, que son la lectura de la memoria, el balance y la aprobación de ambos.
Buzzalino destacó la presencia del subsecretario del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Matías Carámbula, y de representantes de instituciones relevantes para la agropecuaria nacional, muchas de ellas con representantes del sector productor propuestos por la CNFR. Eso muestra la presencia permanente de la Comisión Nacional en instituciones trascendentes del rubro agropecuario, destacó. En algunas de esas instituciones se tratan temas globales, de investigación, así como en otras se tratan temas más específicos.
Productivamente, “la CNFR está presente en todos los rubros”, aseguró el entrevistado, y mencionó especialmente la ganadería y dentro de esta la cría, “que es un elemento básico”. Asimismo, el área de acción es mucho más amplio, “incluye producciones arroceras y forestales, la granja, la viticultura, la apicultura, también ganadería ovina, todo lo que es hortifruticultura que es un mundo muy diverso”. La CNFR tiene presencia en todo el país y en todo el espectro productivo.
Temas que preocupan
Buzzalino añadió que los temas que preocupan a la CNFR no solo se tratan en los ámbitos de esa institución, sino que plantean en otros escenarios de decisión que son importantes para el funcionamiento del país, como por ejemplo el Parlamento.
“Ahora venimos de una reunión con la Comisión de Presupuesto en el Parlamento. Uno de los temas que preocupa a la Comisión y a las organizaciones es el de las restricciones presupuestarias en prácticamente todos los institutos del Ministerio, y unos están mucho más comprometidos que otros”, señaló.
“Hay asignaciones de más recursos al Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), también para Colonización, que es una prioridad del gobierno, pero hay otros institutos como el Plan Agropecuario, el de la leche (Inale), el Fondo de la Granja, que fueron muy recortados por el gobierno anterior y ahora no se les reasignan los mismos recursos que tenían. Son fondos no actualizables por IPC, por lo tanto, hay una reducción anual de los recursos a ejecutar”.
Destacó como “crucial” el problema de la garrapata que golpea al sector ganadero. “Se han cometido algunos errores importantes y es un problema muy difícil de controlar, con mucha preocupación por parte del gobierno, pero también en las gremiales y principalmente en los productores, que son quienes los sufren directamente”.
“El acceso a la tierra es un tema recurrente que preocupa a los productores chicos, a los productores jóvenes o asalariados, es un tema de permanente preocupación”, subrayó.
Para tomar nota de esos asuntos y de muchos más “es importante que la CNFR pueda estar en las diferentes instituciones, para hacer planteamientos directamente. Tal vez esos planteamientos no obtengan las respuestas que esperamos o que creemos que son necesarias, pero bueno, te da la tranquilidad de que expusiste ante los tomadores de decisiones los temas que preocupan”.
De todos los temas mencionados, “se destaca el de la garrapata en ganadería, es un problema al que no se sabe muy bien cómo salirle, es muy complicado y como vimos puede tener consecuencias graves por los residuos que impactan en la calidad de la carne del país”.
Los productos utilizados tienen un tiempo de espera, ese animal pasa por varias manos, no siempre es tan sencillo como venderle o no al frigorífico. Además, se están estudiando sanciones a los productores, pero los servicios veterinarios asesores también tienen un grado de responsabilidad, también lo tiene el frigorífico, pero acá no se trata de encontrar un culpable, sino de solucionar el tema para que no vuelva a pasar: no es un problema del productor, del frigorífico o del rematador, es un problema de todos y para solucionarlo hay que sentarse a conversar entre todos los actores”.
Otra gran preocupación es la de los productores granjeros “por la falta de recursos para generar proyectos en Junta Nacional de la Granja que es un elemento de desarrollo; la Dirección General de Desarrollo también, en cuanto atiende muchos temas, pero tiene estructuras muy reducidas por el presupuesto y poca cintura para ejecutar proyectos”.
“Todo eso es lo que se manifiesta en las asambleas. Somos un cuerpo muy amplio y extremadamente democrático y todo el mundo tiene la oportunidad y el derecho de expresarse”, sintetizó.
Respecto a qué margen o posibilidades hay para que los reclamos que se realizan sean atendidos, Buzzalino dijo que lamentablemente no hay muchas expectativas. “Somos un sector muy importante desde el punto de vista productivo y social, pero no somos los únicos con problemas en el país. Si nos detenemos a ver las cifras de pobreza infantil los números son duros y yo no quisiera estar en los zapatos del tomador de decisiones, pero nuestra obligación como dirigentes gremiales es la de cumplir con el mandato de plantear los temas que preocupan a quienes representamos, y por más que entendamos la realidad y las limitaciones presupuestarias tenemos la obligación de expresamos y eso es lo que hacemos”.
Más allá de los números de la pobreza, también es cierto que “desde el punto de vista de la producción hay una permanente pérdida de productores, y muchas veces esos productores no se van para mejorar”.
“Uruguay es un país en el que no debería haber pobres”, pero “hay un tema de distribución, y no me estoy metiendo en temas ideológicos, estoy hablando simplemente de lo económico”.
“También hay un tema de oportunidades, de unidades familiares destruidas, de valores que se fueron perdiendo, y lo vemos en algunos países muy cercanos a Uruguay, vemos qué es lo que pasa cuando se rompen las estructuras, y yo no quiero eso para Uruguay, y analizado conscientemente seguro que nadie lo quiere, pero tenemos que trabajar para que eso no nos pase”.
Desánimo de los productores
En su condición de dirigente, Buzzalino comentó sobre su deber de “ser prudente con los mensajes que se dan, lo que no quiere decir que se pueda mentir o decir lo que no es”.
“Nuestro mensaje debe apuntar a resistir, porque hay un desánimo importante de los productores chicos, y hay sectores más complicados que otros, como por ejemplo el de la granja, que es una actividad que viene cayendo en unidades productivas, a su vez hay un proceso de concentración importante porque producir es muy caro, es caro el fertilizante, el combustible, la semilla; es caro regar, los costos de venta son altos y ese costo nunca se ve reflejados los precios que el productor recibe”, describió.
Ese conjunto de cosas “genera muchísimo desánimo, pero no podemos entrar en la dinámica regresiva, tenemos que tirar para adelante y dar un mensaje esperanzador, que no es decir mentiras, sino procurando rascar para encontrar cosas nuevas que estimulen. Asimismo, hay una constante pérdida de productores y eso es producto del mal negocio, del desánimo”.
La salida no es solo poner más plata, sino buscar otras estrategias como “tener líneas de financiamiento acordes a la realidad, con interés y plazo, hay que achicar la brecha entre lo que paga el consumidor y lo que recibe el productor porque somos estafados los dos, el productor y el consumidor y eso es una injusticia que inhibe el consumo”, concluyó.
Estimular la imaginación y la creatividad
Mario Buzzalino cuenta con una amplia experiencia como productor y dirigente gremial, y sabe que los avances son lentos y cuestan mucho esfuerzo, a pesar de lo cual hay asuntos que parecen no tener solución: “Mi padre falleció hace más de 10 años, fue viticultor hasta los 95 años y muchos de los problemas que enfrentaba entonces son los mismos que se ven ahora, con la pérdida de hectáreas y productores, que sigue siendo alarmante. Además, se concentra el comercio y la industria. No es nada que no se puede solucionar, pero en algún momento habrá que estimular la imaginación y la creatividad porque si no esto lo vamos a pagar entre todos”.
“La hortifruticultura y la viticultura son hoy los dos sectores en estado más complejo”, poque los males de otros, como la ganadería o la agricultura, “se disimulan con los precios o el volumen de cosecha”, concluyó.





















































