El presidente de ARU subrayó el diálogo con el Poder Ejecutivo y se refirió a los necesarios equilibrios entre los ministerios. También comentó que la genética que se ve en el Prado es la que adopta el rodeo comercial y explica la evolución positiva de la ganadería.
El viernes 5 de setiembre comienza la 120ª Exposición Internacional de Ganadería Muestra Agroindustrial y Comercial, la Expo Rural del Prado, un evento ya incorporado en la agenda del país, que llega cada setiembre con cada fin del invierno y en las puertas de la primavera.
Además de la presencia de los expositores y del ámbito productivo clave y esencial, el Prado se convierte en el escenario de la política y la institucionalidad, donde se refuerzan lazos y se tienden intercambios que, aunque no siempre visibles, son fundamentales en el fortalecimiento democrático y el entendimiento de las ideas o propuestas ajenas.
Rafael Ferber, presidente de la Asociación Rural del Uruguay, dijo a La Mañana que en su nueva función le esperan jornadas de mucha actividad durante el desarrollo de la exposición, y llega con expectativas muy positivas.
Recordó que su actividad “cercana con la organización” del Prado comenzó “a partir de 2019, en el último año del gobierno de Tabaré Vázquez, con muy poca presencia oficialista”. Después tuvimos cinco años con Luis Lacalle, cuyo gobierno “marcó una presencia constante”. Las expectativas respecto al gobierno actual, encabezado por Yamandú Orsi, “son muy positivas porque tenemos confirmaciones” en distintas actividades.
“Va a ser un Prado con mucho lobby político, con mucho movimiento, tanto del oficialismo como de la oposición”, estimó.
Eso genera conformidad por parte de los organizadores, porque significa que el Prado va a ser un escenario “donde se hable mucho y se discutan los temas. Es importante escuchar y que te escuchen, poder intercambiar. Lo primero es el diálogo y tener la madurez suficiente para saber las realidades que vive el gobierno, entender los equilibrios de poder que tienen los partidos políticos”.
“Pero para funcionar lo primero siempre es que te escuchen y que haya intercambios –insistió–, y que cada parte pueda exponer y explicar por qué hace las cosas. Eso se está cumpliendo y estamos muy conformes en ese aspecto”, subrayó Ferber.
El acercamiento de ARU con el gobierno “es excelente”
Reconoció que “sin duda” preferiría “que las cosas fueran distintas en muchas situaciones, pero nosotros no somos gobierno, nosotros defendemos un grupo de empresarios y más, defendemos todo un entorno, una forma de trabajo en la agropecuaria”, pero llega el punto en que el gobierno “tiene sus prioridades”, es el gobierno “que puso la gente y hay que respetarlo”.
En ese sentido el acercamiento de ARU con el gobierno “es excelente”, entendiendo por acercamiento “los ámbitos de conversación y de intercambio”. A ese nivel “no tenemos ningún problema”, pero “distinto es cómo va el gobierno con sus realidades en los diferentes ministerios”, con “situaciones totalmente distintas en Trabajo, Ganadería o Economía”.
Esas realidades distintas “conforman un equilibrio” que acaba resultando en lo que conocemos como el “gobierno nacional, con sus puntos débiles, puntos flacos, puntos mejorables y también puntos que respaldamos fuertemente. Según cada tema, es la posición que tenemos”.
Por ejemplo, ARU “respalda que lo primero sea el crecimiento”, sin embargo “tenemos una Ley de Presupuesto con un incremento del gasto de US$ 940 millones en el quinquenio, total que no está nada claro de dónde saldrá”. Con ese nivel de gasto, “seguimos con la misma tendencia que venimos desde hace mucho tiempo: podrá ser más, podrá ser menos, pero la realidad es esa”. Tenemos “un Estado que gasta más de lo que puede, y eso no quiere decir que uno esté en contra del Ministerio de Economía, porque sabemos el equilibrio que tiene que hacer y el trabajo interno que está haciendo; y tenemos claro que si fuera por determinados actores el gasto sería mucho peor todavía”.
“Entonces, en esos equilibrios es que uno dice que hay un fuerte respaldo al Ministerio de Economía, pero la realidad también marca que hay un incremento del gasto. Hay que decir todo, con argumentos, con datos, y la conclusión rápida, ahora, es que Uruguay va a seguir gastando más de lo que tiene”.
El Prado es una gran oportunidad para plantear esas cosas, incluyendo a los gobernantes y las autoridades de los ministerios que por sus características están vinculados o tienen puntos de contacto con el agro.
La importancia de la genética
Consultado sobre cómo evalúa, con su mirada de presidente de ARU, la exposición que comienza el viernes, Ferber dijo que “está todo lleno, de animales, empresas e instituciones. Por suerte hay problemas de espacio porque tenemos más empresas de las que podríamos recibir y seguimos agregando, buscándole la vuelta para que todos puedan estar. Eso nos da una tranquilidad enorme porque la herramienta funciona bien”.
Respecto a la evolución de la genética animal, comentó que “si se mira la línea del Prado cada 10 años –porque anualmente no se va a percibir la diferencia– se nota una tendencia genética que se ve en las líneas comerciales que Uruguay aplica después”.
Esas “líneas genéticas que funcionan en el Prado terminan siendo las que más repercuten a nivel nacional, en los rodeos comerciales. El Prado no está divorciado de lo comercial, porque está comprobado que lo que va al Prado conforma las líneas comerciales posteriores de todos los remates de toros y, por lo tanto, de todos los rodeos del país”.
Asimismo, “en ese corte de cada 10 años se ve la evolución en el tipo de ganado, en el tipo de animal, independientemente del profesionalismo, que cada vez es más grande”, A su vez, “las herramientas genéticas hacen posible que cabañas con poco tiempo puedan competir por los grandes premios. Eso antes no pasaba, si no se tenía el rodeo de madres era muy difícil acceder a un podio en el Prado. Hoy tenemos una dinámica muy sana”.
Consultado si puede haber un límite en la mejora genética, un punto después del cual sea más difícil o ya no se pueda avanzar, Ferber dijo que si se llega a un récord que no se puede superar “quizá podemos hacer que mucha más gente se acerque a ese máximo, y lo que antes lograban unos pocos ahora esté al alcance de muchos. Lo que tenemos que ver es cuántos animales llegan a esa situación”, considerando que “en la fila del Prado, entre el primero y el último hay mínimas diferencias, y antes no era así”.
“La pregunta que debemos hacernos es qué tan lejos está el rodeo comercial de ese ganado que se expone y gana en el Prado. Hace 30 años, el rodeo comercial era de un tipo en Uruguay y hoy es mucho mejor en calidad, porque está mucho más cerca de estos animales que llegan a su potencial y que vemos en el Prado”, enfatizó.
El desafío pasa a ser que la genética “llegue a la mayor cantidad de animales, que estén lo más próximo posible del mejor nivel. Y después que ese nivel que se elige en el Prado sea el que sirva comercialmente”, y eso forma parte de “la magia o la clave de este negocio que cada productor realiza en su entorno natural, en su realidad”.
Desde niño cerca de ARU
El acercamiento de Rafael Ferber a la ARU comenzó en su niñez como hijo de un directivo de la institución: “Toda mi infancia escuché cuentos sobre la Asociación y por tanto se me hizo muy natural”, comentó.
“Después mi hermano fue director de Exposiciones, yo ingresé como directivo en 2014 con Ricardo Reilly y tomé Exposiciones en 2018, cuando asume Gabriel Capurro”, cargo que desempeñó hasta ahora que asumió como presidente.
“Siempre me he sentido parte de ARU, independientemente de estar o no en la Directiva, porque siempre mi familia estuvo en el entorno”, expresó.
Ya sea como director de Exposiciones o ahora al frente de ARU, Ferber siempre ha destacado el rol que cumplen los funcionarios de ARU: “Es el funcionariado, los compañeros de directiva y la estructura la que le da memoria a la institución y la que sabe qué anda y qué no anda”.
En otro orden, defendió la importancia de que haya “movimiento y circulación en los puestos”, para que la renovación sea constante, lo que lo lleva a una autocrítica: “Yo estuve seis años en Exposiciones, quizá debí estar cuatro porque debe venir gente nueva, abrir la cabeza”, concluyó.
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